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El jueves pasado en el Centro Cultural Las Condes:

Jaime Orpis presenta libro sobre Corporación La Esperanza con análisis de políticas sobre consumo de drogas

sábado, 26 de enero de 2019

ANDRÉS LÓPEZ
Política
El Mercurio

En el texto hace una crítica al Ministerio Público por tratar de vincular el organismo con el caso Corpesca y cuenta el proceso personal del exsenador UDI indagado por presunto cohecho. El juicio oral partirá el 15 febrero.



"Muere un drogadicto y al subir al Cielo se encuentra con dos ángeles. Le preguntan qué hace allí. El drogadicto contesta que murió de una sobredosis de droga y que a raíz de su enfermedad había provocado mucho daño en la Tierra. El ángel le contesta que él no puede llegar al Cielo, sino que su destino es el Infierno. El drogadicto, frustrado, comienza a caminar cabizbajo hacia el Infierno. En el trayecto se encuentra con otro ángel, que le pregunta por qué está tan triste. Le responde que otros ángeles lo habían mandado al Infierno por ser drogadicto. El último ángel le señala que el único que toma las decisiones sobre quién se va al Cielo o al Infierno es Dios, y lo lleva a su presencia. Al llegar, Dios le pregunta por qué está allí. El drogadicto le cuenta, y Dios le contesta: "De inmediato te vas al Cielo, porque ya has vivido el Infierno en la Tierra".

Esta es una historia llamada "Dios y el drogadicto" que cuenta uno de los adictos rehabilitados en la Corporación La Esperanza y que es parte del libro lanzado el jueves por el exsenador UDI Jaime Orpis en el Centro Cultural Las Condes en que relata los casi 25 años de existencia de la fundación que se dedica desde 1995 a la rehabilitación de los consumidores de alcohol y drogas. En la cita realizada a las 19.15, el ex parlamentario, que fundó el organismo y que no pertenece a este desde hace 9 años, contó que su libro titulado "El valor de la esperanza" estaba presupuestado ser lanzado el 25 de julio de 2015, pero que a raíz de la investigación en contra por el caso Corpesca, donde es indagado por eventual cohecho y fraude al fisco, decidió postergarlo. Actualmente, Orpis es uno de los acusados en este caso y arriesga una pena de 21 años de cárcel. El juicio oral se iniciará el 15 de febrero.

Al lanzamiento asistieron empresarios, funcionarios y miembros del directorio de la corporación, amigos del colegio y la universidad, y militantes de la UDI como Carlos Bombal y Gonzalo Cornejo, entre otros. Durante el lanzamiento, uno de los adictos rehabilitados habló sobre su experiencia y dificultades: pasó de delinquir y estar en la calle a tener una familia, recuperar a su hija y poder trabajar. Procesos que Orpis relata y analiza en el texto que será entregado de forma gratuita.

Reflexiones

"Han sido los 20 años más importantes y maravillosos de mi vida, y nadie me los podrá arrebatar jamás (...) Llegué a la conclusión que los adictos más que enfermos, sus vidas son destruidas y, por lo tanto, lo que hace La Esperanza va mucho allá que un tratamiento clínico. El concepto, es la reeducación en que se inculcan valores, hábitos y, por sobre todo, el ser capaces de descubrir su propio proyecto de vida", indica en el libro Orpis y hace un llamado frente a esta problemática: "Pero después de 20 años, no solo me debo quedar con un diagnóstico, sino hacer un llamado para que las autoridades sean responsables a la hora de tomar decisiones" y apunta a que el problema actual es el alto nivel de consumo y por lo que las políticas públicas deberían "enfocarse a reducirlos y no a tomar medidas que apunten a legalizar o regular el consumo recreativo. Tengo la convicción, de que ha sido un error el que recientemente hayan pasado la marihuana a lista dos, cuando hoy Chile tiene los más altos consumos del mundo a nivel escolar". Además, realiza un análisis de cifras y estudios sobre los tipos de droga, consumo y problemáticas en años anteriores, tendencias que, de acuerdo con él, se mantienen.

