domingo, 19 de octubre de 2008
Bernardita Serrano Bascuñán
Economía y Negocios, El Mercurio
Con apenas 45 años tiene una fortuna que se calcula en varios miles de millones de euros. Además de ser presidente de un conglomerado financiero, es dueño de viñas, una productora de queso Brie y de hoteles en Los Alpes.
Al Barón Benjamin de Rothschild ni en Francia lo ven muy seguido. Es tan reservado, que son pocos los episodios en los que ha salido del anonimato. Una de ellas fue cuando en 2003 compró el motor del desaparecido avión Concorde. Su idea era instalarlo en el hall de entrada de las oficinas centrales de sus empresas. Otra, menos agradable, fue cuando lo detuvieron después de verse involucrado en un incidente en el que hirió a una policía con la mira láser de un rifle que apuntaba desde su casa, que es vecina al Palacio del Eliseo.
Pero más allá de su casi nula aparición en medios, son sus negocios los que, según la revista francesa Challanges, lo convierte en el Rothschild vivo con el mayor patrimonio. Su fortuna se calcula en 2,9 mil millones de euros.
Descendiente de Mayer Amschel Rothschild, el banquero que hace más de 200 años comenzó con el negocio y que llegó a tener entre sus clientes al mismísimo Guillermo I, Benjamin de Rothschild es la séptima generación de la familia y heredó en 1997 el imperio que su padre, Edmond, fundó en 1953.
Hoy, Benjamin de Rothschild es propietario del 75% de LCF Edmond de Rothschild, el grupo que a través del banco de inversiones Edmond de Rothschild Asset Management llegará a instalarse a Chile los primeros días de noviembre.
Benjamin, hijo único de su familia, no está involucrado en el día a día de la compañía, pero es presidente del directorio del grupo de empresas que hoy, además de tener estar en el negocio financiero donde manejan unos US$ 150 mil millones, es dueña de hoteles, viñas y yates.
En un campo que tiene en Touranan, a 40 km de París, la familia tiene plantaciones forestales y se dedica a la elaboración de queso Brie. Pero no sólo eso, a los pies de los Alpes son dueños de Chalet du Mont d"Arbois, un hotel que fue inaugurado en 1992 con la presencia del Rey de Bélgica y del que hoy Nadine de Rothschild, madre de Benjamin, está a cargo. Para alojar en el lugar hay que pagar entre 350 y 3.900 euros por noche.
Entre Baco y Poseidón
Siguiendo la afición de su padre, Benjamin se ha dedicado a desarrollar la actividad vitivinícola no sólo deFrancia, sino que también en Sudáfrica y Argentina. Su padre también fue quien quien comenzó el negocio viñatero con la compra de 80 hectáreas en la zona de Burdeos, Francia.
Pocos años pasaron hasta que la familia se asociara en Sudáfrica con Anthony Ruppert con quien fundaron la viña Ruppert & Rothschild.
Pero fue Benjamin el que adquirió en 1999 tierras al sur de Mendoza y se asoció con Laurent Dassault, dueño de la fábrica de aviones Mirage, para crear los vinos de cepas tintas.
Pero la pasión por el vino no es la única actividad que Benjamin heredó de los Rothschild. El gusto por la vela y las regatas lleva más de 100 años en la familia. Fue su tía, la baronesa Adolphe de Rothschild a quien le decían la "gitana", quien mandó a construir el primer barco. Desde ese barco a vapor, varios años han pasado y han convertido a los yates gitana en barcos conocidos a nivel mundial. En 2000 fue Benjamin el que creó el Gitana Team, que con una tripulación profesional y a bordo de trimaranes o yates, compiten en las más exigentes regatas del mundo.
