Fondos Mutuos
La volatilidad de los mercados financieros ha sido uno de los principales protagonistas en el último año. De hecho, luego que quedaran atrás cuatro años de crecimiento global por sobre el 4,0%, los mercados bursátiles han presentado una volatilidad récord que inclusive ha sido superior a la registrada en eventos como el atentado a las Torres Gemelas en 2001, la crisis asiática de fines de los noventa y de la crisis de pagos de comienzos de los ochenta.
Sin duda, este cuadro ha llamado la atención en todo el mundo ya que no existen períodos comparables en la historia económica que hayan mostrado un deterioro de tales características en el sistema financiero de EE.UU. frente a una innegable mejora en los fundamentos de las economías emergentes.
Dado lo anterior, un conjunto de dudas relacionadas con el desenlace final de este episodio ha tomado un importante lugar en el mercado, ya que una proporción no menor de agentes esperaba que esta situación fuera sólo una desaceleración sin grandes proporciones, frente a otros que esperaban algo peor. Sin embargo, prácticamente nadie previó la profundidad de la crisis originada en el mercado hipotecario estadounidense.
Pero en las últimas semanas la incertidumbre se ha ido alejando, dado que han existido muestras fehacientes de que el sector real no es inmune a lo ocurrido. Es más, un conjunto de dudas de un año atrás hoy son una realidad, como las siguientes: (i) definitivamente, la crisis de liquidez en los mercados financieros tuvo significativos efectos reales y la economía estadounidense entró en recesión, lo cual quedó en evidencia por medio de la contracción de 0,3% en el PIB del tercer trimestre de 2008; (ii) el resto del mundo no está en lo absoluto desacoplado de Estados Unidos, lo cual se ha reflejado en el recorte, en sólo un año, de dos puntos porcentuales en la estimación de crecimiento para 2009 por parte del FMI (actualmente en 3,0%), y (iii) el precio de los commodities no fue inmune a los acontecimientos de países desarrollados, lo cual se materializó en una corrección superior a 50% en un amplio grupo de materias primas desde julio a la fecha.
Como podemos apreciar, gran parte de los temores se han materializado en una compleja realidad. Ahora bien, ya que la recesión en EE.UU. y la caída en el precio de los commodities son un hecho, la pregunta relevante es cuándo y cuánto nos afectará esta situación en los próximos trimestres. Si bien el transcurso de 2009 será mucho más complejo en términos de actividad, serán los esfuerzos de ahorro fiscal que realizamos en los años de bonanza en el precio de los commodities y los positivos fundamentos financieros del sector corporativo los que nos ayudarán a sortear con mayor tranquilidad este magro escenario externo.