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Misionera a Marte

viernes, 14 de diciembre de 2018

Por Magdalena Andrade Núñez
Ya Colección
El Mercurio

A los 17 años, Alyssa Carson se ha preparado durante una década para convertirse en la primera astronauta en llegar a Marte. Aún no sabe si será a través de la NASA, Space X o Mars One, pero sí, que su vida se ha vuelto ejemplo para las nuevas generaciones. Acá, cuenta su historia.



La muerte. Hablar de la muerte, a veces, trae como respuesta reflexiones de manual; excepto, cuando quien habla de ella es Alyssa Carson, una adorable adolescente estadounidense de 17 años.

Desde los 7, cuando asistió a su primer campamento organizado por la NASA, Alyssa se ha estado preparando, mental y físicamente, para optar a ser parte de la primera misión que recalará con humanos en Marte, y que aún no tiene fecha, pero que la NASA calcula que podría ser en 2039.

-Alyssa, ¿qué piensas sobre la muerte?

-¿Sabes?, el espacio exterior puede ser mortal. Uno sabe que es un lugar muy peligroso; que, básicamente, cada parte del espacio tratará de matarte de una u otra forma. Pero creo que esta misión traerá beneficios que podrían ser superiores a los costos. Los costos, por supuesto, pueden poner en riesgo la misión, pero creo que todo lo que pase al final será ganancia. Y el espacio también es bello. No estoy asustada, para nada.

De visita la semana pasada en Chile, invitada por Accenture para dar una charla en el marco del Festival de Innovación Social, fiiS 2018, Alyssa Carson, de pelo castaño largo, llamativos ojos azules y una aún más llamativa y contagiosa sonrisa, se ha convertido en una especie de rockstar , y no precisamente por sus logros -de hecho, recién cuando sea adulta podría ingresar oficialmente a la NASA para postular a ser una de las astronautas candidatas a viajar a Marte, siempre y cuando cumpla con una serie de estrictos requisitos académicos y técnicos-. Lo que ha hecho a Alyssa estar recorriendo el mundo para contar su vida -al mismo tiempo que va al colegio, cumple con un estricto entrenamiento y hace cosas de "adolescente normal", como ella dice ("jugar con mi perro, ver Netflix, chatear con mis amigos, ir al cine, ir de compras, jugar fútbol, tocar piano")- es su extrema convicción de querer formar parte de una aventura destinada solo a unos pocos. Y de esos pocos, solo a los que se atrevan a abordar la misión sin saber si volverán. Como los viejos exploradores de los siglos XV y XVI.

Solo que Alyssa Carson es mujer. Y, contra todo pronóstico, está logrando que sus palabras sean escuchadas por los medios e instituciones.

Con mucha -quizás demasiada- inocencia, Alyssa parte sus entrevistas contando que supo que quería ser astronauta a los 3 años, cuando vio un capítulo de los Backyardigans donde uno de los personajes femeninos quería ir a Marte. Pero, en su caso, el sueño de niñez fue alimentado desde temprano por su padre, Bert, quien la inscribió en los tres campamentos espaciales que la NASA abrió a visitantes (por los que, por cierto, hay que pagar una buena suma de dinero para asistir), e inoculó en su cabeza el mantra escaso en las niñas de las antiguas generaciones: "Tú puedes".

-Mi padre ha tenido un impacto muy grande en lo que he hecho; somos muy parecidos. Lo he acompañado en viajes; siempre he estado con él adonde vaya, porque tenemos una conexión muy fuerte. En lo personal, fue un catalizador de mi sueño.

Pero también hay otros referentes, como Anousheh Ansari, una ingeniera iraní-estadounidense de 52 años, quien se convirtió en la primera turista especial, al viajar fuera de la tierra en un programa privado.

-La conocí cuando tenía nueve años -recuerda con entusiasmo Alyssa- y le pregunté lo que todo el mundo les pregunta a los astronautas: ¿cuándo se decidió a serlo? Me contó que a los nueve años, y que cada vez que iba al espacio pensaba en el siguiente viaje; o sea, no le daba miedo. Ver eso, cómo se decidió tan joven, me hizo darme cuenta de que podía decidir lo que quería aún siendo una niña, incluso querer ser astronauta. Me hizo ver que mis sueños eran tan posibles de realizar.

Ese temprano referente le hizo a Alyssa darse cuenta de lo importante que era que más mujeres se entusiasmaran por involucrarse en áreas que, años antes, jamás habrían sido pensadas para ellas.

-Es justo llamarme feminista. Amo hablar con chicas, mujeres y motivarlas a que se involucren en más trabajos. Creo que ha habido progresos en el mundo de los astronautas y los actuales equipos son habitualmente mitad mujeres, mitad hombres. Creo, también, que mi ejemplo puede servir para atraer más mujeres a este sector.

"Todos dudaban de que realmente quisiera ir"

-¿Qué piensas de los medios que cuentan tu historia como la de la "astronauta que se prepara para morir en Marte"?

-Son los medios los que dicen que estoy preparada para ir a morir a Marte, y yo intuyo que ese es el pensamiento que predomina en los Estados Unidos y de los países que conozco. Hay mucha gente que cree que Marte será una misión en una sola dirección: la ida -responde Alyssa-. Quiero volver, pero es cierto que todas las opciones están sobre la mesa.

