LA APUESTA TELEVISIVA DE LOS COEN
sábado, 24 de noviembre de 2018
Por Rodrigo Munizaga
Agenda
El Mercurio
Originalmente pensada como una miniserie televisiva de seis capítulos, La balada de Buster Scruggs terminó convertida en un telefilme de poco más de dos horas, lo que en la práctica termina evidenciándose, al ser un relato tan estimulante como frustrante. Escrita y dirigida por Joel y Ethan Coen ( Fargo , Barton fink , Sin lugar para los débiles ), la cinta está igualmente dividida en episodios, geniales como en el caso del que da nombre a la película, sobre un cantante vaquero que anda impecablemente de blanco y que es el gatillo más veloz de Occidente. Como suele suceder con los hermanos Coen, la mezcla de violencia con humor es implacable, bien resuelta y el personaje de Buster Scruggs resulta entrañable. En la otra vereda se sitúan las historias que protagonizan James Franco y Liam Neeson: el primero, quien ofrece una actuación de alto nivel -como también lo hace en la serie The deuce -, es un vaquero roba bancos que siempre está al borde de ir a la horca, pero el tono aparentemente chistoso no termina de convencer y se vuelve reiterativo; en la de Neeson, en tanto, su historia sobre un cantante que viaja de pueblo en pueblo es la más débil de todas, con un humor oscuro que no cuaja y que termina agotando. Se trata de una cinta menor en la filmografía de los hermanos Coen, que probablemente habría sido un fracaso en caso de que hubiese llegado a los cines. Hecha directamente para la televisión, quizá en su original formato de miniserie les habría permitido a los directores que las minihistorias tuvieran un desarrollo. La debilidad mayor de La balada de Buster Scruggs : los relatos son tan breves que no hay chance para conectar con la mayoría de los personajes, y las historias terminan siendo mayoritariamente entretenidas, estupendamente bien filmadas y aún mejor actuadas, pero profundamente ligeras y, en resumen, intrascendentes. LA BALADA DE BUSTER SCRUGGSEE.UU. , 2018.Disponible en Netflix.
