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Jani Dueñas

"La comedia está muy cerca de la tristeza"

sábado, 24 de noviembre de 2018

POR ERNESTO GARRATT VIÑES FOTOS SERGIO ALFONSO DIRECCIÓN DE ARTE MANUEL GODOY
Reportaje
El Mercurio

Responsable de uno de los 10 mejores especiales de stand up comedy del año en Netflix, según la revista Time, la comediante habló con "Sábado" sobre el siginificado de ese reconocimiento de orden mundial para su carrera. Después de una década de trabajo en el humor, aquí ahonda en sus difíciles inicios, la necesidad que hoy siente de hacer una pausa, del temor de tener que enfrentar próximamente una cirugía a sus cuerdas vocales y de cómo aprendió a sacar la voz y reírse de sí misma sobre un escenario.



Sobre la mesa del living de Alejandra "Jani" Dueñas, la novela gráfica Wilson , de David Clowes, me mira directo a los ojos. La comediante, actriz y artista chilena no está en escena. Fue a la cocina a buscar una cerveza. Son cerca de las siete de la tarde y la luz dorada de la tarde se cuela por el ventanal de su departamento en la comuna de Providencia. Pinturas, libros y la novela gráfica de David Clowes, entre otros detalles, decoran el hábitat de esta cultora del chiste inteligente, escasa en su especie.

Este día la revista Time ha ungido a Jani Dueñas dentro de los diez mejores especiales de stand up comedy del mundo. La chilena ocupa el lugar número siete gracias a su show de Netflix Grandes fracasos de ayer y hoy, y quizá una de las razones de su éxito no solo nacional, sino que mundial, radique en cosas como la presencia de la novela gráfica Wilson , de David Clowes, desparramada en la mesa de su living.

-Me encanta David Clowes, lo admiro mucho, es seco y también tengo por acá su Ghost World -comenta Jani sobre otra novela gráfica irónica y de foco femenino, después de un agitado día de primavera en el que ha grabado, ensayado y recorrido medio Santiago mientras se enteraba de que era ungida por la revista Time y se convertía en Trending Topic de Twitter. La noticia, dice, viene a coronar un año redondo. Agotador, pero redondo.

Mientras la espero sentado en un mullido sofá, googleo a David Clowes y leo que este artista de nicho estuvo en 2010 en el mismo ranking de la revista Time. Su obra Wilson fue una de las mejores novelas gráficas de ese año.

-Y ahora, tú, dentro del top 10 de las mejores rutinas...

-¿Viste? -dice arrugando la nariz, y mira a la mesa de su living mientras se sopla la chasquilla de la frente-. La verdad es que aún no me lo puedo creer. No he podido procesarlo y no he podido disfrutarlo todavía. Creo que esta cerveza es la primera aproximación.

Jani Dueñas se acerca la lata de cerveza, la abre, bebe un sorbo pequeño y celebra.

-Ni siquiera cacho bien cómo me siento, estoy muy impactada todavía.

Fracasos de ayer...

El reconocimiento de la revista Time se suma al que hizo el medio digital Vulture hace unos meses sobre su trabajo disponible en Netflix: un monólogo lúcido sobre tener 40 años, ser mujer, la presión por ser flaca y la vida en pareja medida en unidades de gases intestinales. Todo en clave muy chilena, muy local, como bromas en apariencia solo descifrables por las almas nacidas en este pedazo de tierra, pero, para sorpresa de todos, celebradas y comprendidas por gringos sin aparente problema alguno de traducción cultural.

-Es sorprendente, porque los gringos como público no son una audiencia que una ambicione. Todo lo contrario, es el lugar donde se inventó el stand up , es la Meca. Y ese público es más exigente. Entonces, no tiene sentido aparecer con nombres así al lado -dice sobre los compañeros de lista en el top 10 de Time , como Hannah Gadsby con su impresionante Nanette , Ali Wong con Hard knock wife o Chris Rock con Tambourine .

-¿Por qué crees que tu rutina le llega a los gringos tan bien?

-Quizá mi punto de vista sobre las cosas hace que todo sea universal, más que mis temas, o al revés. Mis temas son universales y mi punto de vista es particular. No copies nada de lo que estoy diciendo, porque estoy pensando en voz alta (dice riendo). No tengo la menor idea de cuáles son las respuestas para esto. Lo que sé es que creo que, claro, Netflix es una plataforma completamente transversal, a pesar de que es de nicho porque no todo el mundo paga para ver Netflix. Pero que Netflix sea el hito, hizo que mi especial se viera en todo el mundo. Creo que esto me pilla de sorpresa. No tengo ni manager .

