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Bush advierte una "larga y dolorosa" recesión si el Congreso no aprueba rescate

jueves, 25 de septiembre de 2008

FRANCO VERA y GONZALO VEGA
Economía y Negocios, El Mercurio

Demócratas amenazan rechazar el proyecto e incluso negocian otro acuerdo con los republicanos para crear uno alternativo.Ben Bernanke recordó a congresistas que un retraso en la aprobación tendría efectos sobre toda la economía mundial.

El Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, pidió anoche comprensión a los ciudadanos y apoyo a los políticos para aprobar su plan de salvamento económico, sin el cual, aseguró, augura un panorama negro de "pánico" y "gran recesión".

En un mensaje televisado a todo el país en horario de máxima audiencia, que fue reproducido por las agencias de noticias, Bush aseguró que existe el riesgo de "una recesión larga y dolorosa", por lo que los principales expertos de su gobierno coinciden en la necesidad de acciones rápidas por parte del Congreso.

"A pesar de las correcciones en el mercado y situaciones de abuso, el capitalismo democrático es el mejor sistema jamás inventado", dijo, en respuesta a las críticas internas a las intervenciones en el mercado. El discurso del Presidente no estaba previsto, y apenas se anunció unas horas antes de producirse, por lo que fue interpretado como un último esfuerzo para destrabar la iniciativa antes de que se inicie el receso (que se prolongará tras las elecciones del 4 de noviembre) del Congreso este fin de semana.

Desde el despacho oval, Bush insistió en explicar a los ciudadanos la pésima situación en que caerá el país si no se utilizan los US$ 700 mil millones. "Más bancos podrían derrumbarse, incluso algunos en su comunidad. La bolsa caería aún más, lo que reduciría el valor de su fondo de pensión. El valor de su casa podría desplomarse", dijo.

El Presidente aseguró entender que "es difícil" utilizar tanto dinero de los contribuyentes para un paquete de emergencia. "(Pero) Estamos en medio de una terrible crisis financiera", sentenció.

Lobby en el Congreso
En tanto el secretario del Tesoro de EE.UU., Henry Paulson, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, testificaron por segundo día seguido ante los molestos senadores estadounidenses para tratar de convencerlos de aceptar el plan que, según confesara Paulson, tenían preparado desde hace meses.

Tras la presentación de Paulson y de Bernanke, los senadores demócratas advirtieron que estaban trabajando en una propuesta "consensuada" de plan de rescate. Barney Frank, presidente de la Comisión de Servicios Financieros de la Cámara Baja, aseguró que invitarían a los senadores republicanos a negociar un acuerdo, y dijo que la propuesta estaría lista hoy.

Señales de acuerdo
Antes, durante su intervención, Henry Paulson había dado algunas señales de aceptar una cláusula de los senadores de ambos partidos, respecto de poner límite a los pagos compensatorios a ejecutivos de compañías en Wall Street que se han visto beneficiadas tras sacar provecho de la crisis de las hipotecas.

Sin embargo, Paulson no acogió las solicitudes de que el gobierno de Estados Unidos tome participación accionaria en las empresas que se vean beneficiadas por el paquete de rescate. El secretario del Tesoro destacó que la acción no significaría un gasto para el país. "Es un programa de compras de activos, y los activos que son comprados y mantenidos serán revendidos con ganancias que regresen al gobierno", aseguró.

El presidente del comité económico del Senado, Charles E. Schumer, destacó que hay voluntad entre los senadores para llegar a un acuerdo rápido de algunas partes del plan, pero que éste no será aprobado sin las adecuadas salvaguardias.

Previamente, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, había llamado a los senadores de EE.UU. a acelerar su apoyo al plan.

Frente a las dudas que ha generado el documento, explicó cómo la falta de crédito que se ha generado tras la crisis financiera ha afectado a los "aproblemados" prestamistas, los que, al prestar menos, limitan el gasto de las personas, la producción y la generación de empleo. Este tema traspasaría además las fronteras de EE.UU., afectando a otros mercados del mundo, dijo.

El costo de la crisis
Según el FMI, el costo total que ha significado la crisis de las hipotecas ascendió hasta los US$ 1,3 billones (millones de millones) tras las recientes turbulencias de los mercados.

Esto involucra más de un 30% por encima de su cálculo anterior. De esta cifra, sólo en Europa y en EE.UU. se han perdido entre US$ 640.000 millones y US$ 730.000 millones en activos.





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