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Una obra imperdible para los aficionados al rugby:

Ian Campbell, el mejor de todos

lunes, 17 de diciembre de 2018


Deportes
El Mercurio

En 279 páginas llenas de información y fotografías, el recientemente lanzado libro "Historia del Rugby en Chile" hace un extenso y emotivo repaso a la historia de la ovalada en nuestro país. A continuación presentamos un extracto de la obra, publicada por Ediciones Babieca, que trata sobre "Patita dorada", el jugador más destacado de los registros nacionales, miembro del Salón de la Fama de la IRB.



No hay matices ni dos voces al respecto. Ian Campbell es considerado unánimemente el mejor rugbista de nuestra historia. Y no solo en Chile: desde 2012 forma parte -junto a su fallecido hermano Donald- del Salón de la Fama de la International Rugby Board (IRB), un reconocimiento que no ha recibido ningún otro connacional.

De buen humor y sonriente, este referente del deporte chileno -que celebró con una fiesta familiar sus 90 años- mira con humildad los logros que ha sumado a lo largo de esa carrera deportiva. Dice que probablemente su mayor fortaleza estuvo en su mente más que en lo físico, aunque los que saben destacan que fue muy dotado técnicamente.

Una de sus grandes virtudes fue la capacidad de patear con ambas piernas, lo que le valió el apodo de "Patita dorada". Sentado en el living de su casa en La Reina cuenta que detrás de eso hubo mucho trabajo para emular a su hermano Donald, cuya vida acabó a los 24 años, peleando por el Reino Unido en la Segunda Guerra Mundial. "Fue de copión, porque admiraba a mi hermano. Él era zurdo y pateaba muy bien. Y yo no, pero de niño pasaba horas practicando y en partidos oficiales pude convertir con la zurda".

Atribuye también su talento a Colin Campbell, su padre, nacido en Callao, Perú, y que posteriormente se trasladó a Valparaíso, donde conoció a Margaret McLaen, su esposa. "Él fue muy buen deportista y sus hijos lo fuimos también", dice Ian, recordando con orgullo que su progenitor formó parte de la selección chilena de Fútbol que participó en el primer Sudamericano de 1910, en Argentina. "Era centro forward , goleador", recuerda, agregando que compensaba su baja altura siendo "muy ágil y escurridizo".

Pequeño capitán

Este chileno, oriundo de la Región de Valparaíso, inició su transitar por el rugby en el Saint Peter's School de Villa Alemana, donde desde temprana edad aprendió a liderar. "El capitán tenía que mandar, organizar, corregir. Y eso me tocó hacer a mí, así que aprendí desde muy chico las cosas de estrategia necesarias. Le debo eso al colegio", rememora.

El llamado a la guerra para muchos de los "gringos" que se dedicaban al rugby en Chile le permitió a "Cambucho", como también fue apodado, acceder al primer nivel, y a los 15 años estaba jugando en Primera División con el Badminton Sports de Valparaíso.

Pero no todo fue fácil en un comienzo. "Nos iba pésimo porque los equipos de la Católica, de la Chile, eran muy potentes", dice, reconociendo también que muchas veces sentía miedo de sus adversarios y que, pese a su buena altura, "entraba con todo y rebotaba".

El año 1945, Ian se trasladó junto a su madre a Santiago y ahí se sumó al club de toda su vida y tradicional rival del Badminton: el Prince of Wales Country Club (PWCC). "Me cambié al equipo rival y jugaba en contra de mis ex compañeros y profesores en los clásicos de los gringos", rememora.

En el club de La Reina, este jugador de 1,88 m se acostumbró, junto a sus compañeros, a los triunfos y a dejar en casa el Campeonato Central de Rugby. Desde su llegada hasta el año 1971 -cuando Ian y su familia partieron a Taiwán-, el PWCC conquistó 13 títulos.

La paternidad sobre Uruguay

Su debut internacional fue en 1948 contra la selección de Uruguay, en Buenos Aires, donde los nacionales se quedaron con la victoria.