Jani Dueñas, de hecho, dice que presentarse en México con su show de humor ya sería un techo para su carrera. Lo dice mientras prepara su espectáculo en el teatro San Ginés de este 29 de noviembre: un show que llevará solo su apellido, Dueñas , y que será el paso siguiente a lo visto en Netflix. Es un show diferente y nuevo porque, según explica, no le gusta copiarse a sí misma.

-Quiero dejar de hablar que tengo cuarenta y tantos, y que estoy sola y vivo con un gato. Lo vengo hablando hace diez años, basta ya. Y hay un montón de otras comediantes que también hablan de esto. La clave es el lugar desde el que uno lo habla, y esa autoría es la que hace único al discurso.

Una autoría que cruza por completo, por ejemplo, el show de Hannah Gadsby, el número uno en el ranking de revista Time , su impresionante Nanette : una rutina que se despega del cliché para abrazar un emocionante drama, con confesiones feroces y que le movieron el piso a la comediante.

- Nanette me encantó, me hizo llorar, me hizo reír, me conmocionó, me hizo pensar muchísimo. Es un stand up con muchos niveles de comprensión, que para los comediantes o los que somos autores de humor, además, hace evaluar tu trabajo y qué humor estás usando contigo mismo. Cuando ella habla de que el self deprecating humour le ha hecho daño y que va a dejar de hacerlo -no sé si autoflagelante será la traducción perfecta-, uno igual se lo cuestiona. Porque, es verdad, una se trata pésimo y está todo el tiempo en busca de este humor negro que nace a costa de ser autoflagelante.

Buscar en los errores, en las imperfecciones y en el fracaso propio aunque pueda ser tóxico, aún puede ser una herramienta para sacar la gracia para afuera. Para el resto, para el respetable.

-Si uno pensara que uno es un bacán exitoso y que te sale todo bien, tal vez dejaría de ser gracioso. Ese es también el gran temor que tenemos los comediantes, que en el minuto en que estemos estables en nuestras emociones no vamos a ser más graciosos -reflexiona-. La comedia está muy cerca de la tristeza. Y yo y muchas comediantes más somos el clásico ejemplo de la niña triste que se convirtió en humorista. Yo nunca fui la payasa del curso. Yo creo que hay distintos tipos de comediantes, hay algunos que fueron de class clown y que se convirtieron en esto, eso pasa más en los hombres en verdad. Creo que en el caso de las comediantes la historia más común, o la mía al menos, es la de la niña emo que se convirtió en humorista porque tenía que llamar la atención de alguna manera. Era emo, heavy , intensa, dramática.

Jani es el concho de una pareja formada por Elisa Santander Castellón y el comentarista deportivo Abraham Dueñas Strugo, y desde niña, reconoce, buscó llamar la atención. Nació cuando su padre ya rondaba los 50 años y su madre los 40. Con cuatro hermanos mayores, recuerda, había que hacer lo que fuera para resaltar.

-Era hinchapelotas, porque la cosa era llamar la atención: "Mírenme, mírenme". Y yo creo que por eso vino lo del escenario. A través de eso también nació una gran inseguridad en mí, porque nadie me pescaba mucho. Eran todos adultos, estaban todos en la suya.

Siempre vinculada a obras de teatro y espectáculos en el Liceo Manuel de Salas, donde estudió la enseñanza media, probó en la carrera de Arte en la Universidad de Chile por tres años, y luego estudió Teatro en la Escuela de Gustavo Meza.

En su adolescencia, dice, tenía una completa falta de vocación. No sabía qué quería ser de adulta. Fue, asegura, el inicio de su personal historia de fracasos. Su padre, abogado, hombre de radio, serio y responsable, estaba siempre preocupado de que ella no fuera a terminar "viviendo debajo de un puente".

