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Entrevista al almirante estadounidense (r) James Stavridis:

"El escenario global vuelve a su estado 'normal' de rivalidad entre potencias"

sábado, 01 de diciembre de 2018

Juan Pablo Toro V.
Internacional
El Mercurio

Para el autor de "Sea Power", no estamos todavía ante una carrera armamentística naval como a principios del siglo XX, pero vamos hacia esa dirección.



El almirante estadounidense (r) James Stavridis es considerado uno de los pensadores estratégicos más importantes de la actualidad, gracias a que supo obtener y divulgar las lecciones de una carrera sobresaliente, que lo llevó a dirigir la OTAN como comandante supremo y a capitanear destructores por distintos mares del mundo.

Autor de reconocidos libros sobre temas navales y de liderazgo, su nombre fue sondeado indistintamente por las campañas de Donald Trump y Hillary Clinton, cuando era decano de la escuela Fletcher de Leyes y Diplomacia de la Universidad de Tufts, puesto que dejó este año para integrarse como ejecutivo del Carlyle Group.

En una entrevista por escrito con "El Mercurio", el autor de "Sea Power: The History and Geopolitics of the World's Oceans" se refiere a la recobrada importancia del poder naval para las naciones y de contar con una estrategia marítima integral -que incluya desde un fuerte rol de la guardia costera hasta la construcción de buques-, sobre todo cuando está de vuelta el juego de poder entre las grandes potencias.

En su regreso a Chile, país que conoció cuando era jefe del Comando Sur, Stavridis será el lunes uno de los principales expositores en el Simposio de Comandantes en Jefe organizado por la Armada de Chile en Viña del Mar.

-Desde el Pacífico (Rimpac y Vostok) al Atlántico (Trident Juncture), pasando por el Índico (Malabar), este año hemos sido testigos de algunos ejercicios navales más grandes en décadas. ¿Hay un cambio de la realidad geopolítica que explica esta situación?

"Somos testigos del regreso de la 'gran política de potencias', es decir, la competencia geopolítica entre Estados Unidos, China y Rusia. La Unión Europea e India no se quedan atrás. Después de un par de décadas de estar enfocados en extremistas violentos y guerras en Medio Oriente tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, el escenario global está volviendo a su estado 'normal' de competencia entre las principales potencias. Esto lleva a incrementar los presupuestos navales y a que se realicen ejercicios mucho más complejos, tanto en el mar como en tierra".

-Entre la acelerada expansión de la Armada china y la reconstitución del poder naval ruso. ¿Cuál le preocupa más?

"La expansión de China es mucho más significativa por tres motivos: primero, porque China es una nación mucho más grande y con recursos económicos masivos; segundo, porque China reclama el Mar del Sur de China -un enorme y rico espacio oceánico del tamaño del Caribe- como aguas territoriales, y tercero, porque su tecnología y capacidades se aceleran. El fortalecimiento de la flota rusa implica un retorno a sus capacidades normales, que a la vez son equilibradas por la OTAN. Con China, estamos ante un nuevo reto en cada sentido".

-¿Cree que todo lo anterior avala la tesis central de su libro "Sea Power", en cuanto a que "la necesidad de poder marítimo es más importante que nunca"?

"Sin duda, las principales potencias están invirtiendo en capacidades marítimas que harán del poderío marítimo un elemento fundamental del poder nacional".

-¿Cómo se explica el hecho de que las tareas en el mar solo crecen en las últimas décadas, mientras las marinas occidentales, con algunas excepciones, se han ido reduciendo?

"La Armada de Estados Unidos se está expandiendo tanto en cantidad como en calidad. Canadá, el Reino Unido, Australia y otras marinas occidentales están mejorando significativamente a nivel cualitativo adquiriendo nuevos sistemas marítimos. India se está expandiendo y así también Japón. En general, los presupuestos navales se enfocan en mejorar la calidad de los sistemas ofensivos; agregar más vehículos no tripulados; fortalecerse contra los ataques cibernéticos, e integrar sensores espaciales. Esto está siendo respondido por China y Rusia. No estamos todavía en una carrera armamentística naval como a principios del siglo XX, pero nos estamos moviendo hacia esa dirección".

-¿Está de acuerdo con la idea de que hoy ninguna marina es lo suficientemente grande para operar por sí sola, pero que a la vez debe ser capaz de aportar al buen funcionamiento del sistema?

