Tres semanas le tomó al gobierno estadounidense definir cómo intervendría en el sistema financiero. Al británico, un par de días.
Cuando EE.UU. presentó su plan de salvataje, enfocado en la compra de activos financieros ligados a hipotecas morosas, sembró más dudas que respuestas y los mercados vivieron su semana más volátil en casi un siglo. Cuando Europa, liderada por el gobierno británico, anunció su plan de comprar participaciones en los bancos a cambio de nuevas inyecciones de liquidez (atacando la raíz del problema), los mercados aplaudieron unánimemente.
Londres es el centro financiero histórico por excelencia. Fueron los británicos quienes crearon la banca y fue Winston Churchill quien delineó el sistema tras la Segunda Guerra Mundial. Pero, es una economía seis veces más pequeña que la de EE.UU., y el Banco de Inglaterra no tiene la misma influencia que la Fed o el Banco Central Europeo.
Sin embargo, la respuesta más creíble (aún no se sabe si efectiva) a esta crisis financiera salió de Londres. Del escritorio de Gordon Brown, el hombre que hasta hace dos semanas sus propios coidearios del Partido Laborista querían derrocar.
El rival de Paulson
Además de ser acusado como uno de los responsables de la crisis que está llevando al mundo a una recesión, Henry Paulson, el secretario del Tesoro estadounidense, tienen que ver cómo Brown es aplaudido.
"El salvador de la economía", "el mago Gordon", los medios económicos del mundo, especialmente los europeos, han abundado en halagos al Primer Ministro británico. "Las decisiones de Paulson no tienen sentido. Por suerte para la economía mundial, Gordon Brown y sus funcionarios sí lo tienen y podrían habernos enseñado el camino para salir de esta crisis", sentenció en su columna para "The New York Times" Paul Krugman, Nobel de Economía.
Los inversionistas concuerdan. El lunes 13 los mercados vivieron una jornada eufórica, después que EE.UU. decidió seguir el camino mostrado por Brown y su equipo. Paulson, a pesar de su reticencia ideológica a aceptar que el Gobierno entre en la propiedad de la banca, anunció que también comprarían acciones en nueve bancos.
Las diferencias fueron más claras el martes 14. Brown dio una conferencia de prensa para hablar sobre los problemas de la economía y el salvataje al sistema financiero, y las bolsas de Europa cerraron al alza. En Washington, Paulson hizo algo similar y los mercados de este lado del Atlántico se hundieron.
Sus secretos
La prensa británica coincide en que nunca durante su gestión como Primer Ministro se ha visto a Brown tan cómodo frente a las cámaras. Con más de diez años de experiencia en el sector financiero, como ex chancellor of the Exchequer (equivalente a Secretario del Tesoro o ministro de Hacienda), Brown entiende las complejidades del actual problema financiero y contesta con seguridad sobre las posibles soluciones. Por el contrario, en Washington, tanto Paulson como el Presidente George W. Bush evitan contestar preguntas, limitando sus conferencias de prensa a leer comunicados.
A eso debe sumarse una mayor libertad ideológica. Según "The New York Times", fue la decisión de Paulson enfocar el plan de salvataje inicial en la compra de hipotecas y activos financieros sin valor. En su intención de ser fiel a los principios del libre mercado, defendidos públicamente (hasta hace un mes) por el gobierno republicano de Bush.