"La economía es difícil, pero la política es más dura y más difícil"
domingo, 23 de diciembre de 2018
Reportajes
El Mercurio
En su bitácora 2019 tiene dos prioridades: impuestos y pensiones. En un año que partió difícil para él por su viaje a Harvard -"es una de las bajezas de la política"- pide "valorar lo que tenemos en momentos que en el mundo cunden experimentos de tipo populista". Sobre las críticas comunicacionales, señala: "Los ministros hacemos un esfuerzo, estamos harto en la calle". Soledad Vial y Waldo Díaz
Dice que una noche soñó que era ministro de Hacienda "con mayoría", mayoría en ambas Cámaras. Fue solo un sueño, porque en sus dos gestiones en Teatinos 120 a Felipe Larraín le ha tocado batallar, en minoría, en el Congreso. Ha sido más duro esta vez, reconoce. "El clima, la convivencia es hoy más compleja", dice, sentado en el clásico sillón de cuero de su imponente oficina. Cree que la crispación comenzó antes de que Piñera llegara a La Moneda por segunda vez. "Es parte de la 'retroexcavadora' del gobierno anterior", afirma, "hay algunos, pocos, que son extraordinariamente intolerantes, se ve en lo que ocurrió al presidente del Tribunal Constitucional; piensan 'o estás de acuerdo conmigo, o recurro a la violencia'". Como un invitado más que enterado en el mundo de la política, el economista tiene una visión distinta. Sigue dispuesto a conversar con todos -asegura-, incluso con sectores del PS, del PC y del Frente Amplio que no le han hecho la vida fácil, siempre que ellos también lo estén. En su bitácora 2019 tiene dos prioridades: impuestos y pensiones. Ambos claves para mantener el ritmo de crecimiento aun con nubarrones en el horizonte, y desplegar la agenda del Gobierno, justo antes de que Chile Vamos dé su primera prueba electoral como gobierno en las municipales 2020. A su haber tiene, entre otros, cuatro proyectos conseguidos con acuerdos amplios, como el Consejo Fiscal Asesor, la ley de bancos, el reajuste al sector público -con 15 gremios al frente-y el Presupuesto, al que también concurrió el Frente Amplio. -Sumando su primera gestión y esta "más dura", ¿qué lecciones ha sacado de esta incursión en el mundo político? -De mi primer período aprendí que "otra cosa es con guitarra", que una cosa es ser asesor y otra ser ministro. La otra es que la economía es compleja, difícil, tiene sorpresas, pero la política es más dura y más difícil. Hay que dedicarle el tiempo que requiere con diálogo, paciencia e ir con la mente abierta para recoger las buenas ideas. -¿Le hicieron perder fuerza al inicio las críticas a su viaje a Harvard? -No, fue un grupo muy reducido de personas que hizo ese planteamiento. Se pronunciaron cuatro organismos del Estado y lo desecharon absolutamente; el Consejo de Defensa del Estado, la Contraloría General de la República, el Ministerio Público y, finalmente, los tribunales de justicia entregaron un sobreseimiento definitivo. Voy a decirlo bien franco, esta es una de las bajezas de la política, pero no me voy a quedar pegado, miro hacia delante. "A nosotros se nos exige más que a otros gobiernos" -¿Por qué cree que solo el 21% de los chilenos piensa que la situación económica ha mejorado y un 57% que no mejorará, según la última encuesta CEP? -En materia económica, la gente tiende a ser más exigente con un gobierno de centroderecha. A nosotros se nos exige mucho, más que a otros gobiernos. Chile ha vuelto a crecer al 4%, cuando lo hizo a 1,7% los años anteriores, ha mejorado sus cuentas fiscales, está generando mejores empleos, mayor productividad, y son pocos los países que recuperan tan fuertemente el crecimiento con inflación contenida, eso es muy importante para el bolsillo de los consumidores. Estamos creciendo más que el mundo, hemos vuelto a la cabeza de América Latina, de la Alianza del Pacífico, el FMI ha subido sistemáticamente su expectativa. Llamo a tener un poco de realismo y a valorar lo que tenemos en momentos que en el mundo cunden experimentos de tipo populista. -¿Cree que les ha faltado claridad en el mensaje? -Siempre lo podemos hacer mejor en comunicar, es parte de lo que queremos hacer, pero hay otro tema: el empleo, que es lo que más le llega a la gente. Ahí tenemos dos efectos: el rezago de inversiones importantes y la automatización. En lo primero, les voy a dar dos ejemplos: se acaba de aprobar el proyecto minero Quebrada Blanca I, que en su peak empleará a 11 mil personas, y el proyecto Mapa en Arauco, que tendrá 8 mil trabajadores. Nuestra labor es que se creen muchos más empleos de los que se pierden. -¿Quizás les ha faltado hablarle más al chileno de a pie que a expertos u organismos internacionales?, ¿cuál es el gran mensaje de este gobierno? El Presidente Trump, por ejemplo, instaló el MAGA, Make America Great Again. -Hay que hablarle a la gente y también mostrar a Chile en los foros internacionales, porque nos ayuda a atraer inversión. Los ministros hacemos un esfuerzo, estamos harto en la calle, he ido dos veces a la Vega, que me gusta, a pymes, construcciones, tenemos que hacer más de eso. -¿No habrá un déficit en el diseño