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Tras el ataque a una academia de policías en Bogotá, que dejó 21 muertos, se cerró la mesa de paz con la facción:

Duque atribuye atentado al ELN y reactiva órdenes de captura a negociadores del grupo

sábado, 19 de enero de 2019

José Tomás Tenorio Labra
Internacional
El Mercurio

Las autoridades de Colombia aseguraron tener pruebas que demostrarían que la explosión es obra de la última guerrilla activa en la nación. El Presidente pidió a Cuba, donde se desarrollaban las conversaciones, entregar a los "terroristas" a su país.



Luego de responsabilizar al Ejército de Liberación Nacional (ELN) del atentado explosivo contra una academia de policías en Bogotá el jueves, el Presidente de Colombia, Iván Duque, golpeó la mesa de los ya estancados diálogos con esa guerrilla, que -en sus palabras- demostró no tener "ninguna voluntad genuina de paz", y ordenó reactivar la orden de captura contra los negociadores del grupo.

"La paz se debe construir sin premiar ni legitimar a los criminales, y la paz no puede ser producto del chantaje contra la legalidad", argumentó el mandatario en un mensaje a la nación.

"He ordenado el levantamiento de la suspensión de las órdenes de captura a los 10 miembros del ELN que integraban la delegación de este grupo en Cuba -en el marco de los diálogos de paz- y he revocado la resolución que creaba las condiciones que permitan su permanencia en ese país", afirmó Duque, respecto de los negociadores de un proceso que inició en el gobierno anterior, en 2017 en Quito, y que en 2018 se trasladó a La Habana, donde la última ronda de conversaciones concluyó el pasado agosto.

"Esto significa la terminación inmediata de todos los beneficios otorgados a ellos en el pasado por el Estado y la activación de las circulares rojas de la Interpol", agregó el Presidente, y pidió a Cuba "hacer efectivas las capturas de los terroristas que se encuentran en su territorio y entregarlos a las autoridades policiales colombianas". Duque también dijo que denunciará a "cualquier Estado que brinde respaldo o permita la presencia de miembros de este grupo en su territorio", lo cual, según France Presse, es una notificación a Venezuela.

La alocución de Duque -que no afirmó explícitamente que cancelará los diálogos con el ELN- llegó el mismo día en que las autoridades atribuyeran a esa guerrilla el atentado que dejó 21 muertos y 68 heridos. Según explicó el ministro de Defensa, Guillermo Botero, todos los muertos, a excepción del conductor del auto bomba, corresponden a cadetes de la Policía de entre 17 y 22 años de edad.

Botero aseguró que lograron determinar la participación del grupo tras identificar al conductor del vehículo, José Aldemar Rojas Rodríguez, de 56 años. Alias "Mocho" o "Kiko", era "un explosivista de la guerrilla que perdió su mano derecha y que desde 1994 se desempeñó como miliciano del ELN en Puerto Nuevo, en el departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela", explicó. El ministro, además, dijo que gracias a la investigación determinaron que el ataque fue planeado con, al menos, 10 meses de antelación.

El fiscal general, Néstor Humberto Martínez, reafirmó las acusaciones y aseguró que las autoridades tienen "documentos que así lo acreditan". El fiscal, además, aseguró que las autoridades capturaron ayer en la capital a un hombre identificado como Ricardo Andrés Carvajal, quien sería uno de los presuntos autores intelectuales del atentado. "Tenemos audios recopilados por la fiscalía que permiten advertir que Ricardo Andrés Carnaval Salgar por medio telefónico reconoce coparticipación en grado de autor en el delito del acto terrorista que se cometió ayer", dijo.

Por su parte, el director de la Policía, el general Óscar Atehortúa, aseveró que "la Policía no va a parar, no va a ceder, y la Policía va a ser contundente, porque cualquiera que crea que puede maltratarnos a nosotros y a la ciudadanía en general, con actos terroristas, tendrá que pagar y purgar sus penas".

Durante la mañana, Duque se reunió con ministros y otras autoridades de seguridad y defensa para determinar los pasos a seguir tras el ataque a la Escuela de Policía General Santander, símbolo histórico para los oficiales colombianos y destino de cadetes de varios países.

Con respecto a los diálogos, el comisionado de paz Miguel Ceballos aseguró que "no habrá espacio al diálogo con el ELN si el grupo continúa con los actos criminales. Frente al terrorismo no vamos a ceder". Y si bien los analistas creen que lo más probable es que se incrementen los operativos militares contra la guerrilla, aseguran que podría ser un arma de doble filo.

"Es previsible que haya un recrudecimiento de las operaciones militares por parte de la fuerza pública. (Pero) la realidad es que en este momento el Presidente Duque está un poco contra las cuerdas. La mayoría de los colombianos le estamos pidiendo una acción fuerte en contra de los terroristas, pero eso, por supuesto, podría desencadenar una serie de actos armados, particularmente urbanos, que es en lo que se especializa el ELN, con unas posibilidades de perturbación social muy grandes y dificultarle la gobernanza", explicó a "El Mercurio" José John Marulanda, experto colombiano en temas de seguridad.

"Por otro lado, si él se ablanda y decide continuar o abrir la mesa de negociaciones, va a quedar como un Presidente débil, asustadizo, que no aguanta grandes presiones, que es lo que busca el ELN. Ahí su prestigio seguiría bajando, lo que también le dificultaría la gobernanza. En ese vaivén es que tiene que tomar partido el Presidente, y ambas opciones son bastante complicadas", agregó.

Diálogos complejos

Iniciados en 2017, bajo el mandato de Juan Manuel Santos (2010-2018), los diálogos de paz entre el gobierno y el ELN se han visto estancados desde la llegada al poder de Duque -en agosto del año pasado-, quien durante su campaña fue un duro opositor a las negociaciones, ya que criticaba que mientras los líderes del grupo rebelde estaban sentados dialogando, sus integrantes continuaban perpetrando atentados y secuestrando.

Tras asumir, Duque pausó durante un mes las conversaciones con el ELN, y posteriormente aseguró que solo las reanudaría si el grupo liberaba a todos sus rehenes y terminaba con sus ataques a la infraestructura petrolera del país. Pero ante el rechazo de los guerrilleros a las demandas, cualquier avance del proceso se ha visto imposibilitado.

Aun así, los rebeldes han insistido para que Duque retome las conversaciones, mientras que han continuado con sus acciones en algunos puntos del país. Pero la magnitud del ataque prácticamente significa una lápida para el proceso.

Suspensión

Twitter cerró ayer las cuentas del ELN en la red social, luego de que el gobierno responsabilizara a la guerrilla por el ataque explosivo del jueves.

Por medio de esas cuentas, el grupo rebelde publicaba comunicados, opiniones e información sobre el acontecer nacional colombiano.

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