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Líderes mundiales critican la poca transparencia de los mercados en la crisis financiera global

miércoles, 24 de septiembre de 2008

FRANCO VERA
Economía y Negocios, El Mercurio

Presidente Sarkozy llamó a reconstruir un "capitalismo regulado", mientras el Presidente Bush trata de inyectar calma.

Los mandatarios mundiales reunidos ayer en Nueva York parecían tener un foco principal de discusión en la cumbre número 63 de la ONU: la crisis financiera global y el plan de rescate propuesto por el gobierno de Estados Unidos.

El Presidente francés, Nicolas Sarkozy, tuvo palabras duras para referirse a la debacle financiera que ha marcado a los mercados, y llamó a mejorar la transparencia de ellos. Para lograr esto, propuso la reconstrucción de un "capitalismo regulado, en donde todos los misterios de la actividad financiera no queden sólo a juicio de los operadores de mercado".

En la misma línea, el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, también tuvo críticas a la gestión que se ha hecho frente a la crisis de los bancos. "La euforia de los especuladores ha engendrado la angustia de pueblos enteros", comentó, asegurando que se necesita un mecanismo de prevención y control para dar transparencia a las transacciones internacionales, con decisiones que deben tener un carácter global.

El Presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, fue más allá y llamó a realizar una cumbre del grupo de los 8 países más industrializados (G8) para noviembre de este año. También abogó por la ampliación de éste a otros países con mercados emergentes, como China, India, Sudáfrica, México y Brasil, para hacer frente al actual problema y sacar lecciones de la actual crisis para que ésta no se repita.

Esta no es la primera vez que el Presidente Sarkozy expresa su intención de incluir a países con economías emergentes a la cumbre del grupo G8.

Pasos audaces
En tanto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió a los mandatarios de los 192 países asistentes que recuperen el orden en los mercados financieros internacionales, y criticó de manera firme "la fe ciega en los mercados", causal de la actual crisis.

La intervención de George W. Bush, Presidente de EE.UU., era una de las más esperadas debido al reciente anuncio de su gobierno de un plan de rescate a las entidades financieras, comprando hipotecas en problemas por hasta US$ 700 mil millones.

Bush intentó dar calma al resto de los países, asegurando que se han tomado "pasos audaces" para terminar con la crisis financiera dentro de su país. Reconoció que de no lograrlo, el problema tendría "efectos devastadores en otras economías en el resto del mundo".

El Presidente Bush destacó que la economía mundial hoy en día tiene mayor interdependencia que nunca en la historia, para luego sellar el tema asegurando absoluta confianza de una futura aprobación de las medidas que la Fed y el Tesoro presentaron ayer -sin mucho éxito- ante el Congreso estadounidense (ver recuadro).

"Puedo asegurar que mi administración y nuestro Congreso están trabajando en conjunto para adelantar de manera rápida esta legislación, aprobando esta estrategia", concluyó en su presentación Bush.

Mayor deuda desde 1954
De aplicarse el plan propuesto por Henry Paulson de salir a recomprar títulos hipotecarios en problemas a las instituciones financieras por US$ 700 mil millones, la deuda pública de EE.UU. se convertiría en la mayor desde el año 1954.

Según citaron diversos medios electrónicos ayer, la deuda del gobierno estadounidense podría alcanzar hasta el 70% del PIB de Estados Unidos, debido a que es bastante probable que el déficit presupuestario traspase el billón (millón de millones) de dólares durante el próximo 2009.

Plan de rescate tuvo una fría recepción en el Congreso de Estados Unidos
Al menos en el Congreso de EE.UU. nadie le "compró" el plan de rescate a las máximas autoridades económicas Henry Paulson y Ben Bernanke, quienes presentaron ayer su plan para comprar y revender las hipotecas con problemas de los bancos. Senadores demócratas y republicanos dieron una prueba de unidad ayer al demostrar su descontento frente a la forma en que les fue presentado el plan.

El plan de rescate fue calificado de "espectacular y sin precedentes en su alcance y carente de detalles", por el senador demócrata Christopher Dodd, según citó ayer el diario The New York Times tras la presentación en que Paulson, secretario del Tesoro del país, urgió a los congresistas a aprobar de la forma más rápida posible su plan de rescate por hasta US$ 700 mil millones.

A las respuestas negativas se sumó el republicano Phil Gringey, quien comentó que casi nadie había decidido aún en qué dirección se iba a votar en torno a un rechazo o una aprobación del plan.

El demócrata Christopher Dodd insistió en criticar la forma en que se quiere solucionar el problema financiero, asegurando que el plan le daría "absoluta impunidad" para actuar al secretario del Tesoro y agregó que tras escuchar la presentación de éste, concluyó que no sólo es la economía la que está en riesgo, sino que además la Constitución.

Otro senador republicano, Jim Bunning, dijo que el plan podría tomar el pánico de Wall Street y propagarlo entre los contribuyentes. Concluyó opinando que se trataba de socialismo financiero y que era antiamericano.




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