"Es incuestionable que 'juntos somos más fuertes'. La OTAN es un buen ejemplo de esto. Nuestro trabajo conjunto en el Hemisferio Sur es otro ejemplo, con los ejercicios con Chile y otros aliados. En el Pacífico vemos grandes ejercicios, como Rimpac con Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelandia y muchos otros socios. Operar con aliados, socios y amigos puede ser desafiante, pero en última instancia, los mares son grandes y nuestras armadas son pequeñas, en comparación. Debemos trabajar juntos".

-Como comandante supremo de la OTAN usted vio que hay países europeos que gastan muy poco en defensa, lo cual resulta un problema cuando surgen amenazas. ¿Cuánto se trata del financiamiento de las fuerzas armadas? ¿Qué factores se deben considerar para elaborar un presupuesto?

"Determinar la estrategia es realmente un proceso sencillo: se trata de comprender el entorno mediante el estudio de la información de inteligencia y de fuentes abiertas; evaluar las metas de la organización o de la nación; describir la mejor manera sobre cómo lograrlas operacionalmente, y lo que es más difícil, encontrar los recursos para ejecutar el plan. Esto es algo que se llama racionalizar 'fines, formas y medios'".

-¿Es partidario de la construcción naval endógena? ¿Cuáles son sus desafíos?

"Todas las naciones que tienen una dependencia significativa del mar necesitan, a lo menos, contar con una industria de construcción naval básica. Así existan buenas opciones de adquisiciones internacionales, la capacidad de construir buques y repararlos es parte del poder marítimo de una nación".

-Usted describió el océano como "la escena del crimen más grande del mundo", donde se cometen delitos como la piratería, el narcotráfico y la pesca ilegal. Algo vio a cargo del Comando Sur. ¿Cuál es la importancia de contar con una guardia costera robusta en estos días?

"Una parte creciente del poder marítimo de una nación está basado en su guardia costera. Cómo esta organización se adapta y funciona junto a la Armada nacional es crucial. En Estados Unidos tenemos la suerte de contar con la larga tradición de una guardia costera independiente, bien financiada y extremadamente orgullosa. Funcionan independientemente la mayoría del tiempo, pero se unen a la Armada para las grandes operaciones, especialmente en América Latina y el Caribe. Las guardias costeras también pueden trabajar juntas a nivel global compartiendo inteligencia operativa, ideas para reforzar la aplicación de la ley e información regional".

-Siguiendo con el Hemisferio Occidental, ¿teme que la crisis venezolana, sumada a la inestabilidad política en Nicaragua y la debilidad crónica de Haití creen una situación de inestabilidad en el Caribe que obligue a una respuesta marítima regional?

"Sin duda, estoy muy preocupado por una potencial crisis de refugiados en el mar, especialmente de Venezuela, que está en la agonía de una crisis terrible. La región necesita trabajar junta a través de la Organización de los Estados Americanos para abordar los problemas y estar lista en caso de que haya un éxodo completo de Venezuela. Haití y Nicaragua, aunque más pequeños, podrían también ser problemáticos, pero es Venezuela lo que me preocupa más de momento".

-Pese a la evidencia comercial y geográfica, hay muchos países que les cuesta asumir su condición marítima. ¿Cómo se puede revertir esta situación?

"Cada nación tiene que tomar sus propias decisiones sobre los recursos para su poder marítimo. Pero una y otra vez la historia nos enseña la importancia del mar -desde los antiguos griegos al mundo de hoy-. Los océanos representan el 70% de la superficie de la tierra, y eso no va a cambiar. Son el enlace global que nos conecta, un bien público común mundial que debemos proteger a nivel medioambiental y controlar estratégicamente. Hacerlo es una tarea para cada nación".

-Usted conoce Chile y a su Armada, que está cumpliendo 200 años. ¿Cuáles cree que son sus desafíos hacia el futuro?

"Chile tiene una tradición marinera extensa, orgullosa y profesional. Con su increíble línea costera, recursos naturales abundantes y una población altamente educada, es una nación vibrante y una potencia marítima influyente. En Estados Unidos estamos muy orgullosos de operar con la Armada de Chile en el mar. Al igual que para todas las armadas de hoy, el desafío para Chile es modernizar sus buques, entrenar a su personal y operar en el mar para practicar sus habilidades. De todo lo que puedo observar, una orgullosa tradición marinera está bien viva aquí en Chile".

"La historia nos enseña la importancia del mar, que es el enlace global que nos conecta y que debemos proteger a nivel medioambiental y controlar estratégicamente".

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