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Más de un año de negociaciones:

Estados Unidos, Canadá y México firman el acuerdo comercial que reemplaza al Nafta

sábado, 01 de diciembre de 2018

Nicolás García de Val Enviado Especial
Internacional
El Mercurio

Buenos Aires El T-MEC debe ser aprobado por el Congreso estadounidense y los demócratas ya dijeron que tendría que ser modificado antes de que le den el visto bueno.



Como una "batalla" describió el Presidente estadounidense Donald Trump los 13 meses y medio de negociación que les tomó alcanzar al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que reemplaza al Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (Nafta) y que fue firmado ayer al margen de la cumbre del G20.

Desde que llegó a la Casa Blanca en 2017, Trump se lanzó contra el Nafta -el pacto que hace 24 años regula el comercio trilateral de más de US$ 1,2 billones-, calificándolo como el "peor" de los acuerdos, un instrumento que consideraba "injusto" por los beneficios que obtienen sus socios en desmedro de EE.UU.

El T-MEC (o USMCA, en inglés) es una victoria política para Trump. "Este es un acuerdo modelo que modifica para siempre el panorama del comercio mundial", dijo ayer el estadounidense al terminar la reunión de media hora con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, y con el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, en el hotel Alvear de Recoleta.

Se trata del "más moderno y significativo y equilibrado acuerdo de la Historia", exclamó Trump. "Es probablemente el mayor acuerdo comercial jamás firmado", agregó al cumplir una de sus principales promesas electorales.

"En Estados Unidos el nuevo acuerdo comercial impulsará trabajos calificados en el sector manufacturero y promoverá un mayor acceso para las ventas estadounidenses" a los mercados socios, sostuvo.

Lo cierto es que el nuevo acuerdo además de cambiar de nombre solo hace algunos ajustes a lo que estaba en vigencia. Entre las modificaciones más importantes del T-MEC figura la norma de que al menos el 75% de las partes de los automóviles deben ser fabricadas en Norteamérica, frente al 62,5% que establecía el Nafta. Además, entre el 40 y el 45% del vehículo tendrá que ser producido por trabajadores que ganen como mínimo 16 dólares la hora. Además, Estados Unidos gana un mayor acceso al mercado de los lácteos en Canadá, y Ottawa consiguió que se incluya un proceso para resolver disputas comerciales.

En su último día como Presidente, Peña Nieto destacó que los "tres países ganan" con el nuevo pacto comercial. Es que México tenía mucho en juego: Estados Unidos es su principal socio comercial, con un volumen de exportaciones e importaciones de alrededor de 500.000 millones de dólares (el 80% de sus ventas al extranjero).

Trudeau fue más mesurado al decir que si bien el pacto "elimina los riesgos que acarrea la incertidumbre", todavía hay trabajo que hacer y pidió al mandatario estadounidense eliminar los aranceles a las importaciones de aluminio (10%) y acero (25%) que impuso a Canadá y México. Funcionarios del gobierno estadounidense, y el propio Trump, dijeron varias veces este año que los impuestos solo serían retirados una vez se concretara el nuevo pacto.

"Mi expectativa siempre fue que habría pocos cambios significativos al Nafta. Los mercados estarán satisfechos, pero principalmente porque el haber llegado a un pacto deja atrás la posibilidad de nuevos aranceles y de una guerra comercial desatada entre los tres socios", dijo a "El Mercurio" Julius Sen, experto en comercio internacional de la London School of Economics.

El acuerdo todavía tiene que pasar otro obstáculo para entrar en vigencia, ya que debe ser ratificado por los legislativos de los países socios. La tarea será especialmente complicada en Estados Unidos, ya que el Presidente estadounidense podría tener problemas para convencer a los demócratas, que acaban de obtener la mayoría en la Cámara Baja, de que voten a favor. Lo adelantó Bill Pascrell, representante por Nueva Jersey: "El acuerdo tiene que tener cambios para ser aprobado", dijo la semana pasada.

De todas formas, al mandatario no parece preocuparle estar en minoría: "(El tratado) ha sido tan bien recibido que no espero tener muchos problemas", manifestó ayer antes de partir en su enorme caravana al Centro Costa Salguero, para el primer día de la cumbre del G20.

1,2 billones de dólares mueve el comercio trilateral bajo el acuerdo de Libre Comercio de América del Norte, que está vigente desde 1994 y que será reemplazado por el T-MEC una vez que este nuevo pacto sea ratificado por los legislativos de los tres países.

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