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Deflación, la palabra que se pondrá de moda en 2009

miércoles, 05 de noviembre de 2008

MANUEL SILVA G.
Economía y Negocios, El Mercurio

El desplome en el precio de las principales materias primas y la caída en el gasto de los consumidores a nivel mundial podrían provocar un cuadro de baja generalizada de precios, algo que los gobiernos y los bancos centrales están combatiendo frontalmente.



Si el azote de la inflación fue la principal preocupación de la economía mundial hasta mediados de año, el cuadro ahora es diametralmente opuesto.

Con Estados Unidos y Europa entrando en recesión, y China perdiendo potencia, los precios de las materias primas se han desplomado en muy pocos meses, luego de haber alcanzado valores históricos. Un cuadro agravado por la caída del otrora exuberante mercado inmobiliario (en especial estadounidense), erosionando así la riqueza de los consumidores. Resultado: en muy pocos meses los índices inflacionarios han retrocedido de manera asombrosa, y lo más seguro es que el proceso continúe por un buen tiempo.

Un informe de JP Morgan indica que si en el segundo trimestre de 2008 el promedio mundial de inflación llegó a 6,2%, para el mismo período del próximo año podría retroceder a 2,6%.

¿De qué se trata?
Sin embargo, detrás de esta caída en los precios -algo que en principio podría beneficiar a los consumidores- parece esconderse un fenómeno de escasa ocurrencia en la historia económica, pero con consecuencias potencialmente muy nocivas.

Se trata de la deflación, un fenómeno que, según adelantan los expertos, se pondrá de "moda" en 2009, el cual se caracteriza por una caída generalizada de los precios en la economía, ocasionada por una fuerte baja en la demanda. Recesión y deflación son dos conceptos que al parecer podrían darse la mano en 2009, lo que crea un cuadro particularmente complejo para los gobiernos, los bancos centrales y, por supuesto, para los consumidores en general.

"A partir de julio de este año la fuerza deflacionaria ha sido muy importante, donde hemos visto caídas muy fuertes en las materias primas. La inflación ya no es el peligro. El mundo está entrando en deflación y la gente no se ha percatado de esto", diagnostica desde EE.UU. Claudio Loser, ex economista jefe de la zona occidental del FMI.

José Manuel Silva, director de inversiones de Larraín Vial Administradora General de Fondos, también concuerda en el diagnóstico. "Así como en otros períodos de la historia ha habido deflaciones buenas, donde la caída de los precios se produjo por mejoras en la productividad, como en el siglo XIX, con la Revolución Industrial, ahora todo indica que viene una deflación mala", señala. Silva pronostica que la inflación mundial estará bajo el 3% en 2009, y el mercado seguirá muy de cerca a aquellas empresas que presenten altos niveles de endeudamiento. "La deflación en general provoca una caída en las ventas de las empresas. Además, genera presión en las entidades muy endeudadas, ya que los ingresos caen, pero las deudas se mantienen constantes".

Los economistas intentan descifrar el nuevo fenómeno, y no hay consenso respecto de cuán grave puede llegar a ser. Uno de los pronósticos más sombríos lo entregó RGE Monitor (cuyo director es el influyente economista Nouriel Roubini). Allí se pronostica para el mundo una deflación en los activos, materias primas, salarios y crecimiento. Más aún: "En el corto plazo la están-deflación (es decir, estancamiento y deflación) parece ser el escenario más probable para la economía mundial".

Estados Unidos ya registró en el tercer trimestre cifras negativas de crecimiento (-0,3%), que si bien estuvo por debajo de lo que esperaba el mercado (-0,5%), inquieta que el gasto de los consumidores, que en EE.UU. representa más de dos tercios del PIB, cayera en ese período 3,1%, la primera disminución en 17 años y la mayor ocurrida en 28 años.

Un escenario no muy distinto se vive también en las principales economías europeas, donde el consumo también se ha restringido.

¿Se encamina el mundo hacia la temida "trampa de liquidez"?
Como respuesta a la crisis, la Reserva Federal de Estados Unidos, que encabeza Ben Bernanke, ha iniciado una agresiva política de recortes en la tasa de interés para ubicarla en 1%, su nivel más bajo en cinco años, todo para facilitar el crédito, estimular el consumo y la inversión. El riesgo es que si la recesión se profundiza, la Fed podría quedarse sin municiones monetarias, ya que en la práctica está muy cerca de la "tasa 0".

Algunos expertos creen ver que a medida que la Reserva Federal se acerca a una tasa de interés de 0% podría caer en lo que se conoce como "trampa de liquidez", un fenómeno que fue identificado hace muchas décadas por Keynes. Según esto, se cae en esta "trampa" cuando a pesar de que las tasas nominales lleguen a nivel 0 o muy cerca a este número se muestran ineficaces para estimular la economía. Esta indiferencia con la tasa ocurre cuando empresas y personas tienen la expectativa de que los activos seguirán bajando de precio, y por lo tanto prefieren guardar el dinero. Varios expertos han apuntando que Japón a partir de los años 90 -luego de haber vivido su propio boom- cayó en una suerte de trampa de liquidez. Pese a que el Banco Central bajó las tasas a 0%, el consumo interno no ha logrado repuntar y en la práctica la economía se ha estancado por años.

¿Podría esta crisis conducir a Estados Unidos y Europa a una "trampa de liquidez"? Bernanke, un estudioso de los ciclos económicos, sabe de estos riesgos, y por lo mismo no parece haber colocado todas las fichas en las tasas de interés. Fue en 2002 -entonces no era parte de la Fed- cuando pronunció un recordado discurso sobre la deflación (EE.UU. estuvo a comienzos de esta década muy cerca de este escenario). "En la práctica, la efectividad de las políticas antideflacionarias podría ser significativamente aumentada por la cooperación entre las autoridades fiscal y monetaria", escribió.

Y todo indica que está poniendo en práctica lo que entonces era teoría. EE.UU. cuenta con un plan de salvataje financiero por US$ 700 mil millones -Europa ha hecho lo propio, con US$ 2,2 billones-, y el Tesoro estadounidense estudia un gigantesco plan -por más de US$ 50 mil millones- para aliviar a más de 3 millones de deudores hipotecarios a reducir el pago de sus dividendos. Ello podría volver a colocar riqueza en los bolsillos de los consumidores y reactivar la demanda, lo que, al menos por ahora, aleja un poco de la "trampa".

Claudio Loser señala que no todos los países verán una fuerte caída en los precios, sobre todo aquellos cuya moneda se ha devaluado de manera importante, como Chile o México. Asimismo, dice, la caída en el precio de las materias primas en la práctica implica una rebaja de impuestos para los países importadores.



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