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Lucía Puenzo

" Una mujer fantástica fue un viaje emocional"

sábado, 24 de noviembre de 2018

POR ERNESTO GARRATT VIÑES
Reportaje
El Mercurio

La novelista y directora de filmes como Wakolda prepara un viaje a Chile para dirigir a Daniela Vega en la serie "La jauría", centrada en un caso de abuso sexual. De cómo la maternidad ha dado otro foco a su trabajo, la importancia de la ciencia y de su padre -Luis Puenzo, el primer argentino ganador de un Oscar por La historia oficial -, habla una de las voces fundamentales del arte argentino actual.



Desde su casa en Buenos Aires, Lucía Puenzo susurra con voz amable.

-Déjame poner a la nena acá, con cuidado, a ver si así podemos conversar mejor.

La nena es Nina, su hija de 2 años, y frente a unos dibujos animados la conversación va mejor, ya que el distractor de la pantalla facilita el pregunta-respuesta que vendrá en un momento más.

-No quise llevarla a la guardería porque estaba con un pelín de fiebre. ¿Le damos, si te parece?

La novelista argentina, destacada por la prestigiosa revista Granta como una de las mejores escritoras en español en 2013 por títulos como El niño pez y Walkolda , novelas que ella misma ha adaptado y dirigido en el cine, en homónimos y premiados largometrajes, está lista para conversar de su carrera, su nueva vida como madre y de su próximo viaje a Chile para ser showrunner y dirigir la serie "La jauría", con Antonia Zegers y Daniela Vega interpretando a dos mujeres policías detrás de la desaparición de una estudiante de un colegio del barrio alto y con una única pista entre manos: un video viral en el que la joven es abusada por un grupo de hombres.

Está inspirada en juegos online como la "Ballena azul" y en el caso de La Manada, que conmocionó a todo el mundo, explica Puenzo sobre las motivaciones para ser parte de este proyecto de la productora chilena Fábula. La argentina suena apasionada al hablar del proyecto, con la energía propia de quien aborda un tema que le importa. Y mucho.

-Dos cosas confluyeron. Por un lado, cuando me trajeron el proyecto, estaban saliendo a la luz en Argentina muchos casos de violaciones, abusos y asesinatos de género. Pero, rápidamente, también empezó a pasar al frente la idea de esta jauría, no solo en relación con los grupos de hombres, sino que también a la fuerza de las jaurías femeninas, de las manadas femeninas, de lo que ocurrió con el fenómeno Ni Una Menos en toda Latinoamérica.

La mirada sobre mujeres que se sobreponen a frecuentes juegos de poder es una constante en la obra literaria y cinematográfica de la argentina. Por ejemplo, en El niño pez , su debut literario de 2004, es una mucama paraguaya el objeto de oscuros deseos y uno de los pilares de un juego entre fantasía y un niño que habita en las profundidades del agua bajo la forma de un mito. El mismo espíritu inunda su filme XXY , ganador del Goya a la Mejor Película Extranjera, sobre un adolescente intersexual criado como mujer por sus padres, quienes en plena pubertad están a la espera de que elija su propia identidad.

Así, "La jauría" encaja perfectamente como nueva pieza en su mundo creativo marcado por temas contingentes.

-Ayer se suicidó en Buenos Aires un profesor, director de teatro prestigioso, acusado de abuso sexual. Eso mismo ocurre en uno de los capítulos de la serie, casi calcadamente. Entonces, en la serie también hay cosas de puro presente, cosas que están ocurriendo todo el tiempo relacionadas a las agresiones de género.

La madre del cordero

La serie "La jauría" comenzará en enero sus dos meses de rodaje para sus ocho capítulos, de los cuales cuatro serán dirigidos por Puenzo. Los otros estarán a cargo de su hermano Nicolás Puenzo, y de los chilenos Sergio Castro y Marialy Rivas.

