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Libro

La diáspora

sábado, 24 de noviembre de 2018

Por Rodrigo Pinto
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El Mercurio




"Soñé que estaba soñando y que en los túneles de los sueños encontraba el sueño de Roque Dalton: el sueño de los valientes que murieron por una quimera de mierda", escribió Roberto Bolaño en "Un paseo por la literatura", poema publicado en Tres (Acantilado, 2000). El nombre de Dalton (asesinado en 1975) salta a la palestra brevemente en un par de capítulos de la tercera parte de esta novela que más bien gira en torno a hechos ocurridos más adelante, en 1983, "los sucesos de abril": cuando en Managua es asesinada brutalmente una dirigenta de la insurgencia salvadoreña, culpándose del asesinato a otro revolucionario. Toda la novela respira un amargo desencanto, el mismo del fragmento de Bolaño. Compañeros de generación, ambos escritores compartieron el sueño de la revolución y las resacas del fracaso. Castellanos Moya comenzó mucho antes; La diáspora es su primera novela, publicada por primera vez en 1989 y pulida por el autor para la presente edición. "No he tocado la trama, ni ciertas imprecisiones históricas, ni los personajes, algunos con una mentalidad difícil de tragar para la susceptibilidad de los tiempos que corren. Que conste", aclara el autor para beneficio de los lectores.

La novela es una suerte de collage que se articula sobre diferentes personajes tocados por esa doble muerte. Transcurre en el exilio, en Ciudad de México. En la primera parte el foco está en Juan Carlos, un activista de la revolución que busca salir de la rueda de las culpas emigrando a Canadá. La segunda se centra en Quique, un exguerrillero que sueña con volver a las armas y que ve, de repente, que es posible que pronto vuelva a empuñarlas. La tercera da voz a distintos personajes y a cómo el asesinato de Dalton afectó a algunos de ellos. En la cuarta toma la voz protagónica el Turco, un cantante que fue estandarte de la revolución, el personaje más amargo y escéptico de todos los que pueblan la novela y que no está ahí para cerrar nada, sino para abrir todo. La diáspora no solo es fragmentaria; también está lejos de la maestría que luego ganó Castellanos Moya en la creación de sólidas estructuras y personajes, y en el cultivo de un estilo sinuoso, lleno de comas y frases subordinadas. Acá todo es más plano y confuso, pero tiene el sabor inapelable del desencanto que entumece la lengua y doblega la espalda.

HORACIO CASTELLANOS MOYA.

Literatura Random House, Barcelona, 2018. 156 páginas.

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