Luego vendría el Campeonato Sudamericano inaugural en 1951 en Buenos Aires, donde Chile fue liderado por Campbell, quien también encabezó a Los Cóndores en la obtención del subcampeonato en los certámenes disputados en 1958 (Santiago y Viña) y en 1961 (Montevideo).

El entonces capitán reconoce que eran tiempos de paternidad sobre Uruguay. Recuerda que la única vez que quedaron tras los "Teros" en un certamen regional "fue por confiados, porque el entrenador puso un equipo que no convenía. En ese tiempo no había cambios y los uruguayos nos dieron una lección muy linda, pero en realidad se la dieron al entrenador".

También participó en los primeros duelos internacionales de Chile ante potencias del rugby como Irlanda (1952), Francia (1954).

Un jugador fuerte mentalmente

Sobre su juego, "Cambucho" dice que "no era especialmente fuerte" y que su mayor virtud estaba en su cabeza.

Con risas rememora una de sus tácticas recurrentes contra los rivales: "Cuando iba con la pelota y me tacleaban, yo les metía la cadera para que, el que venía, se encontrara con hueso. Yo me bajaba un poco para tratar de meter la cadera". Con eso, dice, los rivales se mostraban más cautos en los próximos encuentros.

Hugo Mackern, un histórico periodista argentino especialista en rugby, comentó que "Campbell fue sin duda el más influyente jugador del equipo chileno en un tiempo en que ellos eran el segundo equipo más fuerte en Sudamérica y estaban cerrando la brecha con Argentina".

Javier Mascaró, excapitán del PWCC y de Los Cóndores en los años 80, no tuvo oportunidad de jugar con Campbell, pero sí lo recuerda como un rugbista "de técnica extraordinaria" que "tenía la cabeza y la visualidad para repartir el juego. Era rápido y sobresalía del resto".

La esposa de Ian, Elizabeth -con quien comparte su vida desde 1945- comenta con visible orgullo que siempre lo acompañó a los partidos, incluidos los de fútbol y hockey sobre césped que sumaba tras las horas de rugby. "Que los niños conozcan a su padre en la cancha", le decía.

Los años sin rugby y el reencuentro final

Como a muchos jugadores les pasa en un medio amateur , el rugby quedó en un segundo plano para Ian cuando el trabajo no le permitió seguir siendo capitán. Y ese distanciamiento creció a partir de 1971, año en que emigró a Taiwán junto a su esposa Elizabeth y sus seis hijos. Ahí, este deporte cedió lugar al fútbol y al cricket junto a compañeros orientales.

De regreso en Chile retomó su pasión por la ovalada junto a los Old Golds, el equipo de veteranos del Country Club, que mezcla deporte con un tercer tiempo de compañerismo en los salones del recinto de La Reina.

Javier Mascaró compartió con Campbell en esas instancias y lo recuerda con un carácter "extraordinario, un buen tipo que nunca se creyó, muy leal dentro de la cancha, bueno para la talla". Añade que "no se perdía gira" al extranjero que el grupo realizaba.

Su esposa Betty cuenta que lo acompañó -como acostumbraba- al último encuentro que disputó con los Old Golds, nada menos que a los 76 años. Tras escuchar este dato y con una carcajada, Ian dice sobre sí mismo: "¡Irresponsable!".

Fiel a un estilo que intenta evitar los halagos, Campbell agradece las comparaciones que se hacen entre él y Elías Figueroa, considerado por muchos el mejor jugador de fútbol chileno de la historia. "Es un gran honor porque encuentro que era un jugador muy completo. No solo la usaba (apunta hacia su cabeza) para cabecear, era un deportista ejemplar", concluye.

Donald Campbell, hermano de Ian, jugó rugby hasta los 24 años, cuando fue reclutado por la Royal Air Force. Falleció combatiendo a la Alemania nazi en 1944.

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