El gobierno español anunció ayer que quiere prohibir la venta de vehículos diésel, a gasolina e híbridos en 2040, en el marco de una futura ley de transición energética que aspira a "descarbonizar" su economía en 2050. En línea con proyectos similares de Francia y Reino Unido, el plan es que España supere la exigencia de esfuerzo estimado de la Unión Europea para el país en cuanto a reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en, al menos, un 20% respecto de 1990. La idea es llegar a reducir hasta 230 millones de toneladas de CO2.