-Cuando entré a trabajar a la radio (ADN, en 2008), yo creo que mi viejo sintió como que "listo, nos salvamos, no va a vivir bajo un puente. No es necesario que se case con un millonario, va a poder vivir sola". Y la gran tranquilidad que tuve es que hace dos años, antes que mi padre se muriera, pude conversar con él. "¿Estás tranquilo?", le pregunté. "Criaste una mujer bacán y me las puedo sola". Y él me dijo: "Te creo". Pero mi papá tuvo que aprender mucho conmigo, porque yo no soy igual a ninguno de mis otros hermanos (tres hombres y una mujer). Los otros son abogado, profesora, médico. Pero claro, era gente que la educaron de manera más tradicional nomás. También tuve esa suerte de que mis hermanos me aplanaron el camino. Yo no hubiera podido ser la que soy si hubiera sido la primogénita: uno también es hijo de su tiempo. Y tuve la suerte de tener un tiempo en que me dejaron crecer sola, con lo bueno y lo malo que eso tiene.

...Los éxitos de hoy

En la búsqueda de una vocación para su vida, Jani Dueñas se dio cuenta de dos cosas. La primera, que su voz era particularmente especial. Radial, de destacados tonos. Y segundo, que ella, como artista en su propio show , podía llegar a ser muy graciosa. Chispeante. La reina de la talla. Ambas cosas llegaron más o menos al mismo tiempo, cuando comenzó a estudiar actuación.

-En esa época no tenía la voz ronquita como ahora, yo creo también que producto del trabajo y del cigarro, bueno, ahora dejé de fumar; pero ahí noté que la voz no solo era sonido, sino que podía ser una herramienta. Y comencé a hacer clases de voz y durante esas sesiones me di cuenta de que era graciosa: en el rol de profe "ayudante" me di cuenta de que cuando tiraba una talla o decía las cosas de una cierta manera o ponía esta cara, los alumnos se reían.

Y las risas ayudaban a que los estudiantes comprendieran mejor.

Luego, esas habilidades de profesora las empezó a desarrollar en Sociedad de comediantes anónimos de Vía X, el precursor espacio de humor de stand up en Chile. Y, en especial, desarrolló su lado chistoso de manera profesional con su fichaje para el espacio de títeres 31 minutos , a inicios de los 2000.

- 31 minutos consolidó la idea en mí de que uno es gracioso en relación a otros que también son muy graciosos. Entonces, ya poder entrar a una batalla de chistes con Pedro Peirano y Álvaro Díaz (co-creadores del espacio) fue asumir que sí tengo talento en la comedia, y que no era una intuición nomás.

-¿Y cómo lograbas sacar la voz con tantos compañeros hombres en esos años?

-A través del humor. El humor es una herramienta muy grande en muchos sentidos: es un método de defensa, de seducción, es una forma de empatía, es una manera de decir cosas sin ser tan duro y también se puede ser muy duro haciendo humor. Es un artilugio maravilloso. Yo creo que a mí igual me costó. Y esto es algo que hablo cuando me preguntan de feminismo: soy una mujer que vivió toda su adolescencia y sus primeros años y su juventud pensando que ser hombre era más bacán.

La comediante dice sentirse parte de una generación a la que criaron con la idea de que los hombres eran "más bacanes por la sencilla razón de que jugaban en la calle y se pegaban chirlitos y se podían quedar despiertos hasta más tarde".

-Y nosotras hacíamos leseras como coleccionar esquelas color frambuesa. Yo encontraba que las mujeres eran una lata y que los hombres eran bacanes, y quería ser como los hombres. Entonces, me masculinicé mucho en mi adolescencia; primero, además, porque era más gorda. No era la más bonita, y mi masculinización fue una especie de negación de la femineidad. Todos los minos que me gustaban, yo no les gustaba de vuelta, pero me encontraban súper simpática. Por eso cuando te hablaba de la niña triste también tiene mucho que ver con eso. La adolescencia es una etapa muy dura en ese sentido. En ese tiempo fui desarrollando el humor también como una forma de conectar con los hombres: soy profundamente heterosexual, entonces igual yo quería estar cerca de ellos, porque me gustaban. Pero no sabía cómo gustarles, y me convertía en amiga.

Pero al llegar a formar parte de 31 minutos , aclara, ya había superado esa etapa. De todos modos, recuerda, seguía siendo un tanto masculina porque, según una ley no escrita de los años 90, "las mujeres fuertes teníamos que ser masculinas".

