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El cuidado preventivo de la salud de las colmenas es crucial para conservar a las abejas

lunes, 21 de enero de 2019

Lorena Guzmán H.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

La limpieza, el menor uso de químicos y el monitoreo de plagas no solo aumentan la supervivencia de estos insectos, sino que también mejoran la producción de miel.



Hace tres años que llegó a las manos de Flor Villalobos un enjambre de abejas y en ese momento decidió dedicarse a la apicultura. Camino a la reserva Río Clarillo, en Pirque, sus insectos morían y no sabía por qué. Aunque siguiera el consejo de los más experimentados no lograba cambiar el sino de la colmena. Hasta que se dio cuenta de que ella misma las estaba matando.

Flor es uno de los 31 apicultores de Lampa, San José de Maipo y Pirque que participó en las capacitaciones que hizo Fraunhofer Chile Research para mejorar la salud y la productividad de sus colmenas. En el marco del proyecto Salud Apícola 2020 Latam, nuestro país fue el primero donde se llevó a cabo esta iniciativa que continuará en Colombia, Argentina y Costa Rica.

"Tanto en Chile como en Latinoamérica, la apicultura está en proceso de profesionalización y perfeccionamiento, y nos dimos cuenta de que lo que faltaba era conocimiento sanitario y de gestión ambiental", dice Mayda Verde, investigadora de Fraunhofer Chile Research que dirigió la capacitación.

"No me había dado cuenta de que estaba perdiendo las abejas por el ácaro Varroa destructor , pero ahora soy capaz de identificarlo y tratarlo", asegura Flor.

La gran barrera para frenar la muerte de las abejas en el mundo, y en Chile, son los múltiples factores que contribuyen al problema. El ácaro antes mencionado es uno de los enemigos, pero también lo son otras enfermedades, el deficiente uso de plaguicidas, las malas prácticas agrícolas, la presencia humana y el cambio climático.

"Los agricultores no siempre tienen la claridad de que la apicultura beneficia a la agricultura, por lo que sus prácticas no suelen ir en favor de las abejas", dice la investigadora. Por eso el enfoque que se les está dando a las capacitaciones es de una medicina preventiva para así evitar brechas sanitarias.

Colmenas sanas no solo implican más abejas vivas, sino también mayor producción de miel. Por ejemplo, en Lampa, Benjamín García pasó de obtener un promedio de 24 kilos de miel por colmena a tener uno de 28. "Cuando comencé la capacitación, en 2017, monté una apiario experimental para comparar y ver los cambios. Definitivamente, las abejas se ven más fuertes, mejor nutridas y más vigoras", cuenta.

Otro foco de las capacitaciones es el cuidado del medio ambiente. El equilibrio que debe existir entre los tratamientos que puedan recibir las colmenas y el ambiente en que están es delicado. Por eso es necesario priorizar los productos orgánicos por sobre los químicos.

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