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En su primera entrevista, tras duras críticas de bancos de inversión globales

Ricardo Ramos, gerente general de SQM: "El mercado ajustó sus expectativas. En ningún caso perdió la confianza en la compañía"

domingo, 10 de marzo de 2019

Nicolás Durante Parra.
Economía y Negocios Domingo
El Mercurio

Al mercado no le gustaron las palabras de Ramos en su primer conference call como CEO de la firma, y la reacción no tardó. En seis días, la empresa borró US$ 1.925 millones de su capitalización bursátil. En exclusiva, Ramos le explica al mercado: aumentarán su capacidad de producción hasta las 150 mil toneladas en 2025, en un contexto en que no ve más que crecimiento de la demanda en el mundo.



Son las 11:00 de la mañana del viernes y Ricardo Ramos Rodríguez se escapa de una reunión que empezó muy temprano para dar su primera entrevista como gerente general de SQM, en reemplazo de Patricio de Solminihac. Son los "viernes del litio", como los bautizó, porque ese día todos los gerentes del mineral no metálico, a pesar de tener su día libre -luego de pasar varios días en las faenas del norte-, llegan hasta las oficinas de Soqui a hablar del litio. La joya de la corona, y que el año pasado significó el 52% de los ingresos de la compañía.

Justo cuando este viernes cumplía 60 días como CEO de la firma, Ramos -ingeniero civil industrial con mención en química de la Universidad Católica, 53 años, 4 hijos- se sienta en una de sus dos oficinas a explicar los resultados de la compañía. Una de sus dos oficinas, porque aún mantiene su anterior lugar, en otra ala del sexto piso del edificio, y donde está con todos los demás vicepresidentes. Dice que no le gusta estar solo en esta sala, donde lo único que hay es un computador, un teléfono, una impresora en el borde de la ventana, y una trituradora de papel. Asimismo, reconoce que hay cosas de las que no quiere hablar: Julio Ponce, Tianqi, y las boletas a políticos (ver recuadro). A él, asegura, le corresponde hacer su pega para la que fue contratado y que conoce bien después de casi 30 años ligado a la compañía. "Ya la crisis no es el foco. Mi foco es capturar, generar y agregar valor", responde cuadrado con su mensaje.

Aunque lleva tres décadas y se ha enfrentado en varias ocasiones con analistas, clientes y bancos, fueron el litio y su primer round con el mercado lo que le hicieron pasar un momento complejo, aunque él le resta dramatismo. La historia es la siguiente: tras entregar los resultados anuales el 27 de febrero, donde indicaba que la empresa había ganado US$ 621 millones, 4,4% más que en 2017, y que vendió US$ 2.265 millones, 5% más que el año anterior, al día siguiente tuvo una conference call con analistas de la acción de SQM en Chile y Estados Unidos, y las noticias sobre el litio, fueran buenas, malas, regulares o las esperadas o no por el consenso, tenía que darlas igual.

En esa conferencia dijo que este año SQM producirá apenas un poco más de las cerca de 50 mil toneladas que vendieron el año pasado, y no las 70 mil toneladas que esperaba el mercado. A eso le agregó, ante la pregunta de un analista de un banco global, que no le importaba el market share porque sí, sino que más bien trabajaba pensando en el largo plazo.

La reacción en la bolsa fue dura, pero esperable a ojos de Ramos. Entre el 27 de febrero y este viernes, la acción en Chile perdió 12,15% y el ADR en Estados Unidos otros 16,13%. Mientras que la capitalización bursátil cayó desde los US$ 11.793 millones del 27 de febrero, a los US$ 9.868 millones de este viernes. Es decir, en seis días con la bolsa funcionando, SQM vio pulverizarse US$ 1.925 millones.

"Somos y vamos a seguir siendo uno de los principales actores en esta industria. El market share es simplemente la relación entre nuestros volúmenes de venta y la demanda del mercado en un momento particular del tiempo. Los objetivos de la compañía no han cambiado, vamos a seguir siendo líderes en esta industria, tenemos las capacidades, el equipo humano, la tecnología, los recursos financieros y los recursos naturales de alta calidad", responde.

-¿Hace un reconocimiento de que podría haber comunicado mejor sus palabras en su primera reunión con analistas?

"En los últimos 25 años he tenido más reuniones de las que me puedo (o quiero) acordar con inversionistas y analistas... son muchos años. Efectivamente, el hecho de que anunciáramos que 'esperamos que los volúmenes de venta de carbonato de litio crezcan levemente el año 2019 versus el año anterior', afectó de manera importante las expectativas de corto plazo. La industria del litio, en particular en lo que se refiere al mercado de baterías para automóviles eléctricos, es un mercado en desarrollo, con expectativas de altas tasas de crecimiento, que presenta por una parte importantes niveles de incertidumbre, y por otra parte enormes oportunidades. En lo personal, cada día creo más en el futuro de esta industria y visualizo mejores perspectivas para SQM en los próximos años. Este año, el mercado total va a ser cercano a las 350 mil toneladas y es muy probable que se alcancen cifras cercanas al millón de toneladas para el año 2025. Sin embargo, es efectivo que en mercados en desarrollo, donde es difícil proyectar el largo plazo, las señales de corto plazo tienen efectos relevantes en las expectativas".

