En la tarde de ayer un nuevo aviso por un bulto sospechoso llegó al GOPE de Carabineros. Se trataba de una caja blanca con cinta adhesiva ubicada bajo un basurero en la calle Gloria, comuna de Las Condes. El operativo obligó a interrumpir el tránsito por casi una hora en el sector, hasta que personal de Carabineros descartara la presencia de un artefacto explosivo. Desde el atentado del viernes pasado, que dejó a cinco personas heridas, se han registrado al menos siete alertas de paquetes sospechosos, de acuerdo a la policía uniformada. Es un fenómeno que, según los expertos, se puede explicar por la ansiedad y estrés que producen hechos traumáticos. "Se levanta una alerta y termina siendo contagioso, quedan impregnados en la sociedad. Todo acaba siendo un objeto sospechoso tras eventos traumáticos", explica Javier Romero, sociólogo y sicólogo de la Universidad de Santiago de Chile. El especialista asegura que el constante acceso a información hace que estas alertas se incorporen como algo común, sobre todo si ocurrieron hechos de alto impacto público en lugares de acceso masivo, como un paradero del Transantiago. En tanto, la directora del Colegio de Psicólogos de Chile, Isabel Puga, enfatiza que la incertidumbre que se produce en la sociedad luego de episodios como el ocurrido el viernes pasado "es un círculo vicioso, donde se cuestiona a las autoridades y a los servicios de inteligencia en sus procedimientos". Sobre las consecuencias en la salud de la población, Puga asegura que principalmente en los habitantes de zonas emblemáticas de la capital -posibles blancos de eventuales ataques- se podrían presentar cuadros de ansiedad, preocupación, estrés y anticipación catastrófica.