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Mahmud Aleuy (PS):

"EL PRESIDENTE PIÑERA ES EL JEFE DE CAMPAÑA DE MICHELLE BACHELET"

domingo, 17 de marzo de 2019

Paula Coddou y Nicolás Guzmán
Reportajes
El Mercurio

Después de un largo tiempo, el exsubsecretario del Interior de la hoy alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos rompe su silencio y dice que el Presidente exacerba la figura de Bachelet por una estrategia política. Pero hace su autocrítica: "No fui capaz de arreglar los problemas de La Araucanía".



Por cuatro años Mahmud Segundo Aleuy Peña y Lillo fue subsecretario del Interior de Michelle Bachelet. Le tocó recibir el cargo de Rodrigo Ubilla, en marzo de 2014, tras el primer gobierno de Sebastián Piñera, y entregárselo a Rodrigo Ubilla en marzo de 2018, para el segundo gobierno de Chile Vamos.

Aleuy, a quien muchos todavía le dicen "Pancho", porque alguna vez usó la chapa de "Francisco García" cuando se movía en la clandestinidad, usa su misma barba canosa, el pelo negro corto y sigue fumando bastante, aunque ya no Kent sino unos cigarros delgados que le tienen los pulgares teñidos de amarillo. Camina todavía con una leve cojera que le dejó una enfermedad a la médula espinal, de la que se ha ido recuperando de a poco. Hoy domingo cumple 60 años. Dedicado a consolidar sus asesorías, es la primera vez que habla desde su salida del gobierno, un período en que le tocó una compleja convivencia con Rodrigo Peñailillo, el caso Dávalos, La Araucanía, "Operación Huracán" y una derrota electoral dura. "Severa", es el adjetivo que usa para definirla con esa inconfundible voz rasposa.

-¿Cómo evalúa la gestión del Presidente Sebastián Piñera?

-Si uno hace un análisis, puede concluir que el Gobierno ha asumido con demasiado entusiasmo una estrategia de polarización de la política. De persistir, se corre un grave riesgo: que tengamos una fractura en las relaciones.

-¿Y en qué se notaría eso?

-La convivencia política en el país se ha deteriorado de manera bien acelerada, lo que se traduce en cómo se hace el diálogo democrático y en cómo se sostiene la convivencia entre las instituciones. Y creo que en esta polarización, el Presidente y el Gobierno se han enfrascado en dividir a la gente entre buenos y malos, entre patriotas y antipatriotas.

En materia educacional, en las tómbolas algorítmicas, en las relaciones internacionales... Hay demasiados ejemplos. A mí me interesa por lo menos resaltar uno: cuando se discutió el tema de Aula Segura, el Presidente dijo: "El Senado debe resolver de qué lado está", y agregó "del lado de los estudiantes que quieren aprender y crecer en paz o del lado de los delincuentes de overol que quieren destruir con molotov y violencia. Así de simple y claro". Acusar a una institución de la República, como es el Senado, con una aseveración de ese tipo, significa no entender la separación de poderes que hay en el país.

-¿Que responsabilidad en ese deterioro le atribuye al gobierno de Michelle Bachelet? Comenzando con la frase de la retroexcavadora que permeó muy fuerte la política por ese período.

-Si alguien cree -cosa que sostienen algunos y que no comparto- que el gobierno anterior polarizó al país, y por eso se le criticó severamente durante todo un proceso de campaña. Si es así, ¿por qué entonces hacen lo mismo que criticaron?

-¿Y qué responsabilidad tiene también el gobierno anterior en el deterioro el estado de la oposición, bastante fracturada?

-No se le puede pedir a una coalición que tuvo una severa derrota en una candidatura presidencial que se reponga al otro día. Eso no existe. La coalición necesita tiempo, porque la derrota fue severa.

-La exvocera Paula Narváez dijo: "tuvimos una derrota electoral y no política".

-Cuando uno pierde en la distribución del poder, tiene derrotas políticas. Creo que hay muchos factores que nos obligan en este tiempo a hacer un proceso de reflexión. La primera fue la falta de unidad en la propia coalición para poder enfrentar el período político. Eso, a mi juicio, fue lo que nos impidió hacer las cosas de mejor manera.

Su receta para la oposición

-Carlos Montes dijo la semana pasada en "El Mercurio" que la oposición hoy no tenía un proyecto político, ¿lo comparte?

