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Tercer día del juicio:

Coimas de "El Chapo" llegaron hasta la Interpol, dice exaliado

viernes, 16 de noviembre de 2018

France Presse y The New York Times
Internacional
El Mercurio

Jesús Zambada, hermano del principal exsocio de Joaquín Guzmán, testificó en contra del jefe narco y explicó cómo funcionaba el grupo delictual.



Fue hombre de confianza de Joaquín "El Chapo" Guzmán, pero ahora es un testigo clave de la fiscalía en Brooklyn y está revelando hasta el más mínimo detalle del funcionamiento del cartel de Sinaloa. Jesús "El Rey" Zambada asegura que su exjefe ordenó múltiples asesinatos y pagó sobornos al que se cruzara en su camino. El dinero, sostiene, fue a parar a las manos de fiscales, policías locales y federales mexicanos y hasta a la Interpol.

"El Rey", de 57 años, fue empleado del cartel durante dos décadas hasta su arresto en 2008 y es hermano de Ismael "El Mayo" Zambada, cofundador del cartel junto a "El Chapo". Guzmán (61) fue extraditado a EE.UU. hace 22 meses y es acusado de enviar más de 155 toneladas de cocaína a ese país durante un cuarto de siglo, con lo que obtuvo ganancias por casi US$14.000 millones. Si es hallado culpable de solo uno de los 11 cargos que enfrenta en este juicio, podría ser condenado a cadena perpetua. Otros seis cargos están pendientes.

La defensa asegura que "El Chapo" es el chivo expiatorio de gobernantes mexicanos "corruptos" y de agencia antidrogas de EE.UU. Según los abogados del narcotraficante, el verdadero jefe del cartel de Sinaloa era "El Mayo". Pero Jesús Zambada dijo ayer otra cosa: que Guzmán y su hermano compartían el liderazgo. Vestido con un uniforme de prisión y anteojos oscuros, se puso de pie, señaló a Guzmán y dijo que era uno de los "más poderosos narcotraficantes" de México, y que dejó múltiples cadáveres en su camino. Con los brazos cruzados, "El Chapo" permaneció impávido y solo sostuvo la mirada de su antiguo subordinado.

Como si fuese una película, comenta France Presse, Jesús Zambada contó como nació la sociedad entre su hermano y Guzmán y cómo empezó la guerra con el cartel de Tijuana de los hermanos Arellano Félix. "El Rey" aseguró que él no mató a nadie, pero que en 1994 o 1995 dos sicarios de Tijuana intentaron asesinarlo, disparándole a quemarropa. Según él, le abrieron "una zanja" en la cabeza: "Caí al suelo, pero no quedé inconsciente. Salté con mi pistola en la mano y comencé a luchar. Se sorprendieron porque pensaron que yo estaba muerto". Recordó además que los Arellano Félix mataron a su hermano Vicente en la puerta de su casa, aunque no era parte del negocio.

"El Rey", que se declaró culpable de traficar cocaína y otros cargos, puede ser sentenciado a cadena perpetua. Pero contó que a cambio de su colaboración, el gobierno pedirá al juez que reduzca su pena, y también le ayudó a traer a su familia a EE.UU. "para que no sufran atentados a su vida".

Jesús Zambada, que controlaba la actividad del cartel en Ciudad de México, contó que pagaba personalmente sobornos al comandante de la Procuraduría General de la República (PGR) ahí, a la policía federal de caminos -que controla también puentes y aeropuertos-, a la policía judicial federal, estatal y municipal y "a Interpol también". Todo, dijo, sumaba unos US$ 300.000 al mes.

Y recordó un episodio de 2004, cuando intentaba "importar" cocaína desde Colombia. Guzmán "me dijo 'ahí está el general (Gilberto) Toledano (a cargo del estado de Guerrero), es amigo mío, vaya a verlo y dele US$ 100.000 de mi parte'", aseguró.

La declaración de "El Rey" ante la justicia se convirtió así en una clase magistral sobre el funcionamiento de la organización, comentó The New York Times.

Zambada dijo que conoció a Guzmán en 2001, horas después de que el legendario capo se escapara de la prisión de Puente Grande (El Salto). El testigo le dijo al jurado que ese día ayudó a su hermano Ismael a organizar el uso de un helicóptero para recoger a "El Chapo" y que quedó sorprendido cuando se dio cuenta de que un grupo de policías se unía a ellos para escoltar al jefe narco.

Cuentas claras

Hasta ahora, los fiscales no habían podido exponer públicamente lo que sabían de uno de los grupos del narcotráfico más poderosos del mundo, pero Zambada, quien dijo haber trabajado para el cartel desde 1987 hasta su arresto en 2008, fungió como una suerte de guía, pues le explicó al jurado cómo sus empleados colocaban la cocaína en paquetes a prueba de agua con varias capas de plástico, y contó que una vez incluso contrataron a buzos de aguas profundas para sacar un cargamento que se había hundido en un buque de carga en la costa de Puerto Vallarta.

Zambada parece conocer casi todos los aspectos de los operativos de la organización: desde quién dirige su plaza en Guerrero hasta los nombres -Zafiro, PacMan y Coca Cola- que usaban para vender su producto y, sobre todo, a quién había que pagar.

En general, dijo Zambada, la cocaína del cartel provenía de Colombia y se transportaba mediante lanchas motoras hasta Cancún, donde una cadena humana de estibadores la llevaban a la orilla. Desde ahí, agregó, generalmente se transportaba en camiones a almacenes en Ciudad de México -a menudo en contenedores de combustible- y después llevaban el producto hacia ciudades fronterizas en el norte, como Ciudad Juárez y Agua Prieta, para trasladarlo a Estados Unidos.

Las ganancias eran gigantescas, según Zambada, que tiene un título universitario como contador. "El Rey" dijo que una inversión de US$ 9 millones en un cargamento de 15 toneladas de cocaína podría dar unos US$ 39 millones si se vendía en Los Angeles.

Si lo mismo se vendía en Chicago, donde los precios eran más altos, explicó, las ganancias subían US$ 48 millones. En Nueva York, señaló, un inversionista podría obtener hasta US$ 78 millones.

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