Informe del PNUD revela que desigualdades entre las regiones disminuyeron en una década
martes, 04 de diciembre de 2018
SERGIO ESPINOSA V.
Nacional
El Mercurio
La estructura productiva de cada región juega un papel central en su ingreso. Aunque las diferencias con Santiago siguen siendo importantes, también hay patrones de desigualdad entre las distintas zonas del país.
Pese a sus innegables éxitos económicos en los últimos 30 años, con altas tasas de crecimiento y una importante reducción de la pobreza, la tarea pendiente de Chile sigue siendo combatir los altos niveles de desigualdad que presenta. Pero al menos en este punto comienzan a observarse avances. Así lo refleja un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que analizó las desigualdades existentes entre las regiones del país en áreas clave del desarrollo -como ingreso, salud y educación- durante la última década. El documento concluye que todas las regiones han logrado avances importantes en dichas áreas, especialmente en indicadores básicos como el nivel de cobertura de los servicios, la esperanza de vida, las tasas de pobreza y el nivel de ingresos. "El panorama general es de un avance del país que se refleja en todas sus regiones y un mayor nivel de convergencia entre ellas, porque las que más crecen son las que estaban más abajo", resume el investigador del PNUD Matías Cociña. Pero, al mismo tiempo, el estudio revela importantes y persistentes brechas interregionales en indicadores más exigentes, como el porcentaje de trabajadores que reciben salarios bajos, el acceso a médicos especialistas o la calidad y diversidad de la oferta educacional en cada región. Por ejemplo, así como ha aumentado el ingreso promedio de los hogares a lo largo de todo el territorio nacional, la Región Metropolitana concentra más del 60% de los que tienen las rentas más altas, pese a que tiene poco menos del 40% de los hogares del país. Un componente fundamental que explica la distribución de los salarios es la estructura productiva de cada región: las mineras en el norte y la Región Metropolitana tienden a tener mayores ingresos que las de la zona centro-sur, donde priman la agricultura, la ganadería y la silvicultura, con salarios por lo general bajos. En todas las regiones, además, las mujeres reciben remuneraciones bajas en mayor proporción que los hombres. En educación, el acceso a la educación primaria y secundaria es casi universal, mientras que la parvularia se ha masificado y la terciaria se ha expandido rápidamente, especialmente en los hogares más pobres. Pero el número de carreras y el tipo de formación al que se puede optar varían mucho según la región. Por número de habitantes, O'Higgins y Maule muestran el nivel de oferta más bajo, mientras que Biobío, Los Ríos, Magallanes, Valparaíso y la Metropolitana ofrecen las mayores opciones por estudiante. Por ello, el estudio concluye que "disminuir las desigualdades territoriales en términos de calidad debe ser una de las aspiraciones principales de la agenda pública sobre educación". En salud ocurre otro tanto. Aunque en indicadores como cobertura primaria, esperanza de vida y tasas de mortalidad Chile se ubica en la mitad del ranking de la OCDE, el acceso a especialistas muestra una de las mayores desigualdades territoriales en este ámbito: es marcadamente alto en la Región Metropolitana y lo opuesto ocurre en Maule o Tarapacá. Otra diferencia relevante es que si en la capital un 76% de las atenciones de médicos especialistas se hacen en el sistema privado, en Aysén alcanzan apenas al 8%. "De cara a la futura elección de gobernadores regionales, creemos que este estudio será un importante insumo para el diseño de políticas públicas territorialmente pertinentes", señala Marcela Ríos, representante residente adjunta del PNUD. 10% 55,1% 20%
mínimo es la tasa de pobreza entre Coquimbo y Los Lagos, salvo en Valparaíso y RM.
del ingreso per cápita de la Región Metropolitana tiene La Araucanía.
de los empleos en Antofagasta ofrecen salarios bajos; en O'Higgins son el 60%.
