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Estudios analizan la huella de carbono asociada a su producción:

Crece el interés por elegir comida más amigable con el ambiente

viernes, 28 de diciembre de 2018

C. González
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Las personas desean hacer un cambio, pero les falta información, dicen los expertos.



La comida que la gente consume es tan importante como el tipo de vehículo que conducen cuando se trata de emisiones de gases de efecto invernadero, asociados al calentamiento global: entre el 19% y 29% de las emisiones globales provienen de la producción de alimentos, en especial de la carne de vacuno.

Eso sin contar los desechos: a nivel mundial, un tercio de los alimentos se pierde durante la cadena de producción o es desperdiciado por los consumidores, según datos de la FAO. "La gente tiende a subestimar la diferencia que sus alimentos pueden hacer al cambio climático, pero favorecerán los productos con una menor huella de carbono si se les da información suficiente", plantea a "El Mercurio" Adrian Camilleri, de la U. Tecnológica de Sídney (Australia).

Junto a colegas de la U. de Duke (EE.UU.), Camilleri realizó un estudio con más de mil personas a las que pidió estimaran la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a 19 tipos de alimentos. "Si le pide a la gente que adivine la diferencia entre la carne de res y la sopa de verduras, suponen que no es mucha, pero una sopa de carne de vacuno genera más de 10 veces la cantidad de gases de efecto invernadero que una de verduras".

Los gases de efecto invernadero que surgen de la producción de carne incluyen aquellos generados en la producción de fertilizantes, el metano emitido por los animales, el transporte de ganado y la pérdida de árboles para limpiar la tierra para pastar, por ejemplo.

La basura de los chilenos

"La huella de carbono está muy relacionada al consumo de cierto tipo de alimentos, pero también pasa por un tema de decisiones de compra", precisa José Moya, académico de la carrera de Nutrición de la U. Católica. "Muchas veces la gente compra más de lo que consume, lo que genera más basura y daño al medio ambiente".

En el país cada chileno produce anualmente 456 kilos de basura.

Para reducir este impacto, "entre las recomendaciones está planificar para evitar comprar más de lo que se utilizará. Tampoco hay que ir al supermercado con hambre, porque se tiende a comprar más", dice Moya.

Camilleri también sugiere disminuir el consumo de carne, y tender a una dieta con más presencia de frutas, verduras y granos, que tienen un menor impacto ambiental.

En un estudio realizado por la U. de Chicago se comparó el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero en cinco tipos de dietas. El resultado mostró que la dieta vegetariana es la más eficiente, seguida por el consumo de aves de corral y el pescado. Las carnes rojas son las menos eficientes.

"No se requiere pasar de un extremo a otro y convertirse en un vegetariano. Si alguien simplemente pasa de consumir dos hamburguesas a la semana a solo una, ya habrá hecho un aporte decisivo al medio ambiente", dice Pamela Martin, una de las autoras del trabajo.

Con esa idea en mente, hace algunos años surgió a nivel internacional la campaña "Lunes sin carne". En Chile, la iniciativa la implementó la fundación Vegetarianos Hoy. En su sitio en Instagram ya suman más de 40 mil seguidores.

"Si se deja de comer carne todos los lunes del año, se ahorra la misma cantidad de emisiones equivalentes a andar 586 km en auto", dice Javiera Mayorga, coordinadora de la campaña en el país.

Para José Moya, es un tema por el que la gente consulta cada vez más. "Hay un interés mucho mayor por cómo impacta la alimentación en el medio ambiente y cómo llevar una vida más sustentable".

Camilleri en su estudio quiso ver si podrían mejorar la percepción de las personas sobre el impacto ambiental de sus elecciones alimentarias mediante el uso de un etiquetado especial: la gente prefirió comprar aquellos productos que indicaban la huella de carbono.

"Las decisiones que tomamos en la mesa pueden tener un impacto significativo en el cambio climático, y nuestra investigación muestra que los consumidores están interesados", concluye Camilleri.

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