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Valiosa pieza arqueológica se ubica a 84 kilómetros de Iquique:

La larga historia de vandalismo que ha sufrido el Gigante de Tarapacá

domingo, 13 de enero de 2019

M. Torres y J.M. Muga
Nacional
El Mercurio

Fiscalía asegura que es difícil investigar los casos. Las medidas de seguridad que se han implementado en los últimos años no han tenido éxito.



Aunque está resguardado por el Consejo de Monumentos Nacionales, la detención de tres belgas, dos con nacionalidad chilena, el pasado viernes, quienes habrían ingresado en una camioneta al Gigante de Tarapacá, revela la desprotección que sufre este milenario geoglifo en el cerro Unita, comuna de Huara, a unos 84 kilómetros de Iquique.

Esa ocasión, sin embargo, no ha sido la única en donde ha sido dañado el geoglifo antropomórfico más grande del mundo según especialistas, pues desde hace varios años ha sufrido una serie de hechos vandálicos.

Uno de los más recientes fue dado a conocer en agosto pasado cuando la seremi de Bienes Nacionales de Tarapacá, Pilar Barrientos, presentó una denuncia en la fiscalía luego que un particular divisara el rayado en la figura.

Antes, en agosto de 2015, el entonces concejal de Pozo Almonte, Luis Martínez, se disculpó tras escribir su nombre junto a la imagen y en octubre de 2009, unos viajeros le habían dibujado un ombligo.

Pese a los constantes daños, según el fiscal de Pozo Almonte, Hardy Torres, la investigación de estos casos es compleja. "No hay vigilancia. El acceso es libre desde la carretera. Entrar, destruir y salir es fácil, y lo despoblado dificulta identificar a las personas", reconoce.

Medida sin éxito

Debido a los problemas generados, el Gobierno Regional en marzo de 2013 anunció que habría un cierre perimetral, en donde se construirá un muro para proteger al Gigante de Tarapacá.

Sin embargo, la iniciativa, que comenzó a construirse con un presupuesto de $488 millones y fue adjudicada a Frontanilla y Orellana, fue abandonada en abril de 2014.

Por lo que hoy no solo continúa desprotegido, sino que también está rodeado de escombros, material de construcción y postes oxidados.

Según la empresa, la obra se paralizó debido a los sismos que ocurrieron en abril de 2014 que provocaron "deterioros de diversa consideración" en la construcción. En tanto, el Ministerio de Obras Públicas argumentó que la empresa no cumplió con los plazos (de 240 días) y tramitó el fin anticipado del contrato.

Tras ello, la empresa demandó al fisco, causa que se mantiene archivada.

Desde Obras Públicas, la directora regional de Arquitectura, Yeny Osorio, reconoce que el proyecto de cierre "no llegó a buen término", disponiendo la Dirección de Arquitectura de Tarapacá una liquidación anticipada del contrato, que se concretó en 2016.

Por su parte, en una investigación desarrollada por un arqueólogo de la U. de Tarapacá, Luis Briones, se indicó que la construcción de este tipo de medidas de protección no son recomendables.

"El serio inconveniente es que el muro generaría una retención de arena terminando por enterrarlo. No se garantiza una permanencia más allá de cinco años", indica.

Agregó que "cuánto cuesta sacar ese muro... Más caro que el proyecto mismo".

Tamaño

Arqueólogos han establecido que mide unos 115 metros de largo y que se emplazó entre el 700 y 1200.

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