-Tengo la impresión de que nosotros, después de nuestra dura derrota, no hemos logrado tener la capacidad de asumir al menos cuatro tareas. La primera, reivindicar el prestigio de la política y la honestidad. La segunda, evitar la polarización política. Como oposición tenemos que contribuir a sostener la institucionalidad de este país y sostener la democracia, porque cuando eso se quiebra, no hay vuelta atrás. La tercera, enfrentar las elecciones de gobernador y alcaldes en unidad, porque si no hay unidad, la oposición va a perder. Y la última, reconfigurar las desigualdades que existen en nuestra sociedad y construir soluciones para eso.

-Cuando habla de unidad, ¿se refiere desde la DC al Frente Amplio?

-Hablo de toda la oposición. Si continúa la polarización política en el país, porque no se logran establecer canales adecuados de convivencia entre la oposición y el gobierno, no va a haber otra alternativa que empezar a organizar una movilización social pacífica para enfrentar estas tareas.

-Y de mantenerse el actual escenario electoral, ¿considera casi imposible que la centroizquierda pueda recuperar el gobierno?

-Es que todo depende de lo que se haga. Si hay unidad para enfrentar la elección de gobernadores y alcaldes, podemos recuperar el gobierno. Si hay división, no.

-¿Y quién es su candidato presidencial?, ¿Máximo Pacheco?

-Me parece que Pacheco tiene capacidades para acometer esa tarea. Hay otros en el PS que también la tienen y habrá que resolverlo dialogando. Entiendo que Insulza, Montes... Lo bueno es que tenemos liderazgos suficientes para poder buscar una carta.

-¿Joaquín Lavín le parece el candidato más temible en la derecha?

-Kast. José Antonio. Estos liderazgos mesiánicos, casi religiosos, son extremadamente peligrosos para la democracia.

La defensa a Bachelet

Aleuy dice hoy que muchas de las promesas de campaña del Presidente Piñera, "como la frase de la cesantía, que hizo efecto en la gente, no se han cumplido. No estamos creciendo a la tasa que se ha mencionado y el crecimiento de esa tasa no ha beneficiado a los trabajadores como corresponde. La gente se está dando cuenta".

-Pero la gente tampoco sintió que con un gobierno de centroizquierda había mejorado su calidad de vida.

-Me gustaría que se hiciera una encuesta frente a eso.

-Ya hubo una encuesta que es la elección presidencial...

-Eso es cierto. Pero en las elecciones influye mucho la estrategia de campaña. Si uno solo entrega ilusiones, es probable que la gente que está desesperada, porque no tiene lo suficiente, crea en eso. Pero eso a corto andar empieza a fallar.

-¿Cuál fue la crítica que le parece más injusta que le ha hecho este Gobierno a la Presidenta Bachelet?

-El Presidente Piñera ha hecho bien dos cosas: la primera, es haber mantenido cohesionado, hasta ahora, a su sector político, anulando al candidato presidencial Kast de una manera francamente increíble. Lo segundo que ha hecho bien, para mi sorpresa, es mantener el liderazgo de Bachelet en Chile, acrecentándolo en Latinoamérica y el mundo. Eso nunca me lo esperé (sonríe)...

-¿Es como el jefe de campaña de Bachelet?

-Sí, Piñera es el jefe de campaña de Michelle Bachelet. Yo a diferencia de muchas personas, no soy experto en esa área, no creo que sea un problema psicológico como dicen algunos.

-¿Es un tema estratégico?

-Mi juicio es que el Presidente ha hecho esta estrategia de mantener el liderazgo de Michelle Bachelet por dos razones políticas. Una, porque mantener en la retina del chileno el liderazgo de Bachelet, le permite hacer una política, que considero artera, que es echarle la culpa de un conjunto de problemas de gestión que tiene hoy este gobierno al anterior. Y la segunda, a mi juicio, es porque con eso mantiene a raya a los nuevos liderazgos que puede construir la oposición.

Es una estrategia política nítida y clara. Porque en la medida que se logre que no emerjan posibles liderazgos del sector progresista y de las izquierdas, se cumple una de las promesas políticas del propio Presidente que es que, quien lo reemplace, sea alguien de su coalición.

-¿No es una estrategia arriesgada, pensando que puede venir una Bachelet 3?

-No, no creo eso. La Presidenta ha sido en esto extremadamente clara: ella no va a ser candidata por tercera vez. Porque además legitimaría que otro pensara lo mismo en el futuro.

-Entre otras críticas está la que ha liderado el Presidente Piñera dentro del Grupo de Lima, de que Bachelet tampoco ha actuado bien en relación a la crisis de Venezuela.