De su primer entrenamiento en campo de la NASA, a los siete años, Alyssa Carson recuerda esto: estar caminando por todo el centro espacial con un pequeño traje azul que le consiguió su padre -de ahí que, hasta hoy, su apodo sea Blueberry, porque así comenzaron a llamarla los adultos que la veían allí-, y no haber entendido muy bien en qué lugar estaba. Más bien, lo que le interesaba era ver los cohetes.

-Estar ahí fue impresionante -recuerda la joven, que en todos estos años se ha repetido el plato en otros dos campamentos de la NASA en todo el mundo y ha visitado los 14 centros de Estados Unidos. Fue la primera persona en terminar el circuito, por lo que la NASA, al ver su interés, durante todos estos años la ha invitado a diversos eventos y ha seguido con interés su idea de ir a Marte, aunque es posible, incluso, que pueda cumplir su sueño a través de empresas privadas como SpaceX o Mars One. Además, Alyssa se graduó de la Advanced Possum Academy, un programa privado apoyado por la NASA para que estudiantes puedan familiarizarse con las ciencias del espacio y, a su vez, reciban entrenamiento físico para eventualmente volar al espacio.

Ahora, en el nuevo entrenamiento físico que sigue (y que contempla clases de buceo, de apnea y ejercicios de gravedad, entre otros), se prepara para realizar una investigación sobre la atmósfera.

-Es por eso que estoy en entrenamientos de microgrado, simulación espacial, descompresión, y un montón de otros ejercicios diferentes. Cuando una empresa finalmente se decida a apoyar un intento de hacer ese sondeo, estaré lista para hacer esas cosas asombrosas que tanto me interesan de verdad.

-¿Sientes que hay gente que no te cree por ser tan joven? ¿Cómo has vivido esos momentos?

-Creo que cierta gente no cree que voy a convertirme en astronauta. Pero una buena razón para seguir interesada en la idea de ir al espacio es que estuve en una época en la que la NASA cerró un programa espacial, y cuando eso pasó, mucha gente dijo: "La NASA está acabada y quebrada", que ya no habría más astronautas. Cuando decía que quería ser astronauta, la gente decía que eso ya no existía más; me preguntaban qué haría ahora. Pero eso nunca me desmoralizó, porque tenía en mi mente que podía hacer esto.

-¿Y qué pasaría si en 15 años más cambias de opinión?

-Si en quince años más decido que no quiero ir a Marte ni convertirme en astronauta, cada cosa hecha hasta este punto la he hecho porque la disfruto y realmente quiero hacerla. Así, una marcha atrás sería porque ya no estoy disfrutando, o no estoy interesada, o haya pasado algo que genuinamente me haga decir: no puedo continuar. En ese caso, estaría ok con cambiar mi mentalidad y comenzar a trabajar en otra cosa. Será duro, por mis expectativas, pero definitivamente seré más feliz si lo dejo, en caso de no ser más feliz en lo que estoy haciendo -dice Alyssa, cuyas palabras no parecen de una adolescente de 17 años, sino de una persona que nació, casi predestinada, para cumplir un sueño muy particular.

Un viaje que una a los países

Además de toda su preparación técnica y académica (habla cuatro idiomas: inglés, francés, español y mandarín), Alyssa Carson ha sido charlista TED y conferencista en distintos encuentros en los que, más que detalles sobre su preparación para conocer Marte, habla de la necesidad de que más jóvenes expandan sus campos de trabajo y acción.

-Habrá muchos puestos de trabajo en el futuro. No sabemos sus características aun, pero la tecnología, el desarrollo, la apertura de puertos aeroespaciales y otras cosas que se vienen, van a generar puestos que esta generación va a tener, como también formas de prepararse para eso. Creo que no habrá espacio para perder oportunidades para la próxima generación. Es importante para los niños también. No creo en los empleos tradicionales, estáticos. Hay muchas oportunidades allá afuera, que los niños de hoy ni siquiera se imaginan.

-¿Y cuáles son las habilidades que la humanidad debiera desarrollar en los próximos 20 años?

-Aprender de cada minuto de la vida. Quiero hacer cosas como la misión de Marte, que ayudarán a eso. Es más que un asunto de unidad. Mi idea sería que la misión a Marte fuera hecha por una NASA internacional, estaciones rusas internacionales, teniendo a todo el mundo yendo a Marte, y no solo un gobierno, un país, una organización espacial. Que sea un grupo en el que gente de todo el mundo vaya y descubramos juntos lo que hay. Necesitamos más unitarismo; debemos avanzar en eso.

Alyssa Carson es una convencida de que, en este camino, el empoderamiento femenino es clave.

-Y ese empoderamiento depende de una serie de cosas; una de ellas es la solidaridad entre mujeres. Por ejemplo, apoyar a otras mujeres en tus respectivas áreas de influencia, para que hagan lo que ellas quieran y lo que les interesa. Definitivamente, creo que necesitamos ayuda similar para todos, pero teniendo más mujeres en los equipos estaremos haciendo un cambio en la sociedad para bien.

Habitualmente, cuando la historia de esta adolescente ocupa las páginas de diarios o revistas, hay una pregunta recurrente: cuál será su opción de vida personal en los próximos años. Si piensa casarse o tener pareja, e hijos, si su sueño tiene un futuro incierto.

-Hay un montón de entrevistas que hablan de mí como si estuviera en contra del matrimonio, de tener hijos, y eso me incomoda. No pienso en eso realmente. No pienso si habrá un hombre; pienso en que quiero viajar a Marte. Si hubiera un novio, estoy segura que podríamos llegar a un acuerdo. Es un gran tópico, una parte importante de la misión. Pero reconozco que a veces no hablo lo suficientemente claro.

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