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Rachid Benammar, director del colegio "The Grange School", y Enrique Cibié, presidente del directorio:

"La inclusión de niños con capacidades diferentes es nuestro principal desafío"

domingo, 30 de diciembre de 2018

B. Vial A.
Reportajes
El Mercurio

Es uno de los colegios más influyentes de Chile y con fama de educar a la élite. Pese a que nació como un colegio de hombres y así se mantuvo hasta la década de los 70, estos últimos años ha alcanzado el mejor promedio PSU de Chile en mujeres. Con motivo de sus 90 años, sus máximas autoridades hablaron con "El Mercurio" para derribar mitos, como que la tecnología cambiará la educación y que son un colegio "de ricos".



En la oficina del director del Grange hay un retrato de la reina Isabel de Inglaterra, una foto en que aparece con el príncipe William y otra del fundador del colegio, John Jackson, decenas de figuras del Quijote de la Mancha, su personaje favorito, su toga universitaria pendiente de un perchero y un letrero colgado en una puerta que dice "naughty corner" (rincón de los traviesos). También un dibujo de Rachid Benammar, hecho seguramente por algún alumno de prebásica.

De nacionalidad francesa, 60 años de edad y 38 como profesor, Rachid Benammar estudió en Inglaterra y llegó a Chile hace 11 años, después de haber vivido en Brasil.

Benammar lleva la corbata con los colores del colegio: azul marino y gris. Lo acompaña Enrique Cibié, presidente del directorio, de chaqueta con el escudo del colegio.

Son días de celebraciones en el tradicional colegio de La Reina. Cumplieron 90 años, que conmemoraron con una fiesta que recibió a tres mil exalumnos desde la generación de 1942 hasta 2018, y por estos días aplauden los cinco puntajes nacionales que tuvieron en matemáticas -cuatro de ellos de alumnas- y así pasaron a ser el cuarto mejor establecimiento en el ranking de los 100 mejores colegios con puntajes PSU. Las alumnas del Grange obtuvieron este año 677,3 puntos promedio, lo que, al igual que 2017, superó a todos los colegios de mujeres del país. El año pasado sacaron 681,4 puntos.

Pero aunque son buenos días, están algo nerviosos. Es primera vez que deciden dar una entrevista pero, dicen, era importante hacerlo. "Honestamente, me molestan profundamente los comentarios que escucho afuera sobre el colegio, que son bastantes duros", comienza el director Benammar.

-¿Qué comentarios?

-Que somos una burbuja de ricos-prosigue-, que no estamos ni ahí con la sociedad. Pero conozco a mis docentes, el proyecto educacional y a los chicos, y es todo lo contrario. Me gustaría que la gente sepa lo que hacen estos proyectos educativos, que es bien sencillo. Queremos formar a gente honesta que va a servir a su país, a través de su forma de ser y su profesionalismo. Si son dueños de empresas, que se destaquen con su forma de actuar, con una conciencia social, ecológica y humanista muy fuerte.

-El Grange es considerado uno de los mejores colegios de Chile, que recibe a las familias de los empresarios más influyentes del país. ¿Es así?

-No es así -responde Benammar.

-A ver -agrega Enrique Cibié-, sí es cierto que están los nietos de los Luksic o están los Solari, Pedro Ibáñez... qué sé yo... Pero, y me pasó, que era compañero del hijo del más rico de Chile, pero a la vez de personas cuyos papás se sacaban la mugre para poder pagar este colegio. Y éramos todos iguales, daba lo mismo ser "el hijo de"...

-¿Aquí no cuentan los apellidos?

-E.C.: Acá no corre para nada. Somos todos iguales y de este colegio han salido personajes como el sacerdote Mariano Puga, también muchos políticos de la Concertación tienen a los niños acá.

-¿Y cómo acercan a los alumnos a la verdadera realidad chilena?

-R.B.: La conciencia social es altísima entre nuestros niños, porque obviamente tienen una vida real fuera, ellos tienen una percepción de esa burbuja en la cual podrían estar. Hace poco, como despedida a los cuartos medios, almorcé con varios grupos y un gran tema fue la gratuidad en la educación primaria, secundaria y universitaria, y me pidieron respuestas en relación a este colegio, pensando cómo en una sociedad anónima, somos con fines de lucro. Les explico que somos una sociedad anónima porque era la única figura disponible en 1937 cuando construimos este edificio, pero de verdad funciona como fundación y, en ese sentido, tenemos un sistema de becas enfocadas principalmente cuando hay eventualidades en alguna familia. Pero me llama mucho la atención un hecho bastante triste: entre los papás tenemos un montón que fueron alumnos del liceo N° 1 o del Nacional, y que, por elección personal, habiendo llegado profesionalmente a las condiciones necesarias, ponen a su hijo acá y no replican el modelo del Instituto Nacional. Si vamos a hablar de otro grupo, hubo una época en la cual el Grange era la única opción para mamás solteras o para judíos casándose con cristianos o la "divorciada", y eso nunca fue tema.

-El colegio aún no tiene un programa de inclusión. ¿Van a hacer algo al respecto?

