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Ayudan a paliar inviernos muy fríos y veranos altamente calurosos:

Nivel de ingresos y vegetación impactan en que comunas alcancen temperaturas extremas

miércoles, 20 de febrero de 2019

Dierk Gotschlich
Nacional
El Mercurio

La realidad determinada por la geografía puede ser compensada con áreas verdes y mejores materiales de construcción, que predominan en el sector oriente de la capital.



A pesar de que se encuentran a pocos kilómetros de distancia, las comunas del Gran Santiago experimentan grandes diferencias de temperaturas en la misma estación del año.

En la ciudad hay sectores que destacan por tener climas más extremos, es decir, tienen inviernos más fríos y veranos más calurosos, que otras zonas de la misma urbe.

A la diferencia de la temperatura promedio que hay en invierno y verano se le conoce como amplitud térmica. Y en ella inciden factores como la geografía, pero también la planificación urbana.

En el Gran Santiago, por ejemplo, que haya climas más extremos está relacionado a los recursos que tiene cada comuna para invertir en su infraestructura, los materiales con los que se construye, y la mayor o menor presencia de vegetación y pavimento.

Así lo identificó un estudio del Centro de Inteligencia Territorial de la U. Adolfo Ibáñez (CIT UAI), con apoyo de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), que desarrolló un indicador para medir la amplitud térmica a través de imágenes satelitales.

En el mapa que construyeron de la capital se observa que, en su mayoría, las comunas del sector oriente tienen menor amplitud térmica que las del sector poniente (ver infografía). Es decir, esas últimas tienen temperaturas más extremas, pese a que factores naturales, como su cercanía a la costa, las debería a ayudar a regularlas.

Pía Palacios, investigadora del CIT UAI, dice que un fuerte impacto lo genera la construcción urbana, ya que la amplitud térmica es mayor en sectores que con mucho cemento. "Esto provoca que sean lugares más hostiles para vivir, porque se generan estas islas de calor. Y también son muchísimo más frías en invierno. Al tener casas que no están preparadas adecuadamente para soportar esto, nos llevan a una desigualdad tremenda, no tan solo en lo económico, sino también desde un tipo de confort ambiental", agrega.

Esta relación entre el exceso de pavimento, o áreas verdes, y calor se aprecia a simple vista en el mapa. Sectores como el Parque O'Higgins o el Campus Antumapu de la U. de Chile aparecen con temperaturas menos extremas que las de paños aledaños, en Santiago y La Pintana, respectivamente.

En el sector sur de la capital, "el río Maipo juega un rol súper importante y ayuda a disminuir el calor en el verano, también por la vegetación que tiene en algunos tramos".

El presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU), Sergio Baeriswyl, dice que esto es un reflejo de cómo la escasez de vegetación y áreas verdes afecta a los vecinos de comunas más pobres.

En ese sentido, expone que se debe hacer una modificación a los estándares de diseño de los espacios públicos, pensándolos como parques a los que los vehículos deben adaptarse, más que solo pavimento para que estos transiten.

"Los barrios deben diseñarse como parques con muchas áreas verdes, donde hay espacio para que los niños puedan jugar y las personas puedan reunirse. Ahí también pueden transitar vehículos, pero que no sean el actor protagónico", plantea.

El ministro de Vivienda y Urbanismo, Cristián Monckeberg, dice que se necesitan 9 m2  de áreas verdes por habitante, pero actualmente esa cifra solo llega a los 4 m2  en Santiago, y en algunas zonas no se supera 1 m2. "Estamos enfocando los recursos en aquellos lugares donde las áreas verdes son más escasas", asegura.

Correlación
La amplitud térmica de una comuna tiene relación con su nivel de ingresos.

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