Un conjunto de medidas anunció el Ministerio de Agricultura en Loncomilla, Región del Maule, para fortalecer y aumentar la fiscalización en la industria del vino. Esto, luego de las denuncias realizadas por gremios agrícolas, que advirtieron que se estaba mezclando uva de mesa con variedades vitivinícolas con denominación de origen en la producción del vino chileno. El titular del ramo, Antonio Walker, anunció que se garantizará un control más eficaz en la elaboración del vino para evitar mezclas fraudulentas. "Se establecerá la obligación de que todas las bodegas que vinifiquen uvas declaren ante el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) cada temporada su condición de bodega elaboradora de vino de cepajes tradicionales, elaboradora de vino con uva de mesa y elaboradora de ambos tipos. Así, el SAG tendrá disponible un registro claro y transparente de las bodegas según el tipo de vino, permitiendo un mejor control y trazabilidad respecto de la materia prima empleada en la elaboración de los vinos", explicó el ministro. El uso de agua en la elaboración del vino también será abordado en el plan. "A partir del 1 de enero (de 2019) iniciaremos una conversación con todos los gremios y el sector privado, para ver cómo vamos a modificar el reglamento 78, que dice relación con la utilización por parte de la industria chilena de un 7% de agua en el vino. Este tema lo tenemos que zanjar en el más corto plazo posible, porque existe una dispersión de opiniones muy potente", afirmó Walker. El presidente de Vinos de Chile, Mario Pablo Silva, valoró los anuncios. "La meta que tenemos ahora es aumentar los precios con que se exporta el vino y tenemos que mostrar a los consumidores que los vinos chilenos son de una calidad superior, y esto es un gran avance", señaló Silva.
Los fabricantes de vino con uva de mesa deberán dar aviso al SAG al menos 48 horas antes de hacer la molienda.