La corporación, tiene sedes en Santiago y regiones, atendiendo a las personas de forma gratuita. Actualmente, la esposa de Orpis, quien lo acompañó en la fundación del organismo y en su expansión, Ana Luisa Jouanne, es la presidenta del directorio.

"Lo definimos como un proyecto de matrimonio; nuestros aporte como personas a la sociedad, especialmente a los más pobres entre los pobres. En la historia de La Esperanza hemos enfrentado muchos desafíos, algunos parecían imposibles, también hemos debido retroceder... cerrar centros (...). Este no es un libro de exculpación por los cargos que se me imputan ni un intento de lavado de imagen (...). No puedo terminar esta introducción sin antes pedir con sinceridad perdón por los errores cometidos, y asumiré las responsabilidades que de ello deriven, pero también me defenderé de aquellos cargos que se me imputan cuyos delitos no he cometido", señala al inicio del libro.

Críticas

En el epílogo del libro, el exsenador UDI se refiere a la investigación en su contra y los efectos que tuvo en la corporación.

"Me he hecho cargo, pedido perdón y reparado íntegramente todo perjuicio al Estado, a la espera de que los tribunales determinen en lo penal. Con igual fuerza he reiterado una y otra vez mi inocencia, especialmente en relación al cohecho que apunta a lo más central de mi conciencia: mi libertad. Nadie me ha comprado (...) Apenas comenzó la investigación judicial en mi contra y anticipándose a cualquier duda, La Esperanza hizo llegar voluntariamente a la fiscalía toda su contabilidad, sus respaldos de donaciones, su administración (...) en paralelo, el Servicio de Impuestos Internos, más allá de toda proporción investigó a La Esperanza ¡12 años!, pero no encontraron nada. Porque no hay nada. Simplemente, La Esperanza no tiene relación con platas políticas. La fiscalía sabe con certeza todo sobre La Esperanza, pero no dijo ni una palabra para liberarla de la duda... Al contrario, hasta el último minuto logró que su nombre permaneciera y seguirá haciéndolo", da cuenta.

El exsenador manifiesta que algo paradójico es que "en forma paralela durante todo el período que duró la investigación ha sido el propio Ministerio Público el que ha propuesto a los Tribunales de Justicia derivar a la Corporación La Esperanza personas que han cometido delitos y que presentan altos niveles de adicción a través del programa denominado 'Suspensión condicional del procedimiento' conocido como Tribunales de Tratamiento de Drogas (TTD)".

La muerte como salida

Durante el epílogo también cuenta que la última campaña en que fue elegido senador la enfrentó con déficit de fondos. "Improvisé una campaña sin un peso y aún con las deudas de la campaña anterior y ahí comenzó esta pesadilla".

Orpis manifiesta que "en el 2015 cuando se filtraron los correos de Corpesca y me lincharon públicamente sin que yo declarara y sin posibilidad de defenderme frente a la información sesgada e incompleta, no quería seguir viviendo y vi en la muerte la mejor salida para salvar La Esperanza. Fue en esos días cuando tuve un infarto al miocardio, pero quedé vivo. Me rebelé, perdí la poca fe que me quedaba. Después del infarto y de declarar voluntariamente frente a la fiscalía, el doctor me recetó desconectarme para tratar de recuperarme" y finaliza: "En un presente y futuro lleno de incertidumbres, en que la rabia, la impotencia, no frente a la investigación, sino lo sesgado por la misma, he querido que mi alma no se llene de odio o venganza, sino exista un espacio que ojalá cada día sea mayor para pensar en cómo volver a la vida a partir de la ESPERANZA, no ciertamente desde la corporación porque eso ya no puede ser, sino que desde las lecciones que de ella aprendí a lo largo de más de dos décadas", finaliza.

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