"Pon tus dedos así como tenazas. Ahora ábrelos y ciérralos", dice Lucas di Grassi, campeón de la Fórmula E en 2017 y expiloto de la Fórmula 1. Entonces Di Grassi toma la credencial plástica de la Fórmula E y la deja caer desde cierta altura para que yo intente atraparla. Lo hace una segunda vez y la tarjeta pasa entre los dedos y cae al suelo, tal como la primera vez. Mientras la recoge dice: "Si lo hiciera 100 veces, las 100 veces fallarías. Esa es la razón de por qué las carreras de vehículos autónomos serán más rápidas y precisas que las tradicionales con pilotos. Tu cerebro reacciona en dos décimas de segundo, pero el microprocesador de un vehículo autónomo lo hace en 2 milésimas de segundo", ejemplifica el actual corredor del equipo Audi Sport ABT Schaeffler, que compitió este fin de semana en Santiago. Di Grassi tiene doble militancia, además de piloto es el CEO de la RoboRace, una carrera de vehículos autónomos que está dando sus primeros pasos. El año pasado sorprendieron sus videos en los que estos vehículos corrían a 299,7 km/h en línea recta. "Este año haremos el primer campeonato, que empieza en mayo. Después, serán tres o cuatro carreras más", cuenta Di Grassi. La RoboRace tiene un vínculo con la Fórmula E: "Les arrendamos los circuitos para que ellos puedan usarlos en su competencia", dice Alberto Longo, director general de esa última categoría competitiva. Creando el RoboCar En 2017, la RoboRace presentó su primer vehículo autónomo, el RoboCar. Fue creado por Daniel Simon, un afamado diseñador de automóviles con un pasado en Bugatti y Volkswagen y quien diseñó los autos de la película "Tron: Legacy". Como era de esperar, no incluye una cabina para el piloto. La RoboRace se ha encargado de su diseño e ingeniería. La idea es que los equipos compitan en igualdad de condiciones y que la única diferencia sea en la inteligencia artificial que cada uno de ellos desarrolle. Si bien el RoboCar ya está siendo probado con éxito, se decidió comenzar la categoría con un vehículo distinto: el DevBot 2.0, que sí tiene espacio para un conductor. "La mitad de la carrera lo conduce el piloto, en la otra mitad este sale del coche y comienza la conducción autónoma. Un piloto habilidoso no solo podrá sacar ventaja cuando le toque conducir a él, sino que le enseñará mejor a la inteligencia artificial para lo que quede de carrera", cuenta Di Grassi. En las pruebas, dice Di Grassi, el conductor sigue siendo más rápido que la inteligencia artificial. "Actualmente, es entre 7% y 8% más veloz". Pero a futuro, agrega, la IA lo va a superar. Las dos primeras temporadas de la RoboRace serán de experimentación (la alpha y la beta). Ya en 2021 podría correr el RoboCar por sí solo. "Es difícil saber qué va a pasar, cómo va a reaccionar el público, si le va a gustar que solo lo conduzca la computadora o tendremos que adaptar el campeonato a otro formato. No lo sabemos, porque esto es inédito en el mundo. No tenemos respuestas, estamos probando", dice Di Grassi. El mundo motor está expectante: "Amo esta tecnología. Hay mucho que avanzar y hay que tener en mente cómo será la recepción del público. Obviamente hay que hacer muchos ensayos previos, ya que ha habido problemas en el pasado con otras tecnologías en que se ha ensayado poco", dice Amanda Stretton, expiloto de carreras y que estuvo en Chile como parte del equipo Panasonic Jaguar Racing. Más moderado es Alberto Longo. "Yo creo que la gente va a aceptar bien esta tecnología de vehículos sin conductor en su vida normal, pero no sé cómo será la aceptación en una carrera competitiva, en la que todo es excesivamente complejo". Para Di Grassi, la respuesta es que habrá cabida para todos. "¿Cuántas personas van a comprar en un caballo actualmente a pesar de que hace muchos años era común? Pues en 20 o 30 años nuestros hijos o nietos no van a necesitar manejar para ir al supermercado", dice el piloto brasileño. "En el futuro van a existir las carreras de autos con pilotos, aunque en las calles todos los autos sean autónomos. Esto es porque manejar es excitante, te provoca muchas emociones. Es la misma razón de por qué aún seguimos disfrutando las carreras de caballos", concluye.