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"China no debiera tener problemas de liquidez"
Empresario Luis Chadwick -dueño en Chile de la exportadora Agrícola San Clemente y de una viña en EE.UU.- hace 30 años que se vincula con China vía intercambio comercial. Y desde hace cinco años que inició actividades industriales en ese mercado: en Su Zhou echó a andar una firma de ampolletas de ahorro de energía. Este año dio un paso trascendental: inició un proyecto para instalar sin socios locales un centro de distribución frutícola en Shanghai (en la foto superior), para productos propios y de terceros.
"Identificamos una oportunidad súper precisa: el crecimiento y la llegada de los mayores supermercados del orbe a China. Tesco, Wal-Mart, Carrefour, que necesitaban proveedores de fruta", dice Ignacio Smith, gerente del proyecto en Asia, en un contexto de un escaso desarrollo de la logística alimenticia en ese país, acota.
Bajo la sociedad Fruit Shanghai Trade Co. abastecen a Tesco y también a mayoristas y según sus gestores hasta ahora la crisis financiera mundial no ha contraído la demanda en forma dramática. "Lo que he conversado con mis clientes es un pequeño ajuste en el precio. Pero hay otras cosas que juegan a favor. Este consumo es para un nivel de ingreso súper alto en China y por lo tanto debiera mantenerse una demanda relativamente importante. Esta fruta se vende en China como un producto de lujo (...) y hasta ahora el comportamiento sigue siendo similar al año anterior, con un poquito de ajuste en el precio, pero nada significativo", dice Chadwick.
"El retail se va a seguir expandiendo en China y eso nos da una señal. Si bien el mercado mayorista va a estar más débil, también vamos a tener como alternativa de crecimiento los supermercados. He conversado con nuestros clientes y ellos están contentos con sus resultados y tienen planes de seguir creciendo. Y siguen invirtiendo allí. Esa señal es positiva", enfatiza Smith, quien dice conocer de al menos tres o cuatro proyectos que están vigentes, de iniciativas logísticas para acompañar esa expansión de los retailers.
"No estamos en un plan de expansión loco. Tampoco de contracción", acota Chadwick quien destaca la fortaleza de China: "Es un país que no debiera tener problemas de liquidez. Todo lo contrario, podría salir a resolverlos".
Luis Chadwick hace 30 años que hace negocios con China, pero otra de sus facetas empresariales es su presencia en Estados Unidos, con una viña emplazada justo en Nueva York. Brotherhood, como se llama la compañía, curiosamente se ha visto favorecida, dado que el alza del petróleo este año ha hecho que muchos clientes de la costa este de Estados Unidos hayan optado por abastecerse desde puntos más cercanos y no ya desde California, por los costos en fletes. Cuenta que este año Brotherhood ha vendido 300 mil cajas más que en 2007, sólo por este efecto de sustitución.
"China se desacelerará, pero lo hará al 7 u 8%"
"China es capaz de crecer al 7% u 8% por su propio peso específico. No va a crecer al 12%, se desacelerará, pero lo va a hacer al 7 u 8%. El otro elemento es que China cuenta con una gran capacidad de autofinanciarse y tiene cómo aumentar su consumo interno en forma potente", relata Horacio Pavez Aro -hijo de Horacio Pavez, socio de Sigdo Koppers-, quien a través de la filial Plumbtech está instalado desde hace 8 años en la provincia de Zhejiang, a unos 400 kilómetros al suroeste de Shanghai, dedicado al ensamblaje y producción de grifería bajo la marca Stretto.
El grueso de su negocio lo exporta a América Latina -de preferencia Colombia y México-, y su impresión es que estos mercados, al igual que Chile, verán desacelerar el negocio de construcción y, por ende, su propio nicho.
Pero Pavez no se queda de brazos cruzados: "Claro que va a haber crisis, pero ahí es donde uno se va preparando, con ejes estratégicos de largo plazo. Tratar de salir con otro proyecto y equilibrar", señala. Y revela: "Estamos explorando proyectos globales. Dentro de las cosas interesantes que estamos estudiando, estaríamos participando en un proyecto mundial de viviendas sociales, que está desarrollando un empresario español. El objetivo final es industrializar la vivienda social", dice sobre una iniciativa para la que están en conversaciones con la compañía hispana IBS, que construye viviendas de "interés social", de precios en torno a los 18 mil dólares, pero de buenos estándares: estructuras de acero liviano, mayor metraje o uso de paneles solares y alta tecnología para ahorro energético.
Aprovechando la expertise, plataforma y bajos costos que la empresa de Pavez ya tiene en China, ésta proveería la base productiva necesaria: partes y piezas en el rubro eléctrico, sanitario, grifería, muebles, calefacción o quincallería.
