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Último balance oficial reportó 373 muertos, 128 desaparecidos y 1.459 heridos:

Indonesia pide alejarse de la costa y reconoce fallas en el sistema de alerta de tsunamis

martes, 25 de diciembre de 2018

Jean Palou Egoaguirre
Internacional
El Mercurio

Persiste riesgo de un nuevo maremoto y autoridades no cuentan con un mecanismo para detectar los de origen volcánico.



Mientras los socorristas indonesios trabajaban a contrarreloj para hallar sobrevivientes del tsunami que el sábado golpeó el estrecho de Sonda, entre las islas de Java y Sumatra, las autoridades locales y los expertos advertían que todavía podían abatirse nuevas olas mortales debido a la creciente actividad del volcán Anak Krakatoa, cuya erupción habría provocado un desplazamiento de tierra submarino que originó el maremoto.

Según el último informe de la Agencia Nacional de Gestión de Catástrofes (BNPB), el tsunami dejó 373 muertos, 128 desaparecidos y 1.459 heridos. La catástrofe también ha causado daños en 681 casas, 69 hoteles, más de 400 barcos y centenares de vehículos. Sin embargo, se trata de un balance muy preliminar, ya que todavía no se ha recabado información de todas las zonas golpeadas, y el daño en carreteras y puentes ha dificultado el acceso a los servicios de emergencia a varios puntos de las provincias de Banten (en Java) y Lampung (Sumatra). "El número de víctimas y de daños seguirá aumentando", adelantó el portavoz de la agencia, Sutopo Purwo Nugroho.

El distrito más afectado por el maremoto sería el de Pandeglang, en la parte javanesa, donde unas 267 personas perdieron la vida. Hasta esta región -que abarca el Parque Nacional Ujung Kulon y cuyas playas atraen a muchos capitalinos los fines de semana, ya que queda a solo unos 100 km de Yakarta- se trasladó ayer el Presidente de Indonesia, Joko Widodo, quien se reunió con sobrevivientes y presenció la devastación de la zona.

Aunque según la BNPB, la cifra de desplazados descendió ayer de 11.687 a 5.665, ya que muchos habitantes volvieron a sus casas al ver que el agua retrocedió, las autoridades advirtieron a la población que se mantenga alejada de la costa hasta el miércoles, en prevención de un posible segundo maremoto.

La erupción del Anak Krakatoa, un volcán de 300 metros y cráter lateral ubicado al medio del estrecho de Sonda y considerado el "hijo" del legendario Krakatoa, provocó una avalancha submarina de unas 64 hectáreas de tierra que, sumada a una marea alta de luna llena, generó un tsunami que no fue detectado por los sistemas de alerta temprana. Según el vocero de BNPB, Indonesia no cuenta con la tecnología para alertar a la población sobre maremotos provocados por actividad volcánica, sino solo de aquellos que tienen su origen en sismos, y las balizas colocadas para detectar una repentina subida de las olas no funcionan desde 2012. "El vandalismo, la falta de presupuesto y los problemas técnicos son los motivos por los que no tenemos boyas de alerta de tsunami ", dijo Sutopo.

Para los expertos, sin embargo, era muy difícil reaccionar a tiempo, ya que el volcán ha entrado en erupción casi a diario en los últimos tres meses, y hasta ahora no había provocado señales evidentes de preocupación.

"La distancia entre el Anak Krakatoa y la costa es muy corta -de 30 a 50 km-, y las olas viajan a más de 100 km/h, por lo que golpean tierra en unos 10 minutos. No hay tiempo para alertar a la población", explicó a "El Mercurio" el vulcanólogo Jacques-Marie Bardintzeff, de la Université Paris-Sud, quien recalca que todavía es posible una segunda ola volcánica. "Ahora que el volcán está inestable, otros tsunamis podrían ocurrir. Toda la zona debería ser protegida durante varios días o incluso semanas".

Ubicada en el Cinturón de Fuego del Pacífico, Indonesia está muy expuesta a las tragedias naturales. En septiembre pasado, más de 2.000 personas fallecieron por un sismo seguido de un tsunami en la isla de Célebes, y en diciembre de 2004, 168.000 indonesios murieron por el maremoto en Sumatra. El Anak Krakatoa, uno de los 127 volcanes activos del país, surgió precisamente de un desastre, cuando el Krakatoa hizo erupción en 1883, sumiendo a la región en la oscuridad y provocando una ola que dejó más de 36.000 muertos.

"Los procesos que llevaron al deslizamiento de tierra y al tsunami todavía están en desarrollo, así que es posible que el Anak Krakatoa continúe inestable y se generen nuevas avalanchas", comentó Jason Patton, geólogo de la Humboldt State University y asociado a Temblor.net. "Los videos aéreos muestran que la erupción sigue, así que la población de la costa del estrecho de Sonda debe estar vigilante y mantenerse alejada".

Hermann Fritz, experto del Georgia Institute of Technology que visitó en septiembre el Anak Krakatoa, sugiere que sí es posible instalar sistemas de monitoreo en la zona, lo que les daría unos 20 minutos a la población de Java y Sumatra para huir. Pero hoy, la gran mayoría de los centros no se especializa en este tipo de eventos. "Los centros de alerta PTWC, en EE.UU.; JMA, en Japón; BMKG, en Indonesia, y el SHOA, en Chile, se enfocan en tsunamis generados por terremotos. La señal sísmica es la primera información en estos casos, con una posterior confirmación con sensores de presión DART en el lecho marino y datos transmitidos por boyas", explicó. "Pero con los volcanes es mucho más complicado, ya que la actividad del Anak Krakatoa llevaba meses, y los locales se habían acostumbrado a ver los 'fuegos artificiales' cada noche. Los centros de alerta en todo el mundo estuvieron ciegos, porque no se detectó un sismo mayor y no se midieron cambios en las mareas".

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