-Por eso. Todo lo que ha ido pasando en el campo internacional y en el nacional demuestra que la estrategia es esta.

-El antecesor de ella, que era el príncipe Zeid Ra'ad Al Hussein, fue mucho más crítico que ella, respecto a Venezuela. Hizo dos informes en los que decía que efectivamente se violaban los derechos humanos en ese país.

-Partamos de la premisa básica, que es consenso nacional, que el gobierno de Maduro es al menos un gobierno autoritario, al menos.

-¿Para usted es una dictadura?

-Una dictadura

-¿A secas?

-A secas

Su autocrítica: La Araucanía

-¿Se equivocó la Presidenta al nombrar en Interior a Rodrigo Peñailillo, con quien usted tuvo serias desavenencias?

-Los presidentes no solo tienen la autoridad legal, sino también política, para nombrar a sus colaboradores. No le corresponde a un exsubsecretario opinar sobre la pertinencia de un nombramiento de un ministro. Esa es una atribución que tiene la Presidenta.

-¿Usted considera que el caso de Sebastián Dávalos marcó un antes y un después en el Gobierno y su popularidad?

-Ese fue un golpe muy duro para la Presidenta. Y ella demostró con lo que hizo que nadie está por sobre la ley.

-Si tuviera que hacer una autocrítica, ¿cuál sería?

-La autocrítica básica que hago es que no fui capaz de arreglar los problemas de La Araucanía. No fui capaz. Y eso es un dato de la realidad. Estimo que hicimos un tremendo esfuerzo. Pero no se pudo.

-¿Por qué no lo lograron?

-Porque los conflictos territoriales son difíciles de arreglar. A muchos les conviene que los conflictos territoriales se mantengan.

-¿Y eso incluye fuerzas radicales y empresarios?

-Incluye a mucha gente de distintas áreas, no es solo que un pequeño grupo de indígenas use la justa causa mapuche para enfrentar determinados tipos de situaciones. Pero muchos se aprovechan.

-¿Razones económicas?

-Cada uno tendrá sus razones.

-¿Y cómo considera que lo ha hecho este gobierno para enfrentar el conflicto en La Araucanía? El senador Huenchumilla dijo en enero que este y el gobierno de Bachelet le habían pasado toda la responsabilidad a Carabineros, con resultados desastrosos en la institución.

-¿Esa afirmación incluía cuando él era intendente? Él fue parte del esfuerzo político que hicimos y conoce bien por qué fracasó, porque lo vivió. El conflicto territorial que hay en la Novena Región es político, social, cultural y, a nuestro juicio, siempre fue policial. Y eso lo mantuvimos a pesar de la presión.

-¿Por militarizar?

-Porque no sea policial. Nos mantuvimos, a pesar de la presión -y esa presión la sentí casi personalmente-, de mantener ese conflicto en ese ámbito, y nunca hicimos una cosa distinta. Nunca, como se intentó establecer, a mi juicio, de manera bien artera, mandamos a entrenar policías para enfrentar terroristas. Eso lo hizo este gobierno. Porque el día que tú les dices a fuerzas policiales o militares que están enfrentando terroristas, la actitud que tienen es completamente distinta que cuando le dices que están enfrentando a delincuentes. Tú no puedes decir que hay terrorismo organizado, como se ha insistido, cuando eso no es así.

-¿Para usted lo que ha pasado en la región no es terrorismo?

-Si alguien no sabe qué es terrorismo, debería viajar a alguna parte donde lo hay. Nunca he visto (en La Araucanía) ni explosivos plásticos ni bazucas. El terrorismo tiene una forma de actuar y cuando uno generaliza el terrorismo, comete un gran error. Lo que uno puede concluir siempre es que hay acciones que tienen carácter terrorista.

-Pero una de las cosas que a usted le molestó y que provocó sus vacaciones adelantadas en 2017 fue que se trató de recalificar el carácter terrorista de una querella a cuatro comuneros mapuches.

-Lo que pasa es que cuando uno mantiene persistentemente la política de mantener un conflicto en el ámbito policial y no militar, lo que tiene que hacer es someterse a las leyes de la República. Eso es lo que corresponde.

-Pero, concretamente, ahí tuvo un desacuerdo. ¿Usted estuvo realmente dispuesto a irse del Gobierno por eso, como se dijo?

-Yo tuve unas vacaciones (ríe), estaba cansado.

-Pero lo llamaron de vuelta...