"Primero hay una etapa de suministro, y después, una etapa de fabricación", dice, y explica que están apuntando a tres mercados: "México, Magreb -norte de África, Marruecos- e India", señala. Las partes aún están en conversaciones para ver la forma en que se concretaría la alianza: "Vamos a ver las alternativas. Desde ser proveedores o participar en conjunto o también ellos podrían participar en la propiedad nuestra", sostiene Pavez. "Nos da escala y utiliza los activos que tenemos", dice el empresario sobre una iniciativa para la que aprovecharían, por ejemplo, su presencia en México. "Cuando uno desarrolla una compañía como ésta, la presión al volumen es tremenda. El trasfondo es buscar la escala", explica, señalando que este nuevo nicho podría hacer que su firma se duplique en tamaño.
Horacio Pavez Aro es ingeniero civil hidráulico de la Universidad de Chile. Trabajó en La Papelera por 2 años en la división de envases e impresos. Luego apostó por la independencia. Su compañía matriz se llama Mosaico y la filial en China es Plumbtech. También tiene otro emprendimiento personal: Net Provider, que se dedica a monitorear las capacidades computacionales de las compañías (anchos de banda, eficiencia de las páginas web, entre otros), firma con la que en noviembre arribará a Colombia.
"Las capacidades de producción no son las mismas"
"La economía china está bien sólida, los bancos no tienen problemas. No están tan asustados. Seguramente les van a reducir las órdenes (de compra) a ellos también, pero yo no veo al chino del día a día muy preocupado. Esa es mi percepción (...) Me han preguntado cómo está Chile, y al preguntar qué opinan ellos, dicen: "Van a caerse unos mercados, otros reaccionarán más lento". Pero se ven tranquilos. Esa es mi visión". Así relata la situación desde China el joven empresario Cristóbal Lessmann.
Desde 2007 que junto a José Miguel Honorato están instalados en ese país con la sociedad L&H, dedicada a exportar productos para merchandising. "Lo primero es que el costo de la vida nuestro aumentó en 25% allá", dice Honorato. "Esta fábrica del mundo depende de todos sus clientes. En este minuto las capacidades de producción no están siendo las mismas, pero sí se está aprovechando para hacer nuevos productos u ofrecer nuevos negocios. Se puede ver menor nivel de actividad en las fábricas", señala.
"Hace una semana conversé con Cristóbal, y dijimos: "Aprovechemos estas aguas calmas para evaluar nuevos negocios e ideas o representaciones"", comenta. Y ejemplifica con proyectos relacionados con energía solar, dada la necesidad de eficiencia energética común a varios mercados del mundo: termómetros, calculadoras, cargadores de celulares, productos para espacios viales. "Hemos traído cosas, productos de prueba para espacios públicos y privados", dice Honorato, reservando los detalles de este proyecto, que también incluye evaluar negocios de seguridad, que son menos afectados por recortes presupuestarios. "Ante cualquier temblor, lo primero que las empresas recortan es marketing. Hay que tener una segunda área más estable".
Asimismo, hace ocho meses que L&H está viendo otro nicho: "Abrimos una nueva área de negocios de trading. Buscamos los insumos y materias primas a las empresas industriales", explica Honorato, sobre un plan que apunta a nichos como construcción, acuicultura, metalurgia o automotriz. "Si hay un salvavidas son ellos (China). La veo con fuerza, pero afectada. Se nota que están reduciendo capacidad de producción. Ven que les cortan órdenes y se preguntan qué está pasando. Pero no ha sido dramático", dice.
Cristóbal Lessmann y José Miguel Honorato se conocen desde hace tiempo. Ambos estudiaron ingeniería comercial en la Universidad de los Andes. Antes de L&H tuvieron varios intentos empresariales: traer cosméticos desde Argentina, traer una marca de ropa en 2002 e instalar un McDonald"s en San Carlos de Apoquindo. Tras salir de la universidad, el padre de Cristóbal -Ricardo Lessmann, presidente ejecutivo de Automotores Gildemeister- le ofreció hacer un viaje, pero él prefirió irse a estudiar chino, previendo una oportunidad en ese mercado, detalla Honorato. Antes de partir, los amigos dejaron formada una sociedad "por si salía algo". Mientras Lessmann aprendía chino, Honorato trabajó en la corredora de bolsa Nevasa. Lessmann le dio prioridad al idioma, para no depender de los traders y llegar directamente a los fabricantes, con quienes es imperioso el chino y no el inglés. Hoy está avecindado en Shanghai, habla y escribe chino, lo que ha sido fundamental para el trabajo de L&H.