En algún punto de la conversación, le planteo a Lucía el momento actual de la televisión mundial, marcado por producciones millonarias para servicios de streaming , de calidad y alcance global, que muchos comparan con las antiguas novelas, ahora filmadas.

-La estructura dramática de una película no permite algo que sí permiten las series de autor, que son las direcciones, las tramas y los personajes secundarios que crecen. Y eso sí emparenta más la serie al universo de lo literario; al género de la novela más puntualmente -explica con interés una artista que parece escribir con la cámara cada vez que se pone detrás del lente como directora, y filmar con un afilado lápiz en las ocasiones que crea como narradora de ficción.

En sus novelas, sus personajes son casi siempre menores en riesgo de abuso, chicos o chicas que buscan su lugar en el mundo en medio de contextos adversos. Como pasa en la novela El niño pez , donde la idea de salvaguardar la inocencia se ahoga literalmente en el engaño y la mentira. O en su película Wakolda , basada en su propia novela, donde una niña con problemas de crecimiento parece ser el nuevo objetivo del nazi en fuga Josef Mengele.

-Sí, creo que tenés razón, es una constante eso de los indefensos -comenta Puenzo sobre su obra, tanto en cine como en papel. Da lo mismo desde dónde lo haga, ella siempre está diciendo más o menos lo mismo, pero con otras palabras, otras imágenes; sin repetirse, sin caer en lo mismo, pero con lo mismos ingredientes: pizcas de irrealidad, además de mucha oscuridad y provocación.

-¿Cómo te podrías definir? ¿Escritora?, ¿cineasta?, ¿productora?...

-De todo un poco. Mira, por suerte, no estoy teniendo que elegir y puedo ir haciendo todo al mismo tiempo; mejor dicho, todo de a una, porque es una cosa a la vez.

Paso a paso. Así lo ha hecho desde el comienzo de su carrera, en la que comenzó a brillar desde temprano. Y de esa manera lo hace en estos días, cuidando a su pequeña hija. Así, la artista que siempre escribió sobre la vida, ahora escribe sobre sus nuevos hábitos y rutinas.

-Me las voy arreglando y tuve que reaprender cómo se escribe, ahora siendo una madre. De hecho, era bastante desordenada en el sentido de que si estaba sumergida en algún texto, de repente no dormía por las noches. Una vez que entendí que era así, que cada noche, en horarios distintos a los que escribía antes y esas cosas, todo se acomodó.

Durante la maternidad, además empezó a hacer una vida completamente puertas adentro.

-Con el período del embarazo, la lactancia, todos los primeros años de vida de un bebé, me quedé muy metida dentro de mi casa y ese cambio me generó otro grado de concentración, mucho más profundo que los años anteriores. Yo noté que hay algo que te obliga a la tranquilidad, algo muy atractivo para la escritura y las lecturas. Y como somos dos escritores, el papá también escribe -el autor trasandino Sergio Bizzio-, nos generó una cosa de meternos dentro de la casa y no salir más... Algo muy bienvenido, de mucha lectura y escritura.

Pasión por la ciencia

Si hay temas que le apasionan a Lucía Puenzo son los relacionados a la ciencia en general, y a la biología en particular. Productora y showrunner de Cromo , serie thriller con alma pedagógica en conocimientos científicos que realizó hace un par de años. Su atracción hacia las ciencias naturales es inmensa desde que, siendo pequeña, se pasaba horas en enciclopedias, asombrada por los fenómenos del cuerpo humano y la naturaleza.

-Por un lado, tengo una particular atracción por el universo de lo científico, de lo genético, de lo médico, que es evidente, -señala, y ahí están como prueba XXY y Wakolda -Soy de leer materiales médicos, científicos y genéticos, me parecen atractivos y ahora, por ejemplo, en julio filmo mi cuarta película, "Los impactados", que es sobre personas que sobreviven al impacto de los rayos de las tormentas.

