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Proyecto clave para el transporte de la energía renovable producida en el norte:

Línea de transmisión eléctrica podría demorar hasta en seis meses su entrada en operación

sábado, 16 de febrero de 2019

Tomás Vergara P.
Economía y Negocios
El Mercurio

InterChile, empresa a cargo de la iniciativa, presentará una nueva prórroga ante las autoridades, tras persistir graves problemas para acceder a las zonas de trabajo.



En la primera semana de marzo vence el plazo para la entrada en funcionamiento de la línea de transmisión eléctrica Cardones-Polpaico, que unirá Atacama con la Región Metropolitana. Lo que definitivamente no sucederá, a raíz de los problemas que ha tenido la empresa InterChile, filial de la colombiana ISA, en el sector de La Dormida, en Olmué, Región de Valparaíso.

Durante los próximos días, la empresa comunicará formalmente de la contingencia. Pero, además, presentará una reprogramación con un nuevo calendario del proyecto a las autoridades correspondientes, el que si bien a la fecha sigue siendo ajustado por los equipos de la firma, cuenta con dos escenarios probables para seguir de aquí en adelante con la iniciativa clave para el transporte de la energía renovable que es generada en el norte del país.

En estos cálculos se utilizan los ritmos con los que se está trabajando actualmente en el fundo La Dormida, con lo que los plazos se extenderían en, al menos, seis meses más de no contar con el apoyo de la fuerza pública para poder acceder a las servidumbres.

Y es que la empresa contratista a cargo de levantar las torres de la línea, la también colombiana Edemsa, ha tenido que extremar recursos para completar las ocho torres que faltan. Entre ello se incluye que los trabajadores de la faena pernocten en la zona, así como realizar el traslado de material a través de helicópteros, es decir, transportando las partes de los equipos por vía aérea.

A la fecha se han contratado unos 15 helicópteros, cifra que se duplicará para realizar viajes a la zona en aquellas ventanas horarias en que las condiciones climáticas lo permiten, considerando los vientos que hay en el sector y la neblina matinal. Esto se suma a los riesgos que significa operar de esta manera, como lo ocurrido en octubre pasado, cuando una de las naves se precipitó a tierra en la zona de Limache, felizmente sin consecuencias fatales para sus ocupantes.

Se estima que en cada viaje se puede llegar a transportar hasta 300 kilos de material; en circunstancias de que la torre más grande tiene un peso estimado de 70 toneladas, lo que explica la extensión de los plazos que maneja la compañía.

Además, este método también conlleva importantes costos monetarios que no estaban considerados en la planificación original del proyecto, que se quedó con la licitación tras ofertar US$ 1.100 millones. Conocedores del tema indican que la orden de la compañía al contratista fue la de terminar de cualquier manera las obras, por lo que aún no se realiza un arqueo final del posible sobrecosto en el que se habría incurrido.

Fuerza mayor

A los problemas de acceso a las zonas de trabajo que han tenido los trabajadores del contratista se sumarían amenazas de muerte y destrucción de equipos (ver nota relacionada) , tónica que se ha presentado a lo largo de la iniciativa que se inicia en la Región de Atacama.

En diciembre, cuando la empresa pidió una prórroga, alegó razones de fuerza mayor, antecedentes que siguen siendo revisados por el Ministerio de Energía, para determinar si hay argumentos para cursarle multas.

Según trascendió, en los documentos que entregará la compañía, esta vez se incluyen fichas por hasta 80 eventos que han obligado a la empresa a paralizar obras por responsabilidad de terceros, solo hasta junio de 2018. Pese a esto, la intención de la firma colombiana sería seguir participando del mercado de la transmisión en Chile.

A JUNIO DE 2018 FUERON 80 LAS OCASIONES EN QUE SE PARALIZARON LAS OBRAS POR RESPONSABILIDAD DE TERCEROS.

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