Henry Ford II regresa a Chile

domingo, 27 de enero de 2019

Opinión
El Mercurio

Para supervisar en terreno la construcción de la planta automotriz de la compañía en Casablanca y participar en reuniones con altas autoridades, aterrizó en Santiago el presidente ejecutivo de la Ford Motor Company. "El Mercurio" informaba el 31 de enero de 1969, que "la actual visita es parte de una gira latinoamericana, que complementa las que realizó en 1963 y 1966, ocasiones en que fue recibido por los mandatarios Jorge Alessandri y Eduardo Frei, respectivamente".

A los periodistas que lo esperaban en el aeropuerto Pudahuel, Henry Ford II (51) les recordó que "desde 1945 administro la empresa familiar. En ese tiempo, ya había fallecido mi padre Edsel, de cáncer, y mi abuelo, Henry, con más de 80 años, mantenía una especie de regencia sobre el imperio que fundó siendo un simple mecánico (...)". Asimismo, explicó que la firma de los famosos Lincoln, de los modelos T y A, de los Falcon, entre otros automóviles, inició en 1924 sus actividades en Chile, ensamblando vehículos en una planta en las afueras de Santiago, con piezas que llegaban por barco a Valparaíso y, luego, en tren a la capital. "En 1963 vine a firmar un contrato adicional de licencia local para el comienzo de operaciones de la fábrica de armaduría en Arica", agregó.

Continuando con el programa del viaje realizado en 1969, vino la audiencia con el ministro de Economía, Enrique Krauss. A la salida, el empresario norteamericano expresó que "conversamos sobre nuestra gestión aquí y sobre la complementación de partes e insumos con Argentina y México, intercambio que ha ascendido en los últimos tres años a más de diez millones de dólares". También, puntualizó que "lo invertido en la nueva instalación, desarrollada con la más moderna tecnología, llegará a 6 y medio millones de dólares, y dentro de unos meses deberíamos producir 20 vehículos diarios, con un mínimo de 4.500 unidades entregadas anualmente".

Finalmente, la última actividad oficial de Henry Ford II en el país fue la ceremonia en que lo declararon huésped ilustre de Casablanca. Se leía que "los vecinos se congregaron en gran número frente al recinto edilicio para contemplar de cerca a uno de los representantes de las familias de mayor fortuna de Estados Unidos". Horas después, en compañía de su esposa y pequeña comitiva, abordó su avión birreactor con destino a Buenos Aires.