La trama de esta nueva cinta, que ya suena muy bien en el papel, cuenta la historia de una chica que después de un coma de seis meses, despierta atravesada por una marca que es como una cicatriz causada por la electricidad que traspasa su cuerpo.

-Y le produce una explosión de vasos sanguíneos, que es una belleza como cicatriz. El impacto de un rayo puede dejar el pelo blanco, la piel blanca y, además, mata neuronas, hace unos recorridos sinápticos, hace una locura en los sobrevivientes... Hay secuelas muy llamativas, muy difíciles de explicar por la medicina tradicional. Mi universo es, obviamente, un universo de lo médico y de historias que son un poco límites.

Hija del método científico en sus trabajos, en los que no existen los cabos sueltos ni ningún trozo de solución narrativa puesto al azar, Puenzo expone cartesianamente sus historias. Así se podía ver en su serie Cromo , sobre cómo una científica es asesinada y tanto su esposo como su secreto amante, amigos entre ellos, buscaban pistas de su deceso. Y debería ser también el caso con su adaptación a guion de Estrella distante , de Roberto Bolaño.

-La adaptamos con Sergio (su pareja), un productor brasileño compró los derechos y nos llamó para adaptarla, pero para otro director brasileño. Fue un placer escribir el guion de Estrella distante , es la adaptación que más disfruté escribir, quedó muy bien, creo que está en preproducción. Nunca fue una propuesta para que yo dirigiera, era un encargo para que otro lo hiciera.

Y Chile no solo aparece nombrado en la conversación por Estrella distante . También entre sus proyectos para filmar estuvo alguna vez la vida de la fotógrafa Tina Modotti, proyecto que llegó a sus manos por la actriz Leonor Varela.

-Tomamos el período entre el asesinato de Julio Mella y cuando la extraditan de México, su arresto domiciliario, y todo lo que ocurre ahí es interesantísimo, porque es un momento de México casi a la inversa de lo que ocurrió en Latinoamérica, en el que todo estaba ocurriendo. Eran todos revolucionarios, los muralistas estaban en su auge, ella era al mismo tiempo una gran artista, una revolucionaria, una feminista.

"La jauría" vendría siendo tu tercer proyecto vinculado a Chile...

-Ahora empezaron a surgir otros proyectos con los (hermanos Pablo y Juan de Dios) Larraín, porque hicimos un muy buen equipo con su grupo. Entonces, seguramente luego de "La Jauría" habrá otros proyectos con ellos.

-¿Y qué representa para ti el valor simbólico de trabajar con Daniela Vega?

-No solo son Daniela Vega y Antonia Zegers, sino que tenemos también un elenco chileno de muchísimos nombres que yo admiro, que venía siguiendo en el cine chileno, y muchos jóvenes talentos que han salido del semillero del teatro y de primeras películas, y que tuvimos la suerte de reunir a todos: es una especie de seleccionado de actores chilenos. Para mí es un placer filmar por primera vez en Chile con este equipo técnico, con estos productores detrás, con este elenco, con Daniela, con Antonia, con todos ellos. No se puede pedir mucho más.

-¿Y cuál fue tu impresión de Daniela Vega cuando la viste en Una mujer fantástica ?

-Para mí ver Una mujer fantástica fue un viaje emocional. En general, hay muchas películas que me capturan como espectadora, que es lo mejor que te puede pasar, y con esta yo me metí de cabeza en un viaje emocional: en lo que les pasa a ellos dos, y a ella particularmente. La verdad es que Daniela tiene una fuerza en su mirada, una interpretación notable. El personaje que va a interpretar ahora en "La jauría" necesita esa fuerza, esa inteligencia. Entonces, si ella da todo eso que le vi en Una mujer fantástica ... Ya la he visto haciendo un personaje en una película cien por ciento sostenida en sus hombros, entonces, tiene con qué levantarse.