Y profundiza sobre el punto. "Tal como lo anunciamos durante el segundo semestre del año 2018, nuestro proyecto de ampliación a 70 mil toneladas tuvo retrasos en su puesta en marcha. Creemos que era poco prudente comprometernos a elevados volúmenes de venta y después eventualmente no cumplir con nuestros clientes. A todo lo anterior, se suma que durante este año ingresa nueva producción de diversos proyectos en Australia, una parte importante corresponde a proyectos que sufrieron reiterados atrasos en sus puestas en marcha, que en su momento nos obligó a crecer a tasas superiores a las que originalmente teníamos planeado en el pasado".

Pero Ramos deja claro que con lo que dijo no se apartó ni un ápice de lo que la empresa, y su directorio, habían evaluado decir. Más allá de que el mercado no lo haya tomado bien. "Yo estoy en contacto permanente con los directores y los mantengo informados de los principales aspectos de la compañía. El directorio tiene muy claro que el primer objetivo es cumplir nuestras metas productivas y comerciales", apunta.

También se hace cargo de las recomendaciones de bancos como Goldman Sachs, Citi, JP Morgan o Scotiabank que no quedaron para nada felices con sus palabras. "El mercado ajustó sus expectativas, en ningún caso perdió la confianza en la compañía. Las valorizaciones de SQM (precio/utilidad) hoy son muy superiores a las de sus competidores. Lo importante es mantener la coherencia y consistencia en nuestra estrategia de desarrollo, de forma de mantener y profundizar la confianza del mercado y, por sobre todo, de nuestros clientes. Tenemos cinco áreas de negocios, el litio es una de estas cinco áreas, y tenemos que cumplir nuestras metas en todos nuestros negocios. Tenemos que seguir mostrando resultados efectivos en el corto y mediano plazo. En todos nuestros negocios tenemos las capacidades y nos sentimos muy bien posicionados para capturar y generar valor", responde.

La meta de Ramos: 150 mil toneladas al 2025

La meta que se ha impuesto SQM, y Ramos personalmente, es que a 2025 produzcan 150 mil toneladas, mientras que sus proyecciones son que la demanda global de litio a ese año llegue a un millón de toneladas. Eso significa triplicar lo que producen hoy, poco más de 48 mil toneladas anuales, y las que podrán aumentar gracias a un millonario acuerdo sellado el año pasado con la Corfo y que les permite explotar el Salar de Atacama hasta 2030, a cambio de royalty , pagos de arriendo y aportes económicos a la comunidad y a la innovación en torno a la industria.

Para hacerlo, entrega fechas por primera vez: la ampliación de su planta de carbonato de litio desde las 48 mil toneladas a las 70 mil toneladas presentó retrasos el año pasado, principalmente porque tuvieron que hacer más pruebas de las que habían planificado para obtener el producto que necesitaban, y como era una ampliación de la planta ya existente, no pudieron parar de producir, y todo pasaba al mismo tiempo. Sin embargo, este año va a estar funcionando, lo que no significa que vayan a vender todo, sino un tope de 60 mil toneladas. Y aunque en el mercado también leyeron como algo negativo que no vendan su máxima capacidad productiva, Ramos explica que tiene que ver con la demanda actual vigente y la nueva competencia que debiera entrar.

Así, a fines de 2019 o principios de 2020, tendrán habilitada la capacidad para producir 120 mil toneladas, es decir, 50 mil toneladas más. En este proyecto en particular, revela Ramos, ya tienen comprado un tercio de la maquinaria necesaria. De ahí vendrá la tercera etapa para llegar hasta las 150 mil toneladas estimadas a 2025. Las inversiones no son menores: por cada tonelada adicional invertirán del orden de US$ 4.000. Es decir, para subir desde las 48.000 toneladas que produjeron el año pasado, desembolsarán más de US$ 400 millones.

Para hacerlo, Ramos responde que han hecho ingeniería con sus deudas y caja. Su razón de endeudamiento es de 1,0 veces, y subió desde el 0,91 veces que estaba en diciembre de 2017. Asimismo, sus pasivos no corrientes (exigibles a más de un año) aumentaron 21%. "Estamos invirtiendo fuertemente en ampliar nuestras capacidades de operación, no solo en litio, sino que también en yodo, donde aumentamos casi 30% nuestra capacidad, y en las capacidades de producción de nitratos. Por sobre esto, materializamos la compra del proyecto en Australia, donde ya comenzamos a invertir. Estos fuertes niveles de inversión han requerido realizar aumentos de deuda de largo plazo, por lo que el ratio deuda sobre patrimonio ha subido levemente. Sin embargo, tenemos un balance muy sólido con un bajo nivel de endeudamiento en relación a la generación de flujo de caja y altos niveles de liquidez, lo que nos permite enfrentar los desafíos de crecimiento sin dificultades".

"La industria del litio, en particular en lo que se refiere al mercado de baterías para automóviles eléctricos, es un mercado en desarrollo, con expectativas de altas tasas de crecimiento, que presenta por una parte importantes niveles de incertidumbre, y por otra parte enormes oportunidades".

"Los objetivos de la compañía no han cambiado, vamos a seguir siendo líderes en esta industria, tenemos las capacidades, el equipo humano, la tecnología, los recursos financieros y los recursos naturales de alta calidad".

"Yo no evalúo a los directores, ellos me evalúan a mí".

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