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Análisis en alumnos de primer año:

Los logros académicos de los universitarios se vinculan con las redes de amistad que forman

lunes, 07 de enero de 2019

M. C.
Educación
El Mercurio

Estudiar con amigos suele ser eficiente, porque genera pertenencia y ayuda a combatir el estrés. Al mismo tiempo, permite contrastar miradas.



Tras analizar a 226 estudiantes que cursaban su primer año de clases en la universidad, investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zurich concluyeron que los alumnos socialmente aislados tenían calificaciones más bajas en comparación con aquellos que durante ese período lograron desarrollar un grupo de amigos.

"Las redes entre los estudiantes que participaron en la investigación eran prácticamente nulas antes del primer día de clases, porque el 81% acababa de mudarse de otras ciudades o países", indica la investigación, que se publicó en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Todo cambió a fin de año, cuando seis de cada 10 estudiantes dijeron que consideraban a uno de sus compañeros como un muy buen amigo. Esto permitió a los investigadores hacer un análisis en el que vieron que aquellos jóvenes que tenían un mayor número de interacciones positivas con otros, también tenían los mejores resultados académicos.

"Para muchos jóvenes, estudiar con otros podría ser más eficiente que estudiar solo. ¿Y cómo encuentran a otros para repasar con ellos? Lo que vimos es que los alumnos típicamente estudian con amigos que hicieron durante el año académico", comenta Christoph Stadtfeld, principal autor del estudio.

"Otra razón puede ser que las redes tienen efectos positivos en el bienestar, el estrés y el sentimiento de pertenencia a una comunidad. En momentos agobiantes, esto puede ayudar", comenta.

Las interacciones sociales ofrecen "la oportunidad de observar la forma en que otros se aproximan, piensan y resuelven problemas que pueden ser distintos a los propios. Esto ayuda a contrastar y genera lo que se suele llamar 'conflicto sociocognitivo', al movilizar las propias estructuras de conocimiento, generando aprendizaje", indica Tatiana Cisternas, académica de la Facultad de Educación de la U. Alberto Hurtado. "Por otra parte, interactuar con otros obliga a formular verbalmente las propias ideas con el fin de comunicarlas a los demás; esto implica analizar más lo que se pretende transmitir".

Entre las sugerencias del estudio está que las universidades sepan promover la interacción entre sus alumnos.

"A nivel curricular, creo que la principal forma para lograrlo es el trabajo colaborativo -ojalá multidisciplinar- en base a proyectos e incorporando metodologías de enseñanza que promuevan la didáctica, la creatividad y el trabajo en equipo. Esto es fundamental en nuestra sociedad actual, que busca el desarrollo de relaciones y habilidades interpersonales, las que pueden llegar a ser competencias distintivas de la formación de un profesional", plantea Javier Bendek, director de Formación Integral de la U. Finis Terrae.

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