-Cuando uno decide entrar al Gobierno, tiene que ser leal. Y aunque haya diferencias, tiene que contribuir a sostener ese gobierno. Puede haber muchas diferencias, pero todos somos adultos, así que las pataletas no funcionan. Nunca yo tuve una pataleta.

-¿No es verdad que usted tuvo la renuncia en su mano redactada?

-(Silencio) No.

-¿Pero se sintió desautorizado en algún momento?

-Mire, uno tiene que ser leal durante el Gobierno y después del Gobierno. Yo nunca hice una declaración pública mientras fui funcionario sobre las dificultades internas del Gobierno, y no lo voy a hacer después.

"LA MODERNIZACIÓN NO SE HACE A MANOTAZOS"

-¿Qué le parece el manejo que ha tenido el Gobierno a raíz de Camilo Catrillanca en Carabineros, y con la corrupción en el Ejército?

-Yo creo que la modernización necesaria que requieren las instituciones policiales y militares en Chile no se hace a manotazos.

-¿Se ha tratado a manotazos a las Fuerzas Armadas?

-Ninguna institución merece ser tratada a manotazos. Esto es igual que la seguridad. Este Gobierno ha cometido el error de solo mirar la seguridad para la gente y no con la gente.

-Pero, ¿qué se hace con un caso como el del general Soto, donde se le pidió la renuncia a él y al Alto Mando ?

-Yo no estoy de turno (ríe).

-¿Ese fue un "manotazo" o era lo que se tenía que hacer?

-Me imagino que era lo que tenían que hacer. El Gobierno tiene que evaluar cómo se tratan las instituciones. Lo que digo es que en la modernización de las instituciones también hay que involucrar a la institución.

-¿Y esa fue una de las razones de por qué no se le pidió la renuncia al general Villalobos en su momento?

-No fue así. Si ustedes recuerdan, el caso que más se ha ventilado por la prensa, se produjo a fines de enero. Estábamos iniciando el proceso de traspaso de Gobierno. Nunca se nos dijo que una de las cosas que había que hacer era echar al general Villalobos o algo por el estilo.

-Pero quedó la sensación de que se le dio un respaldo en ese momento al general Villalobos al mantenerlo en su cargo.

-Puede ser.

"Operación Huracán": "Se me engañó"

-¿Usted se sintió engañado por Carabineros en la "Operación Huracán"?

-Legalmente no tengo atribuciones para que se me informe sobre operaciones de Inteligencia. Eso le corresponde solo a la fiscalía, de acuerdo a la ley. Así que en esto quiero ser súper claro: nunca estuve enterado de eso.

-Pero igual usted confiaba en el trabajo que estaba haciendo Carabineros.

-Lo que pasa es que hubo situaciones donde determinados actores de la institución entregaron información errónea. El caso más emblemático fue el de Rodrigo Avilés en Valparaíso.

-Pero en el caso de La Araucanía no era errónea sino falsa.

-Sí, efectivamente era falsa.

-Había un engaño...

-Sí y por eso es que nosotros presentamos tres querellas apenas apareció esa información en la prensa. Las cosas son como son. Si una institución me engaña, como pasó con la "Operación Huracán", yo presenté las querellas que correspondían. Eso es lo que tengo que hacer y eso fue lo que hice.

-¿No cree que la "Operación Huracán" también es un efecto de la presión política sobre Carabineros por resultados?

-Bueno, ¿pero la presión política sobre la situación de La Araucanía quién la hizo en los cuatro años? La derecha en la región.

-Usted también le pidió al Alto Mando más eficiencia .

-Eficiencia policial. Pero eso no incluye engaño. Eso no incluye tergiversar pruebas. Por eso que insisto que apenas fuimos informados de las irregularidades que se habían cometido en el caso de esa operación, tomamos todas las acciones.

-¿Cómo se entera usted?

-Nos enteramos por una declaración que salió en este diario. La ley de Inteligencia solo permite que esa información vaya al sistema judicial, si alguien que tiene información de Inteligencia se la entrega a un tercero, se está cometiendo una ilegalidad. Y cuando uno está en un Gobierno, independiente si le gusta la ley o no, tiene que cumplirla.

"Mantener el liderazgo de Bachelet le permite al Presidente mantener a raya los nuevos liderazgos en la oposición".

"La modernización que requieren las instituciones policiales y militares en Chile no se hace a manotazos".

"(El caso Dávalos) fue un golpe muy duro para la Presidenta. Y demostró con lo que hizo que nadie está sobre la ley". "Si una institución me engaña como pasó con la

"Operación Huracán", presenté las querellas que correspondían".

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