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¿Alergías en aumento?

jueves, 21 de marzo de 2019


Ediciones Especiales
El Mercurio

En niños es muy habitual la alergia a la proteína de la leche de vaca.



Hace ya unos años se ha tornado cada vez más frecuente el escuchar a algún familiar, amigo o conocido referirse a que él, o alguien cercano, sufren de alergia alimentaria. Algo especialmente común en niños, al consumir leche de vaca y huevo; y en los adultos es más habitual ante el consumo de maní, frutos secos, pescados o mariscos.

La Dra. María Pía Zañartu, alergóloga de Clínica Universidad de los Andes, explica que las alergias alimentarias son un tipo de reacción adversa a alimentos debido a la acción de mecanismos inmunológicos. "Son distintas a las reacciones alimentarias no inmunológicas, en las cuales encontramos las reacciones de intolerancia, como la intolerancia a la lactosa; intoxicaciones y otras", señala la especialista.

No están completamente claras las razones de la aparición de las alergias alimentarias, pero se cree que están influyendo causas genéticas y ambientales, como la excesiva higiene ambiental, que nos hace tener menos contacto con infecciones; por ello la balanza se inclina hacia las enfermedades alérgicas.

La Dra. Zañartu advierte que si bien han aumentado, la percepción de alergia alimentaria está sobreestimada. Las encuestas muestran que hasta un 30% de los pacientes cree tener alguna alergia alimentaria, en condiciones que las pruebas y exámenes apuntan a una prevalencia cercana al 6% en los niños y un 3% en los adultos.

"Las alergias alimentarias pueden ser prevenidas de cierta manera estimulando la lactancia materna, introduciendo en forma tardía los alimentos involucrados en los niños, previniendo el uso exagerado de antibióticos o de otras sustancias que pueden alterar la barrera natural intestinal y que provocan procesos inflamatorios locales", afirma.

Lo más frecuente es que las alergias alimentarias vayan desapareciendo en la medida que el sistema inmune va madurando desde la infancia a la adultez, donde se comienzan a tolerar mejor los alimentos. Un ejemplo clásico y actual es la alergia a la proteína de la leche de vaca, que se resuelve aproximadamente a los 5 años de edad. Sin embargo, hay otras alergias alimentarias que tienden a persistir, siendo el único tratamiento eliminar de la dieta él o los alimentos responsables. Aquellos pacientes que han presentado reacciones graves deben ser educados en el manejo de una próxima emergencia, enseñándoles el uso de medicamentos y advertirles la importancia de acudir a un servicio de urgencia por un eventual riesgo vital.

Por lo general, los síntomas comienzan a los pocos minutos o unas cuantas horas después de haber ingerido la comida. No obstante, en personas muy sensibles se desata de inmediato una reacción alérgica con tan solo tocar u oler el alimento. Los síntomas más comunes son hinchazón, picazón de labios, boca o garganta, náuseas, vómitos, cólicos, urticaria, angiodema (hinchazón de párpados, cara, labios y lengua), diarrea, congestión nasal, rinitis, dificultad respiratoria y anafilaxia. Este último, si bien es un trastorno poco frecuente, es potencialmente letal (si no acude a un centro asistencial y consulta en forma precoz), ya que produce una reacción generalizada, siendo su principal manifestación la constricción de las vías respiratorias.

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