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Por primera vez en el hemisferio sur:

Detectan químicos tóxicos en las ballenas azules de Chile

jueves, 21 de febrero de 2019

Richard García
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Hallazgo fue realizado a partir de muestras tomadas a 37 ejemplares en el golfo Corcovado. Los investigadores están preocupados por las consecuencias que podría tener esto en la fauna.



Químicos altamente contaminantes y de lenta degradación fueron detectados en la grasa de 37 ballenas azules en el sur de Chile.

La identificación de estos compuestos -DDT, bifenilos policlorados (PCB) y hexaclorobenceno (HCB), conocidos genéricamente como Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs)- estuvo a cargo del químico español Juan Muñoz-Arnanz, del Instituto de Química de la U. de Barcelona. Él analizó muestras tomadas por investigadores del Centro de Conservación Cetácea (CCC-Chile) a las ballenas azules que llegan por cientos cada verano a alimentarse al golfo Corcovado, frente a Chiloé.

El estudio, que fue publicado este mes en la revista Science of the Total Environment, es una prueba más de que los océanos del mundo están "súper contaminados", dice Bárbara Galletti, presidenta del CCC, quien participa en la publicación. Las biopsias fueron obtenidas en 2011 y 2013.

La presencia de estos químicos ya había sido detectada en cetáceos en distintos estudios, aunque solo en el hemisferio norte, y con poca evidencia en ballenas azules.

La investigación actual, en cambio, por primera vez descubrió concentraciones de las toxinas en la grasa de estos animales en el hemisferio sur. Aunque las cifras son mucho más bajas que en el hemisferio norte (las ballenas azul macho en el hemisferio norte registraron en promedio 2220 nanógramos de PCB, 226 de HCB y 3420 de DDT por cada gramo de grasa, mientras que las de Chile presentaron 136, 20,4 y 49,6, respectivamente), el hecho de que estén presentes ya es una señal de alerta, dice Galletti.

Según explica, estos químicos están relacionados con pesticidas, procesos industriales y productos de limpieza que son descargados a los ríos y terminan en el mar.

Rodrigo Hucke-Gaete, biólogo y cetólogo del Centro Ballena Azul de la U. Austral (Uach), aclara que su equipo ya había descubierto estos químicos en ballenas azules en 2010, pero a partir de una muestra mucho menor, por lo que no publicó los datos. "Se parecen mucho los resultados respecto de las bajas concentraciones, lo que es muy bueno", dice.

Según asegura, aunque estos contaminantes se siguen usando, ya no es con la intensidad de antes. A pesar de eso están por todos lados, explica. Además, algunos países todavía siguen ocupándolos, especialmente el DDT, para controlar poblaciones de insectos, aunque en Chile está prohibido.

El hallazgo de estos químicos en animales marinos del hemisferio norte fue justamente un gatillante para impulsar acuerdos que redujeron su uso.

Hucke-Gaete estima que por las concentraciones bajas de químicos que mostró el estudio, las ballenas azules en Chile no deberían tener problemas. "Los niveles son mucho más altos en otras regiones, en especial en los cetáceos más pequeños como las orcas del Pacífico Norte, donde se han visto concentraciones brutales de COPs".

Eso podría traerles fallas en la reproducción, problemas de crecimiento, hepáticos, renales, inmunodepresivos, neurotóxicos y carcinogénicos. "Son muchas las posibilidades de daño que genera este tipo de contaminantes".

Misteriosas lesiones

El cetólogo de la Uach dice que lo que hay que verificar es que las concentraciones bajas se mantengan en el tiempo. Sugiere especialmente estudios en otras especies, como las orcas y delfines locales.

La toma de muestras realizada por el CCC en Corcovado, en parte, fue motivada por la detección de extrañas lesiones en la piel de las ballenas. "Queremos determinar la presencia de contaminantes o patógenos, por lo que estamos haciendo varios análisis", dice Galletti.

Ella no descarta que las lesiones sean producto de químicos tóxicos. "Algunas son evidentemente marcas de redes o de mordidas de tiburones, pero otras son parecidas a ampollas o a herpes".

Galletti sospecha de los químicos que se emplean para limpiar las jaulas de los salmones y también los antibióticos que se utilizan para tratar sus enfermedades como posibles culpables.

El estudio mostró que la concentración de toxinas era menor en las hembras que en los machos. Pero esto se debe a que los COPs también se transmiten de la madre a la cría a través de la leche.

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