-Esta palabra del "empoderamiento" nos ha hecho mucho daño a las mujeres, porque la mujer empoderada como que usa terno, como que la mujer para ser dueña de una empresa tiene que ser un hombre y una mujer de verdad femenina, o la femineidad que ella quiera, no existe -dice antes de hacer una pausa y lanzar una conclusión-: hay entonces que "heteronormarse" para ser power . Y yo creía eso también cuando llegué a 31 minutos . Agradezco haber llegado a este programa porque finalmente me ha dado la pega más preciosa que he tenido en mi vida. Pero yo no le diría ahora a las mujeres más jóvenes que tienen que ser como un hombre para que las acepten en el mundo de los hombres. No está bien: los hombres debiesen pegarse la cachada de que somos distintas y que no tenemos por qué ser como ellos para que nos quieran o para poder conversar con nosotras admirándonos como iguales. Y eso es algo que con mis compañeros de 31 minutos , después de quince años de trabajar juntos y de ser amigos, hemos podido entender. Yo he cambiado y he llevado temas feministas para allá. Lo hemos conversado, y ellos también han entendido eso.

Jani Dueñas sigue mirando a su pasado y en la charla aparece el libro Gatos gordos, piscolas y otras voces que me persiguen , de 2012: visión chistosa y seminal de su actual versión 2018.

-Me encantaría hacer otro libro, pero soy muy insegura. Olvídate cuando me piden una columna para un diario, me da pánico. Siento que no tengo ninguna autoridad literaria. Siento que los libros de comediantes son todos un poco mentiras... Yo leo ene libros de comediantes gringos, son todos como una autobiografía o todos tienen un ghostwriter . Y, en realidad, lo que recuerdo del libro es que fue una experiencia muy bonita, una locura. Pero también lo miro con un poquito de vergüenza. Es un muy buen libro para leer en el baño, pero no creo que sea una pieza fundamental de la literatura. Y también hay cosas de El club de la comedia que me dan un pudor. Cuando la gente me busca en YouTube uno de los primeros videos que aparece se llama "¿Por qué las mujeres estamos locas?" y a mí me dan ganas de tirarme del noveno piso. ¿Por qué hice esa lesera? Pero eso no es tan grave. Y, también, si a nuestra edad no pensamos que en una etapa fuimos lesos, es porque ahora seguimos siendo lesos. Así que está bien. También le pido mucho significado a las cosas a veces.

-Y, hablando de significados, ¿qué significan tus tatuajes? Tienes muchos...

-Hay unos que no significan nada y otros que significan cosas. Tengo 23, así que está difícil. Me hago tatuajes cuando... no sé, a veces cuando estoy aburrida, cuando necesito sentir algo nuevo en mí. Antes me teñía el pelo de colores, ahora hace rato que no lo hago. Es loco porque a veces los tatuajes actúan como premoniciones. Me tatué una pantera en la pierna el sábado en la mañana. Es una pantera saltando y justo hoy un amigo me dijo a pito de lo de la revista Time : "Te estás pegando unos saltos de pantera". Premonitorio total. No sé qué va a pasar bien con mi futuro, pero sí sé que quiero que el próximo año sea el año de los viajes: por lo menos, un mes a Mexico para hacer stand up promoción, Nueva York y quizá Miami y Los Ángeles. El próximo año será el año de la pantera pegándose saltos, a ver cómo nos va.

-Parece que ha sido un año redondo...

-Sí, estoy contenta. Ha sido un año bonito, intenso igual, súper intenso. Pero me tengo que operar en febrero de las cuerdas vocales, tengo pólipos. Se supone que mi voz no va a cambiar, que es lo que me han prometido mis doctores, pero debo operarme porque quedo disfónica con mucha facilidad. Por eso dejé de fumar, y me estoy cuidando bastante más. Ando muy bien portada, cuidándome mucho, porque entendí que mi voz es importante: es mi herramienta de trabajo y es algo que me da la vida en verdad.

Las lesiones en sus cuerdas vocales se las descubrieron hace cerca de seis meses y ella, obediente, ha seguido las instrucciones de sus médicos, salvo una orden clave: "Bajar urgente las actividades de su agenda".

-A veces a la gente le cuesta entender que uno no sea la tipa graciosa-extrovertida todo el tiempo. Entonces, ahora creo que recién estoy aprendiendo a lidiar con estos niveles de estrés, de exposición, de cuánto tiempo destino a mí. Mi pega está tan ligada a mi vida personal que no sé separarla, y no me quiero volver loca en el camino. No quiero enfermarme más tampoco. Y esto es una señal. Me hará bien viajar el otro año. A veces uno tiene miedo de cómo desaparecer de acá, porque "la gente se va a olvidar de mí, y nadie más me va a llamar para ninguna cosa". Y, en realidad, no pasa nada.

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