En una helada mañana en un hotel del sector oriente, los Maori All Blacks, selección de Nueva Zelandia compuesta solo por jugadores de la etnia maorí, conversaron por primera vez con los medios de comunicación chilenos antes del choque que sostendrán ante los "Cóndores" (sábado, 16:00 horas), el más importante de la disciplina en la historia del país. El capitán Ash Dixton dio sus impresiones sobre el país. "Es mi primera vez acá y tiene hermosas montañas. Es muy similar a Nueva Zelandia. He visto un par de videos de Chile y son muy fuertes físicamente. Estamos emocionados porque se vendió todo. Será un gran duelo", sostuvo. En tanto, el técnico oceánico Clayton MacMillan admitió que "he tenido la oportunidad de recorrer muchos países, pero el recibimiento en Chile ha sido uno de los más cálidos", y agregó que "entendemos el esfuerzo que hace Chile para traer a una selección mundial de un deporte que no es el número uno en el país". Plan para crecer La ovalada quiere extender al rugby tradicional el gran año que tuvo el seven -oro en los Sudamericanos de Cochabamba y la clasificación al Mundial de San Francisco-. El presidente de la entidad, Jorge Araya, cuenta los objetivos. "Nosotros queremos competir y este partido es una muestra de ello. Creo que los resultados se han ido dando de la mano con nuestros proyectos. Con más competencia, tenemos más partidos y así llegarán los resultados", explicó. A corto plazo, el seven proyecta ser medallistas en Lima 2019 y jugar el Preolímpico, mientras que con la modalidad tradicional quieren jugar 11 partidos el año entrante, mejorar la participación en el America Rugby Championship y formar un equipo fuerte de "franquicia" para 2020. Finalmente, añoran un cupo directo al Mundial de 2023. "Los presidentes de Sudamérica estamos pidiendo eso", cerró. "Tenemos un equipo que no está muy acostumbrado a jugar este tipo de partidos. Creo que va ser fundamental que los chicos se sientan cómodos y dejen de lado la presión".
PABLO LEMOINE, head coach del rugby nacional.