Unión Española vive días complejos. El club está fuera de la zona de clasificación a la Copa Sudamericana y se quedó sin DT tras la renuncia de Martín Palermo, mientras una onerosa deuda afecta a sus arcas. El 23 de junio de 2017, la Tesorería General de la República (TGR) ordenó embargar el 100% de los fondos que Unión Española SADP recibía de la ANFP por las utilidades del CDF. ¿El motivo? Obligaciones tributarias vencidas entre el 12 de diciembre de 1993 y el 12 de julio de 1997. La concesionaria fue considerada "continuador legal" del destinatario formal del embargo: la corporación Club Deportivo y Social Unión Española. El 11 de marzo de 2009 había iniciado el juicio de cobranza. El monto de la deuda sumaba $161.424.403. Empero, al momento del embargo la suma ascendió a $1.758.742.002. ¿Qué pasó entremedio? Los directivos rojos aseguran que desconocían la morosidad, ya que las notificaciones llegaban a Carmen 110, la antigua dirección de la corporación. Además, alegan que cuando Jorge Segovia adquirió la propiedad del club en 2008, los antiguos dueños no informaron el tema. Santiago Perdiguero, presidente hispano, apunta a los exdirigentes Salvador Calera y Alfonso Lobato: "Hubo un ocultamiento de una deuda grave, hecho a propósito, para que compráramos el club. Lo ético era informarlo. Si nos hubiéramos enterado, lo más probable es que habríamos desistido", dispara el timonel. Lobato asegura que la deuda está prescrita y se defiende: "Eso es calumnioso. No nos sentimos culpables de nada, son hechos de 20 años antes de que llegáramos a Unión, en 2002, como interventores", opina. Tras conocer la resolución de la TGR, Unión Española apeló sin éxito dos veces, hasta que el caso llegó a la Corte de Apelaciones, donde se encuentra a la espera de aparecer en tabla. La crisis puso en alerta a miembros de la corporación -que mañana celebra elecciones de directorio-, quienes aseguran que el Necaxa mexicano quiere comprar el club, algo que Perdiguero desmiente tajantemente. Conflicto con la Municipalidad No es el único dolor de cabeza. Gonzalo Durán, alcalde de Independencia, impulsó una iniciativa para transformar la Plaza Chacabuco y sus alrededores, incluido el Santa Laura, en "zona típica". Según Perdiguero, si se aprueba, el proyecto traerá graves problemas para invertir en el recinto, que terminará devaluándose. "El estadio de Ferroviarios fue declarado 'zona típica' y terminó abandonado", reclama. Durán retruca: "Hay mucho desconocimiento. La 'zona típica' establece un conjunto de restricciones, no significa que no se puedan hacer obras, solo que estas tienen que ser compatibles con el carácter patrimonial".