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Movimiento social en España:

Las "malas madres" luchan contra el ideal de las mamás perfectas

domingo, 11 de noviembre de 2018

AMALIA TORRES
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Más de 600 mil mujeres forman parte del Club de las Malasmadres, en el que pelean por conciliar trabajo y maternidad, además de reconocer que quemar la comida o no estar pendiente de cada llamado del hijo es parte de ser mamá.



Laura Baena se autodefine como una "mala madre".

Comenzó a referirse sí misma de esa forma años atrás, a través de una cuenta en Twitter donde hablaba con humor de sus fracasos por convertirse en esa mamá que todo lo hace bien. "Entendí que la maternidad era la gran mentira de esta sociedad: me sentía mala madre porque yo no cumplía con ese canon de madre perfecta que me hicieron creer. Fue entonces cuando abrí la cuenta en Twitter y me empecé a desahogar. Pedí que otras mujeres compartieran conmigo por qué se sentían así y eso conectó con una necesidad social de desmitificar la maternidad perfecta, que acabó convirtiéndose en un movimiento social", dice a "El Mercurio".

Hoy, esta publicista española de 37 años, madre de dos hijas de tres y seis años, está a cargo del "Club de las Malasmadres", una comunidad que suma más de 600 mil personas, algunas de las que participan desde Latinoamérica. La mayoría son mujeres, aunque también hay algunos hombres.

Uno de sus objetivos es lograr la compatibilidad entre el trabajo y la familia. Por eso crearon el movimiento "Yo no renuncio". Baena dice que no renuncian ni a ver crecer a sus hijos, ni a tener una carrera profesional.

Una "malamadre", según las palabras de Baena, "es una madre con mucho sueño, poco tiempo libre, alergia a la ñoñería y con ganas de cambiar el mundo o al menos de morir en el intento. Madres que reivindicamos la necesidad de un nuevo modelo social de madre en el que no tengamos que elegir entre ser madre o seguir con nuestra carrera profesional. Madres que no queremos perder nuestra identidad como mujer. Porque la M de madre no puede aplastar a la M de mujer. Madres que tienen que conciliar también con su tiempo personal, que se unen a otras madres y practican la sororidad (que vendría del vocablo inglés sorority y que se refiere a la hermandad entre mujeres), disfrutando de cosas que disfrutábamos antes, como salir con amigas, leer un buen libro o practicar deporte. A veces es muy complicado conseguirlo, pero soñamos con ello".

Y agrega: "A algunas malasmadres se les queman las croquetas, otras las compran siempre congeladas, algunas malasmadres nos hacemos las sordas por la noche, otras compran el disfraz en el chino (almacén de la esquina). Pero todas sobrevivimos como podemos, queriendo infinito a nuestros hijos y con la convicción de que somos las mejores madres que podemos ser".

Para Baena, lo importante es romper con la idea de la mamá perfecta. "El concepto de ser una 'buena madre' se crea socialmente, sin embargo es irreal y lo que hace es generar más presión social sobre nosotras. Acabar con ese concepto y vivir la maternidad con libertad es nuestro objetivo".

En Madrid, el Club cuenta con una sede (el Malasmadres House), donde las socias se reúnen. Pero además participan en charlas y otras actividades para toda la sociedad. El mes pasado, por ejemplo, realizaron la corrida "Yo no renuncio" de cinco kilómetros con obstáculos -para ejemplificar los obstáculos que deben sortear las madres trabajadoras-, en la que participaron 3 mil personas, entre ellas el presidente español Pedro Sánchez.

Además, adhieren al movimiento #BellezaSinFiltro, que reivindica la belleza real "y al cual se han unido miles de mujeres para acabar con la exigencia que tenemos con nuestra belleza y lo mal que nos sentimos al no poder cumplirla, especialmente después de ser madres".

El Twitter @malasmadres sigue funcionando y en la actualidad tiene 50.700 seguidores. Allí publican sus actividades, comparten noticias y hasta entregan "tips" del día. Este jueves se podía leer: "Un lujo es llegar a la casa, que no haya nadie y poder ducharte con la puerta del baño cerrada. Sin que nadie abra la mampara llorando, y ponerte el body milk sin espectadores. Con suerte, en dos años repetimos".

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