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Los hábitos de consumo de los chilenos viven drástica redefinición por el alza de precios

sábado, 06 de septiembre de 2008

C. FLORES y C. RAMÍREZ
Economía y Negocios, El Mercurio

• Casi la mitad de los consumidores ha cambiado de marca a raíz de la inflación, que le ha pegado fuerte a la canasta de la dueña de casa, señala un estudio de la consultora BBDO.
• El 67% va ahora menos al cine, el 53% ha dejado de ir a un bar a tomarse un trago y el 60% ha reducido el consumo de carne de vacuno.

Los consumidores tienen problemas, pero también ingenio para llegar a fin de mes. Se cambian de marcas, restringen sus salidas de recreación, se dan menos "lujitos" y no tienen problemas para cambiarse de la carne a los vegetales y el pollo.

Ésta son algunas de las principales conclusiones que arroja el estudio realizado por la consultora BBDO Research, que encuestó a 931 usuarios de internet de la Región Metropolitana, y que fue conocido en exclusiva por "El Mercurio".

Los altos precios de los bienes y servicios han provocado un profundo reordenamiento de los hábitos de consumo. Por ejemplo, los gastos y la situación país se estudian ahora con mucho más detenimiento. El 79,3% de los consultados dijo estar mucho más atento a sus cuentas, y el 44,5% se informa diariamente de lo que pasa en la economía.

Según Francisca Larraín, directora de planificación estratégica de BBDO Chile, esta sensibilidad crítica está exacerbada por el hecho de que la encuesta fuera realizada a navegantes de la web. "Los usuarios de internet, en general, son personas muchos más informadas, mucho más reflexivas, y tienden a interactuar más con los contenidos. Pero no cambia la tendencia", asegura.

EN CIFRAS


79,3%
de las personas asegura estar "más atenta" a sus cuentas.

60%
reconoce que ha restringido varios de los gastos que tenía ensualmente.

66,2%
de los encuestados dice que "la situación económica de los chilenos está peor que hace un año".

34,8%
señala que la situación económica del próximo año va a ser peor.

26,8%
de los encuestados dice que la minería es el sector productivo que está mejor.

23,3%
dice que transportes es el sector que está peor.

49,6%
de las personas dice que la luz es de los servicios cuyo consumo ha disminuido.



Renuncia y sustitución
Según datos de la consultora, casi la mitad de sus entrevistados (47,5%) confesó que tiene serias dificultades para "llegar a fin de mes". Por eso, las actividades de entretención se transformaron en la última prioridad de los chilenos, con independencia del sector al que se pertenezca. "Nos llama la atención que el estrato alto sí esté declarando una contracción en las actividades recreativas, probablemente para compensar el mayor costo de los gastos básicos", indica Larraín. El 62% de los santiaguinos dejó de ir al cine con la misma frecuencia que hace un año, mientras que el 75,3% va menos a la nieve. Y esta tendencia se mantiene en el segmento ABC-1, pues el 64,8% de ellos también disminuyó sus salidas a esquiar.

Los productos suntuarios fueron exiliados de los carros de compras. El 65,7% disminuyó su consumo de cervezas importadas, mientras que el 65,2% dijo adiós a los postres preparados.

Destaca, además, en el top ten de los "sacrificados", la carne de vacuno y la de cerdo, que se sitúan en 5° y 8° lugar, con 60,6 y 55,7% de baja en las compras, respectivamente. "Hay un mayor consumo de otros alimentos, como las verduras. Dentro de los que han aumentado, son las que más. Tal vez ahora se come más tortilla de zanahoria que carne de cerdo", comenta Larraín.

En categorías como las carnes, no es posible cambiar por una de inferior calidad o una marca menos conocida, sin renunciar al producto. Pero con los comestibles básicos, como el arroz y los fideos, o los productos de limpieza y aseo, los consumidores sí lo han hecho. El arroz ha incrementado su precio en cerca de 85% en los últimos doce meses, según el INE.

Por eso, 29,1% de los encuestados lo han sustituido por una marca más económica o una genérica, de las que ofrecen los supermercados. Lo mismo pasa con los fideos, que ahora son cerca de un 30% más caros que en agosto de 2007, y son reemplazados en el 20,3% de los casos.





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