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Tazas de chocolate

sábado, 23 de febrero de 2019

Por Beatriz Montero Ward. Fotografías, Sergio Alfonso López.
Anticuario
El Mercurio

En Europa, en el siglo XVII, servir un chocolate caliente era el modo habitual con que los nobles agasajaban a sus visitas. De la mano de esta "bebida divina", como le decían, surgieron utensilios para prepararla y servirla, entre ellos las tazas, más profundas y grandes que las de té.



E l chocolate tiene su origen en México, donde según cuenta la leyenda el dios Quetzalcóatl regaló el árbol del cacao a los hombres. Fue en el siglo XVI que Hernán Cortés lo introdujo como bebida en la corte española, al modo como la preparaban los aztecas, con granos de cacao molido, agua, vino y ajíes. Pero los españoles no tardaron en adaptarla a sus gustos y comenzaron a tomarla caliente y endulzada con azúcar.

Más tarde, en la década de 1690, los ingleses adoptaron la costumbre de agregarle leche. La nueva receta surgió después de un viaje de sir Hans Sloane (médico y botánico irlandés) a Jamaica, quien encontró que el chocolate con agua era demasiado amargo para él y solicitó beberlo batido con leche caliente. Fue también en el siglo XVII, a raíz del matrimonio de Luis XIII con Ana de Austria, muy entusiasta del chocolate, que la costumbre de tomarlo arribó a Francia.

Era una bebida de lujo, a la que solo las clases altas y adineradas tenían acceso. En el ámbito privado se servía al desayuno o en la noche antes de irse a dormir, y en el público, en las llamadas chocolaterías y cafeterías, durante todo el día.

A medida que la moda tomó fuerza surgió una serie de artículos especiales para prepararlo y servirlo. Entre estas últimas están las tazas, más altas y grandes que las de té o café, de alrededor de 8 cm de diámetro por 7 cm de alto y con platillo de 12 cm de diámetro. Los primeros modelos eran semejantes a los vasos usados por los aztecas, con bordes anchos y sin asas, que resultaron bien mientras la bebida se tomó a temperatura ambiente. Para la década de 1760, cuando el chocolate ya se servía caliente, la mayoría de estas tazas contaban con asa, incluso había piezas que llevaban dos.

Se hicieron en cerámica y porcelana y sus diseños podían ser cilíndricos, con lados rectos o en forma de U abierto hacia los bordes. También fueron comunes las hexagonales y las con tapa para ayudar a mantener la bebida caliente. Durante el siglo XIX, Limoges y Dresden hicieron magníficos conjuntos de tazas para chocolate, hoy de colección.

1. Modelo de porcelana francesa traído a Chile por la tienda Gath & Chaves, que funcionó en la esquina de Estado y Huérfanos entre 1910 y 1952. $35.000 en Antigüedades Cristián Abarca & Erwin Van Diest, Av. Brasil 1157, local 183. 2. Taza de chocolate de porcelana Sèvres, parte de un juego de seis. $250.000 c/u en Antigüedades Arredondo, Av. Brasil 1157, local 223. 3. De porcelana de biscuit es esta pieza, probablemente alemana y marcada G616. $70.000 en Antigüedades Cristián Abarca & Erwin Van Diest. 4. Pieza con dorado ornamentada con motivos florales. $35.000 en Antigüedades Cristián Abarca & Erwin Van Diest. 5. También traído por Gath & Chaves era este modelo. $35.000 en Antigüedades Cristián Abarca & Erwin Van Diest.

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