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Encuentran registros de megaterremoto ocurrido hace seis siglos en el norte de Chile

jueves, 14 de febrero de 2019

Lorena Guzmán H.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

El 1 de septiembre de 1420, un maremoto desprendió bloques del acantilado cerca de Caldera de hasta 40 toneladas y, horas después, hizo que el mar se recogiera nueve veces en las costas niponas.



Entre las 6 y 10 de la mañana del 1 de septiembre de 1420, el mar se recogió nueve veces en los pueblos japoneses de Kawarago y Aiga. En el proceso, muchos peces quedaron varados en tierra y la gente estaba confundida, porque ningún temblor había precedido el evidente maremoto. Esto quedó registrado por los historiadores de la época y era la única información que había del evento, hasta ahora.

Pero ahora un grupo de investigadores de las universidades de Atacama y de Huelva, en España, descubrieron que el movimiento que originó este maremoto se produjo en el norte de Chile y que su magnitud habría sido superior a 9 Richter. La revista Sedimentology publicó el hallazgo.

Bajo las piedras

Cerca de Caldera, en el borde sur del desierto de Atacama, enormes bloques de roca yacen tierra adentro. Mientras los más cercanos a la costa pesan hasta 40 toneladas, otros más pequeños llegaron a unos 300 metros hacia el interior. Tratando de entender la procedencia de ellos, los investigadores buscaron debajo de las propias piedras.

"Ahí encontramos conchas de lapas, las que pudimos fecharlas con Carbono 14", cuenta Tatiana Izquierdo, investigadora de la Universidad de Atacama. Los moluscos databan de entre los siglos XIII y XVII.

Con ese dato, los científicos revisaron los terremotos ocurridos en Chile y ninguno concordaba, hasta que dieron con las crónicas japonesas. "Además, encontramos registros de daños en Hawái en la misma época. Todo coincidía", dice Manuel Abad, investigador de la Universidad de Atacama. Ahora había que establecer qué tipo de terremoto fue.

Calculando las dimensiones de los pedazos de acantilado que el mar arrancó y el lugar donde quedaron respecto de la línea costera, los científicos estimaron la altura de la ola del maremoto. "El agua alcanzó, por lo menos, entre los 18,5 y 24 metros de altura", dice el investigador. Esos datos sirvieron también para precisar la magnitud del evento, entre 8,8 y 9,4 Richter. Fue un megaterremoto.

"Esto es importante para entender mejor la laguna sísmica del norte de Chile", dice Manuel Abad. "Si bien hace tiempo se habla de un ciclo de ocurrencia que abarca 100 años, recientemente se ha planteado un superciclo de 300 años en el centro y sur del país, y uno que podría ser de 500 años en el norte", agrega. Esos ciclos más extensos estarían asociados a los megaterremotos, como el ocurrido en Valdivia en 1960 y, posiblemente, el de 1420 que acaban de descubrir.

Esto es importante para la sismología, pero también para la población. "Es crucial para la gestión de riesgos, la que debe replantearse la ocurrencia de eventos de magnitud 9 o mayor", opina el experto.

Este descubrimiento es crucial también por otra razón. "Las pistas de los antiguos terremotos y maremotos generalmente se encuentran en la desembocadura de los ríos. Como en el norte no hay grandes afluentes, los pocos vestigios que quedan desaparecen con los aluviones. Es mucho más factible encontrar evidencia en el sur del país", dice Tatiana Izquierdo.

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