-E.C.: Ese es nuestro principal desafío

-R.B.: El primer paso es cumplir con la ley, que es dar accesibilidad, pensando exclusivamente en el estado físico, y estamos en proceso, ya construimos dos elevadores y estamos por entregar dos próximos en 2019.

-E.C.: Esa es la parte fácil...

-R.B.: La parte más difícil es la discusión, porque hemos hecho una vuelta completa en Gran Bretaña y no hay una verdad establecida. Hay muchos papás que consideran después de un tiempo, por ejemplo, que el niño ciego es más feliz entre ciegos. Pero, como dentro de la familia puede haber niños con capacidades diferentes, tenemos que estar preparados para recibirlos.

-¿En cuánto tiempo esperan que salga?

-R.B.: Históricamente, eso va ser ley, ya es el caso a nivel público y queremos estar listos. Vamos a introducir ahora, en la etapa de básica, apoyo específico a los niños en dificultad. Estoy hablando de mucho más que niños identificados con déficit atencional.

13 POR CIENTO DE "HORAS PRECIOSAS"

-¿Qué ha cambiado en estos 90 años?

-R.B.: El sentido es buscar lo que no ha cambiado. Han pasado 90 años, los cambios han sido extraordinarios, como los tecnológicos, pero en términos docentes, de contenido, en la relación maestro-pupilo, pocas cosas han cambiado: hay un grupo de 24 niños frente a un profesor.

-¿No ha cambiado la forma de educar? Hay algunos países que están cambiando las mallas, la forma de enseñar.

- R.B.: Los chilenos aún necesitan la presencia de un adulto que tenga esa pasión por su asignatura y que entregue las herramientas para resolver problemas. Entré en la profesión hace 38 años, al mismo tiempo que el computador, el IBM 386, donde se prometía un gran cambio en la educación, y la verdad, hasta hoy, aparte del hecho que gastamos 7% de nuestro presupuesto en tecnología, no ha cambiado la docencia. Ha cambiado la búsqueda de información. Un profesor hoy día puede decir "no sé la respuesta, pero vamos a buscar la información juntos". En mi época era: 'Tengo la respuesta'.

-¿Pero están formando a personas para el futuro o para el mundo de hoy?

-R.B.: Nunca formamos a la gente del siglo siguiente, siempre formamos con las herramientas que tenemos ahora, es un mito el tema tecnológico.

-Pero, ¿cómo compatibilizar la realidad que viven los niños hoy, que están más conectados, manejan a la perfección un tablet ?

-R.B.: Es una herramienta. El otro día pensé: ¿cómo cambiamos la dinámica? Calculé el número de horas de vida del niño, desde que nace hasta los 18 años, y cuántas horas y días están en el colegio. La conclusión matemática es que pasa el 13% de su vida en el colegio y un 87% bajo el control de su mamá o su papá, y eso te dice mucho. ¿Qué voy a hacer con ese 13% de horas preciosas? ¿Elimino el contacto visual? ¿Conversar, construir argumentos, desafiar relaciones humanas? La forma de enseñar que abre la mente no pasa por esa tecnología.

-¿Está de acuerdo con la selección? En Inglaterra terminó en la educación pública.

- R.B.: Lo que fue una gran medida en varios países de Europa: dar acceso a colegios públicos, de acuerdo al mapa de la ciudad, se convirtió en el tiempo en una selección de acuerdo a los precios inmobiliarios. Hay poca mezcla de los tipos de vivienda en las grandes ciudades y de hecho, en Londres o París, Manchester o Bordeaux, admitir a niños en un radio de 1,5 km del colegio es seleccionar a postulantes cuyos papás compraron/arrendaron casas del mismo tipo. Tanto así que la plusvalía se basa en la proximidad de transporte público y "buenos" colegios en la publicidad de las inmobiliarias.

"Beneficio de la duda"

-¿Cuáles son los valores del colegio?

-E.C.: "Fair play", "juego justo"

-¿Cómo se traduce ese concepto?

-E.C.: El rugby es un deporte que lo que enseña es justamente el fair play . Hay un respeto tremendo por tus compañeros y rivales. Eso, en la vida es una cosa importantísima, porque en la sociedad la competencia es tremenda, pero si compites limpiamente, tienes un valor que es muy importante en la vida.

-En la última encuesta Bicentenario, un 75% de los encuestados piensa que hay una excesiva cantidad de inmigrantes y un 44% cree que hay un conflicto entre chilenos e inmigrantes. ¿Cómo lo ven ustedes?

-R.B.: ¿Cuántos colegios en Chile, tienen a un francés musulmán como rector? (ríe). No es tema. Lo que es difícil es convencer a la gente de afuera que la plata no es tema...

-¿Y cuál es el desafío de educar personas que no le teman al extranjero o a las diferencias o a otra cultura?

-R.B.: Tenemos 60 profesores y por lo menos 50 chilenos que han sido educados o han hecho un posgrado afuera. Entonces, al menos la mitad de las personas que trabajan acá, tienen experiencia de fuente multicultural y multilingüística. Y tengo la certeza de que consideran un problema matemático, científico o un tema social de forma distinta. Por ejemplo "Give the benefit of the doubt" (dale el beneficio de la duda) es un valor fundamental en este colegio. Estoy en contra, pero tenemos que hacer ese ejercicio, que consiste en entender de dónde viene él.

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