jueves, 11 de septiembre de 2008
Gustavo Orellana V.
Economía y Negocios, El Mercurio
Escondida, Pelambres, Collahuasi, Antofagasta Minerals y la compañía estatal son los propietarios de estos proyectos.
Es el segundo metal más exportado después del cobre, genera ingresos al fisco del orden de US$ 1.000 millones anuales y permite a las compañías reducir sus costos. El molibdeno -que antes era un desecho de la producción de cobre- se está transformando en un elemento cada vez más apetecido por las empresas del sector.
Tanto, que las mineras locales invertirán US$ 500 millones sólo para aumentar su producción de molibdeno entre este año y 2015, y Codelco y Escondida, además del grupo Luksic -a través de Antofagasta Minerals- y Anglo American llevan la delantera, según una proyección hecha por el director ejecutivo del Centro de Estudios del Cobre y la Minería (Cesco), Juan Carlos Guajardo.
"Chile es un importante jugador dentro del mundo del molibdeno; tiene a Codelco, que es el segundo mayor productor del mundo, y a Molymet, que es el principal transformador del mundo. dijo el presidente de la Asociación Internacional del Molibdeno (IMOA), el chileno Víctor Pérez.
El mayor interés está dado, sobre todo, por el precio. Si hace cinco años la libra de "moly" costaba US$ 4, hoy esa misma unidad supera los US$ 36. Este producto es usado basicamente en la elaboración de aceros de alta resistencia como, por ejemplo, los que se usan en la construcción de edificios antisísmicos.
Millones al fisco
De acuerdo con la proyección de Guajardo, el fisco está recibiendo ingresos del orden de US$ 1.000 millones anuales en promedio, en los últimos períodos, sólo gracias al aporte del molibdeno. Esto hace que, a su juicio, sea necesario que tal como se incluye en la definición del presupuesto el precio de largo plazo del cobre, se haga lo mismo con este subproducto.
Según Guajardo, las empresas mineras chilenas tienen una deuda respecto de la diversificación de sus actividades, por cuando se concentran casi en exclusivo en el cobre. Cree que el hecho de que las mineras se estén preocupando del molibdeno no es una señal de cambio, porque se obtiene a través del mismo proceso que el cobre.
