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Informe del Centro de Políticas Públicas UC, Inacap, Duoc UC y la CPC:

Vínculo entre la educación técnico profesional y el sector productivo aún es débil e inestable

domingo, 30 de diciembre de 2018

Margherita Cordano
Educación
El Mercurio

Lo que se enseña a nivel escolar se relaciona poco con los requerimientos de la industria. Ante el auge tecnológico y sus cambios vertiginosos, no contar con una mirada sistémica pone en riesgo el desarrollo del país.



Para que aprendieran sobre sustentabilidad de manera práctica, este año el profesor Patricio Acuña pidió a sus alumnos del Liceo Técnico Profesional Nocedal crear ladrillos ecológicos a partir de poliestireno, un material termoplástico que suele desecharse después de un solo uso. "Buscamos problemas del entorno y trabajamos en función a necesidades reales. No solo queremos crear maquetas, sino productos que entreguen una solución lo más concreta posible. En este caso, la sostenibilidad es algo que la industria está exigiendo", dice.

Estar al día con las necesidades del sector productivo parece obvio en el caso de la educación técnico profesional, pero en la práctica esto no siempre se cumple. En educación media, la actualización de los programas de estudio se ha realizado en ciclos cercanos a los 15 años. La experiencia dual -sistema que fomenta que los alumnos dividan su semana entre el aula y el trabajo en una empresa- también es poco común.

Así lo revela un informe elaborado por el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica de Chile junto a Inacap, Duoc UC y la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC). La alianza investigó, analizó datos y organizó talleres participativos en cinco ciudades del país.

"Las tendencias tecnológicas marcadas por la inteligencia artificial, la robotización y la digitalización están transformando todo y a una velocidad nunca antes vista. Las acciones más cotidianas, como pagar un estacionamiento o la compra de supermercado, hoy se realizan a través de una máquina", dice Alfonso Swett, presidente de la CPC. "Es muy preocupante que hoy sigamos educando en memorizar contenidos, mientras que las tres habilidades clave para la era digital, que son pensamiento crítico, creatividad y destrezas blandas, están ausentes del sistema educativo".

Por su naturaleza y relación con el mundo productivo -continúa-, la educación técnico profesional "es la modalidad que debiera adaptarse con mayor rapidez y flexibilidad a los nuevos desafíos que se generarán en el mercado laboral".

Competencias docentes

En el informe se recomienda consolidar un Marco Nacional de Cualificaciones que sea único y que defina y ordene conjuntos de competencias requeridas para los distintos niveles de formación TP. "Establecerá un denominador común y comprable sobre las cualificaciones que las personas obtienen a través de un título o certificación, lo que permitirá entregar certezas a los actores del sistema, facilitando así el reconocimiento de aprendizajes previos, la homologación y la articulación entre niveles e instituciones", indica.

En esa línea, se sugiere la creación de mecanismos que articulen los distintos subsistemas, porque entre las conclusiones del texto está que "la educación técnico profesional de nivel medio, superior y la capacitación y certificación de competencias laborales no están suficientemente conectados como ocurre en los países desarrollados. Cada uno cuenta con un lenguaje, institucionalidad y normativa fragmentada, que no se articula entre sí".

Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC, comenta que "el sistema de educación técnica es muy rígido y lento, por eso proponemos una mucho mayor articulación entre los actores del sistema. Por ejemplo, un curso de un Organismo Técnico de Capacitación (Otec) podría ser certificado como una competencia adquirida si es que existiera una evaluación pertinente. Esta misma podría ser reconocida en un proceso más amplio de formación en un centro de formación técnica o instituto profesional".

Otra sugerencia es mejorar las competencias docentes en la educación media técnico profesional (EMTP), donde más del 50% de los profesores carece de formación pedagógica y más del 80% no compatibiliza el ejercicio docente con trabajo activo en el sector productivo.

"Se propone instaurar un proceso de regularización de competencias pedagógicas", comenta Irarrázaval. "Esto es un proceso complejo, pero es acotado y finito en el tiempo, pues debería quedar como un requisito para el ejercicio de la profesión docente en EMTP. Si no ocurre, estamos en riesgo de que estos profesores no puedan instalar las adecuaciones o actualizaciones curriculares que van ocurriendo", dice.

"Los profesores de EMTP, los técnicos, no están exactamente incluidos en muchas de las políticas de capacitación docente que tiene el Ministerio de Educación, entonces quedan un poco en el terreno de nadie", indica Ricardo Paredes, rector de Duoc UC. "Hay un tema de calidad muy heterogénea, diversa".

Aislados

En el documento se señala que uno de los factores que "afecta la articulación para facilitar las trayectorias de los estudiantes, es la desconfianza existente entre las instituciones de la ESTP con respecto a la calidad de la EMTP, lo que se traduce finalmente en que los alumnos que cuentan con un título técnico de nivel medio, inician estudios superiores sin tener el reconocimiento de sus aprendizajes previos".

Paredes comenta que Duoc actualmente trabaja con liceos de San Bernardo realizando talleres y prácticas en sus instalaciones. Sobre el reconocimiento de aprendizajes, menciona que se trata de "un desafío, particularmente para las instituciones de mayor tamaño. (Porque) si solo aceptas a cien personas, puedes estudiarlas", explica.

Establecer formas permanentes de vinculación entre el sector formativo y el productivo también se toma como urgente. "Lo que se enseña en los establecimientos educacionales no se relaciona con los requerimientos de los sectores productivos, lo que impacta en empleabilidad y remuneraciones. La falta de información y de mirada sistémica, que tiene como consecuencia la desvinculación entre el mundo productivo y formativo, lleva a que cada establecimiento educacional intente resolver esta carencia de manera aislada", acota Swett.

"En esta modalidad formativa, más del 60% de sus estudiantes pertenecen a los dos primeros quintiles, y el impacto de cursar una carrera técnico profesional es muy significativo para la calidad de vida del titulado, como el de toda su familia", plantea Luis Eduardo Prieto, rector (I) de Inacap. "La formación técnico profesional es entonces un vehículo importante de movilidad social y tiene grandes oportunidades de crecimiento. Por ello es fundamental aunar esfuerzos con otros actores del ámbito educativo y productivo con el propósito de fortalecerla en todos sus niveles".

EN CIFRAS

948
establecimientos imparten educación técnica de nivel medio; 407 son subvencionados, 471 corresponden a establecimientos municipales y 70 pertenecen a la modalidad de administración delegada.

58%
de los docentes que imparten clases en la EMTP carecen de un título pedagógico, ya que en su mayoría son técnicos de nivel superior.

43%
de la matrícula total de educación superior corresponde a la técnico profesional, superando los 502.000 estudiantes. Desde 1990, el sistema ha cuadruplicado su tamaño.

"Los establecimientos e instituciones están bastante solos en el desafío de prestar un servicio educacional de calidad y no tienen orientaciones ni acompañamientos suficientes a nivel sistémico".
Ignacio Irarrázaval,
DIRECTOR CENTRO DE POLÍTICAS
PÚBLICAS UC

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