Filmar en familia

Lucía Puenzo admite que ha tenido la fortuna de crear siempre en ambientes donde se ha sabido conservar su voz de autora. En el cine, la televisión o en las novelas. Y así ha sido en esta ocasión con "La jauría", donde la solución más evidente parecía ser victimizar a las mujeres per se y "villanizar" a los hombres como abusadores en general.

Cada historia tiene su particularidad, y en el caso de "La jauría", llamativamente, me resultaba más interesante preocuparse por los personajes hombres que por las mujeres, porque las mujeres eran claramente más fuertes, tan fuertes como el movimiento feminista, que hoy tiene el peligro de dejar al hombre afuera... No es que sea tan temible la ferocidad del movimiento, porque hay veces que los movimientos tienen que ser un poco extremos para ser escuchados, y después se moderan. Bueno, lo que temíamos es que la serie dejara al hombre afuera y quería evitar caer en el estereotipo de que los hombres fueran los malvados o que simplemente son tontos. De esa forma, trabajamos particularmente en los hombres para darles una chance.

-Recuerdo lo bien que estaban trabajadas las capas del protagonista de Wakolda para no caer en la caricatura...

-Bueno, tiene un poco que ver con eso que estamos hablando. Es un monstruo del nazismo, Mengele, pero también con los psicópatas si hay algo en lo que uno no puede caer es en los estereotipos, en el reduccionismo de que porque es un malvado nazi, tiene eso escrito en la frente. Porque, justamente, la complejidad de esos personajes era que podían enamorar, que eran simpáticos, muchos de ellos eran mentes muy perversas que podían ser ejemplares padres y maridos, y después ser monstruos del nazismo. Para mí había que trabajar en esa dirección esa perversión. Es muy incómodo, porque hasta algunos espectadores se sentían atraídos por ese personaje.

Sobre el proceso creativo de "La jauría", Puenzo señala que quizá uno de los aspectos que le sacan una amable risa son los chilenismos, a los que debió adaptarse para los guiones.

-Para mí este año trabajar con el equipo de autores fue como un aprendizaje a ritmo acelerado de lo que sería el lunfardo de nosotros: el lunfardo chileno. Aprendí palabras que no sabía, e incluso haciendo siluetas de escritura, hasta aprendí a escribir en chileno. Trabajar con un equipo de otro país es un poco eso: entender la lengua.

-¿Vendrás con tu hija a filmar a Chile?

-Siempre viene conmigo. El año pasado, con un año de vida, fui a filmar una serie a Colombia con ella; estuvo en el rodaje todo el verano de un lado para el otro, de lo más feliz . Nosotros crecimos un poco así también con mi padre (Luis Puenzo), de rodaje en rodaje. Entonces, está incorporado en la sangre. El verano pasado también estaban mi sobrina, mi hermano, toda la banda y otros muchos niños de acá para allá en el rodaje, y nosotros con mi hermano nos recordamos de esa misma escena, hace veintitantos años, que nosotros la repetimos miles de veces. La vida nuestra fue bastante así con mi viejo.

De hecho, siempre está presente la anécdota de que durante la filmación de La historia oficial , la primera producción argentina en ganar el Oscar a Mejor Película Extranjera, Lucía Puenzo, siendo una niña, dormía en cualquier parte de su casa menos en su pieza ni su cama, porque su padre rodaba importantes secuencias en el dormitorio de su pequeña.

-Me encanta hablar de mi papá- dice esta artista que ha crecido bajo la sombra inmensa de un padre con el mismo oficio-. Nosotros disfrutamos con mis hermanos mucho a mi papá, tenemos una productora todos juntos, formamos un equipo. Trabajamos juntos, además de ser muy familieros. Ya a estas edades, cuando uno tiene 40 y los padres 60 o 70, siento que se pasa del vínculo de paternidad al de la amistad, y somos muy amigos. Y mi viejo por nosotros se ha acercado mucho a las generaciones más jóvenes, como alguien de consulta y de mucha cercanía con las problemáticas de los directores jóvenes. Para mí, es una suerte tenerlo ahí en mi vida.

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