comunicacional global del Gobierno?, ¿qué se debe entender por "Chile en Marcha"? -Es un mensaje potente, hemos logrado que este país esté en marcha de nuevo. Pero no basta solo el mensaje, tiene que ir con la sustancia; si uno viera que los indicadores norteamericanos van todos a la baja, el MAGA no tendría efecto. Soy optimista, la gente se da cuenta de lo que está pasando, de que estamos creciendo no un poco, sino mucho más. Bajar impuestos a las empresas: "No es un tema que esté cerrado" -Analistas internacionales ven un desalineamiento peligroso entre las tasas de interés cortas y largas en Estados Unidos, ¿ve riesgo de una recesión en 2019? -Yo creo que el próximo año no tenemos una amenaza fuerte de recesión. La gente que ve algo así está pensando más en 2020, pero indudablemente hay riesgos, el principal es una resolución inadecuada o una escalada de la guerra comercial entre China y Estados Unidos. ¿Qué puede hacer un país como Chile? Es aún más valioso tener una política fiscal responsable, hemos logrado reducir el déficit fiscal cerca de un punto del PIB, bajar niveles de deuda y mejorar nuestras instituciones como el Consejo Fiscal Autónomo. Lo segundo es potenciar nuestro crecimiento, por ejemplo, con la Alianza del Pacífico, con nuevos acuerdos de libre comercio. Y están también todas las medidas para estimular el crecimiento doméstico, como la modernización tributaria que es fundamental. -A propósito de eso, usted se jugó hasta el final por bajar el impuesto a las empresas, ¿fue un error no incluirlo? -No, significaba un costo fiscal importante y, hay que ser realista, era una suerte de anatema para la oposición. No tengo una dificultad conceptual, sí creo que uno tiene que ser realista en los costos fiscales y en las oportunidades. Fue la decisión correcta, pero quiero decirlo: no es un tema que esté cerrado para el resto del Gobierno. Decidimos no plantearlo por distintas razones. "Vamos a poder lograr acuerdos" -¿El clima generado tras el caso Catrillanca o el Pacto Migratorio de la ONU puede complicarle la negociación con la oposición? -Son temas muy distintos. Abstenerse de firmar fue la decisión correcta. Chile está plenamente en el multilateralismo y no exacerbaría la discusión respecto del Pacto Migratorio. Estamos disponibles para conversar con todos los que quieran conversar. Espero y creo que vamos a poder lograr acuerdos. -¿Cree que el PS va a seguir siendo un opositor más intransigente o ve mejores vientos en 2019? -Bueno, es lo que han mostrado hasta ahora, pero hay parlamentarios del PS con los que he logrado acuerdos, por ejemplo el senador Letelier. -¿Y el senador Montes, que jugará un rol importante en la comisión de Hacienda? -Más allá de nuestras diferencias, tengo un diálogo bastante fluido con el senador Montes, que ha sido más fluido a medida que ha transcurrido el año. -¿Se han ido conociendo mejor? -No, si nos conocíamos -y se ríe-. Tengo un diálogo muy fluido con el senador Insulza. Incluso en el Presupuesto logramos un diálogo con el Frente Amplio. -¿Que representa el Frente Amplio para usted? -El Frente Amplio representa como una suerte de reclamo de un sector de la sociedad que no le gusta el modelo de desarrollo que tenemos y lo quiere cambiar. Todos queremos hacer mejoras, ellos quieren hacer cambios más radicales y yo discrepo, con respeto. Me toca relacionarme más con el diputado Jackson, tengo una relación bastante fluida con el senador Latorre. -¿Cuándo le gustaría tener aprobados esos proyectos? -El proyecto tributario es muy importante para conseguir que los logros que hemos tenido en 2018 puedan mantenerse. Las pensiones son una demanda tan importante de la sociedad que las fuerzas políticas van a entender que es importante ponerse de acuerdo. Hemos conversado con distintos actores y veo una disposición adecuada. Mi vaticinio es que van a estar aprobados a fines del 2019. -El mundo empresarial mira con atención hasta dónde llegará la propuesta del Gobierno en un tema políticamente tan sensible como el laboral. ¿Les ha costado consensuar un proyecto que tenga viabilidad política y legislativa? -Es un tema complejo de consensuar, pero no hay que menospreciar el tiempo que hemos empleado con el ministro Monckeberg en el proyecto de pensiones y en varios otros; el Presidente también ha estado muy involucrado. Indudablemente tenemos que avanzar en temas como la regularización de los grupos negociadores, los servicios mínimos y una serie de cosas que quedaron en un ámbito indefinido o una definición compleja en la última reforma laboral. -Al comenzar el gobierno, el ministro del Trabajo dijo que el no reemplazo de trabajadores en huelga llegó para quedarse, ¿está de acuerdo? -Es un proyecto que le corresponde llevar al Ministerio del Trabajo, nosotros vamos a colaborar y apoyar el proceso de la concepción del proyecto, pero no les puedo adelantar.
"En materia económica, la gente tiende a ser más exigente con un gobierno de centroderecha".
"El próximo año no tenemos una amenaza fuerte de recesión. La gente que ve algo así está pensando más en 2020".
