Superintendencia evalúa sanciones por cortes de agua en Calama
lunes, 11 de febrero de 2019
Claudio Cerda Santander
Nacional
El Mercurio
Desde Aguas Antofagasta se señaló que se desplegaron todos los recursos posibles, dentro de un evento de gran magnitud como el ocurrido en la zona.
Las inusuales disputas entre vecinos para acopiar agua en bidones y baldes, distribuida por estanques y camiones aljibe, evidenciaron la magnitud del estado de emergencia que enfrentó Calama, tras el corte del suministro que se prolongó por una semana en la ciudad. La reposición total del servicio comenzó la tarde del viernes, tras una suspensión que incluso mantuvo por 24 horas sin suministro a la ciudad (habitada por 165 mil habitantes), entre las noches del lunes y martes. Un escenario que angustió a miles de vecinos, quienes llegaron a formar masivas filas ante los nueve estanques y cerca de 30 camiones de reparto que dispuso en un inicio la empresa a cargo del servicio. En ese contexto, algunos supermercados limitaron la venta de agua embotellada por la alta demanda, mientras funcionarios del área de salud advertían sobre el riesgo sanitario que implicaba la emergencia. El superintendente de Servicios Sanitarios (SISS), Ronaldo Bruna, permanece desde el viernes en Calama, encabezando la fiscalización a la reposición del servicio por parte de Aguas Antofagasta. Avalanchas de lodo y otros residuos afectaron las captaciones que posee la empresa en medio del invierno altiplánico, lo que determinó el corte de agua, según afirmaron representantes de la compañía. Bruna calificó como "muy deficiente" el plan de suministro alternativo, como las interrupciones del servicio. "Frente a este evento climatológico de alto impacto, que complicó la producción de agua, debieron efectuarse ciertos cortes. Los que no estuvieron bien organizados, desde nuestro punto de vista. Además, el sistema que le hemos exigido a la empresa de emergencia, de suministros alternativos para cuando ocurran estos cortes masivos, tampoco funcionó como nosotros esperábamos", afirmó. "Terminada la emergencia empezamos el proceso de evaluación del desempeño de la empresa. Se hace una investigación, y es muy probable que esa investigación termine en un procedimiento de sanción", detalló el representante de la SISS. Según Bruna, para nuevas emergencias se determinaron 90 puntos de distribución con estanques, alimentados con camiones aljibe, que superan el plan inicial con el que la empresa enfrentó la contingencia: cerca de 30 camiones de reparto y nueve estanques. "La empresa debe mejorar su estándar de distribución alternativo, como también los avisos a la población. Espero que la próxima emergencia, la gente de Calama la vea con mucho mejor preparación", aseveró la autoridad de la entidad. La habilitación del suministro contribuyó a reactivar el comercio en la ciudad, que permaneció cerrado durante gran parte de la emergencia, por falta de agua. Algunos empresarios de restaurantes reconocieron pérdidas de hasta un 80% en las ventas durante la contingencia, en comparación con una semana normal. Según Bruna, en el resto del país, ante cortes de agua se prioriza la distribución del recurso en estanques. "Sin embargo, en esta región, la empresa tomó la decisión de distribuir con camiones en vez de estanques. Eso no anduvo bien", detalló, precisando que el agua que hoy está llegando a las casas resulta "completamente potable". Carlos Méndez, gerente general de Aguas Antofagasta, planteó que la contingencia que enfrentó la empresa obedeció a un "evento catastrófico", por las peores lluvias en la zona en 47 años en febrero. "Como empresa hemos desplegado todos los recursos posibles desde hace una semana, cuando se inició el evento climático, y lo hemos informado y coordinado con las autoridades y la SISS", afirmó.
En el área seguridad de empresas sanitarias, estas superan los US$ 650 millones, según datos de la SISS.
