Dólar Obs: $ 948,61 | -0,72% IPSA -0,25%
Fondos Mutuos
UF: 37.237,20
IPC: 0,40%
Científico Rob Knight reveló avances ayer durante su charla magistral en el Congreso Futuro:

Nuestros microbios pueden ser la próxima terapia contra la obesidad

viernes, 18 de enero de 2019

JANINA MARCANO F.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Se espera que pronto las bacterias humanas ayuden a personalizar las dietas e incluso a disminuir el apetito.



"¿Q ué especie queremos ser?", preguntó ayer Rob Knight al público apenas apareció ayer ante el colorido escenario del Congreso Futuro, que este año invita a esa reflexión.

A cientos de personas que lo esperaban desde antes de las 10 de la mañana en la sala, el científico respondió: "Bueno, para entender eso, primero tenemos que saber qué especie somos (...) y nuestro cuerpo es solo 43% humano".

El resto son microbios. Así partió la charla magistral de este bioquímico neozelandés (43) y doctor en ecología y biología evolutiva de la Universidad de Princeton (EE.UU.).

Knight es también profesor de Ciencias en la Universidad de California, en San Diego, y director y fundador del Centro para la Innovación en Microbiomas de esa casa de estudios.

Durante los últimos 15 años, el científico ha estudiado la relación entre la obesidad y el microbioma, es decir, la población de microbios y su material genético presente en distintos ecosistemas del cuerpo.

"Y les puedo decir con 90% de seguridad que si alguien es delgado u obeso depende mucho de los genes de los microbios que están en su intestino".

Mientras mostraba fotos de su laboratorio, Knight habló sobre uno de sus estudios para el cual tomó bacterias intestinales de un humano obeso y otro delgado y los transfirió a ratones flacos.

El resultado: los animales con bacterias de la persona con obesidad engordaron y los que recibieron las del humano delgado mantuvieron su peso. El científico cree que esto podría ocurrir de la misma manera en personas porque los microbios humanos son eficientes para extraer energía de los alimentos y, en casos específicos, también pueden aumentar el apetito.

"Ya se ha demostrado que el microbioma afecta, además, la respuesta a los medicamentos y a la dieta para bajar de peso", dijo Knight a "El Mercurio".

"Entonces, creo que pronto podría usarse para saber qué dieta o qué intervención elegir de forma personalizada en lugar de probar cosas diferentes durante meses que finalmente no funcionan", añadió.

Por e-mail

Aunque no está claro cuándo estarían disponibles estos tratamientos, el especialista imagina que consistirían en tomar una muestra de contenido fecal propio y enviarlo a una empresa que devolvería los resultados por e-mail "diciéndote qué debes comer y qué no para hacer más efectiva tu pérdida de peso".

Según explica, este proceso ya está clínicamente validado en EE.UU. y se usa en Israel para el control de dieta en la diabetes tipo 2.

¿Es caro? Sí. Pero Knight estima que los avances en secuenciación de ADN y big data lo harán cada vez más económico.

También es probable que pronto se identifique una estrategia basada en microbioma para disminuir el apetito.

"Es muy factible; de hecho, eso pasa en modelos animales. Hay microbios buenos que reducen la activación del sistema inmune, lo que también reduce el apetito y eso es posible hacerlo en humanos. Será muy interesante hacer ese estudio".

Mientras la investigación avanza, hay formas "caseras" y de impactar positivamente el microbioma para evitar la obesidad, según Knight.

"Se ha visto que comer una mayor diversidad de especies de plantas (albahaca, perejil, romero) mejora dramáticamente la microbiota", asegura.

También hay evidencia de que comer alimentos fermentados contribuye a la pérdida de peso a través de un proceso de fermentación en el estómago.

39 trillones
de células microbianas tiene el cuerpo, nueve trillones más que células humanas. "Somos más microbios que humanos", dijo Knight ayer.

 Imprimir Noticia  Enviar Noticia