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Exposición en Londres

Yo soy Asurbanipal, rey de la guerra, rey de los libros

domingo, 11 de noviembre de 2018

ELENA IRARRÁZABAL SÁNCHEZ
Artes y Letras
El Mercurio

Feroz conquistador, amante de los jardines, constructor y propulsor del arte, el gobernante asirio forjó el primer gran imperio de la humanidad y una extraordinaria biblioteca, parte de la cual todavía sobrevive. En cambio, su mítica capital, Nínive ha soportado una enorme destrucción en los últimos años. Hace tres días abrió en el British Museum una gran muestra sobre Asurbanipal.



Hace más de dos mil quinientos años, la biblioteca de Asurbanipal fue incendiada por los babilonios y se perdieron muchas de sus piezas. Pero, gran paradoja, otras sobrevivieron y perduran en buen estado hasta hoy. ¿Cómo pudo ocurrir eso? De partida, hay que entender que no estamos hablando de libros de papel, sino de tablillas de arcilla inscritas con escritura cuneiforme. El incendio actuó como un gran "horno" y las tablillas se cocieron y endurecieron.

Hoy el British Museum guarda -además del moái pascuense y otros cuantos tesoros de la humanidad- centenares de tablillas de arcilla procedentes de la biblioteca de Asurbanipal. Varias de ellas están actualmente expuestas en una recreación de la biblioteca real que forma parte de la exposición que acaba de inaugurar el museo londinense bajo el título "Yo soy Asurbanipal, rey del mundo, rey de Asiria", que se extenderá hasta febrero de 2019.

La muestra transporta al espectador al siglo VII antes de Cristo, al poderoso imperio del rey asirio Asurbanipal (668-627 a.C.), que se extendió desde la fértil Mesopotamia hasta Egipto, el Mediterráneo y el golfo Pérsico. Su capital, Nínive, tenía enormes construcciones y los más bellos jardines. Las hazañas bélicas de los ejércitos de Asurbanipal quedaron registradas en prolijos relieves en piedra -algunos los consideran la primera narración visual o guion que va de escena en escena- y en delicados bronces y marfiles.

Asurbanipal no fue criado para ser guerrero. Como hijo segundo del rey, fue educado para ser sacerdote o funcionario de la corte. Él mismo relata haber leído "intrincadas tablillas en oscuro sumerio y acadio" y estudiado "el saber secreto de todo arte del escriba". Sus retratos siempre lo recrean con un stylus (instrumento para escribir) en su cinturón. A última hora, su padre torció el destino y lo nombró a él como su sucesor en el reino de Asiria, otorgándole a su hermano el dominio de Babilonia. Algo que generó una enemistad irreconciliable entre los hermanos.

La leyenda cuenta que Asurbanipal prefería mandar a sus feroces ejércitos a la conquista y él optaba por quedarse en Nínive, estudiando o leyendo, aunque muchos relieves lo muestran cazando leones. El rey sabía leer y escribir -algo de lo que se enorgullecía-, gustaba resolver problemas matemáticos y debatía con los sabios de su época. Además creó una red de comunicaciones rápidas en el imperio. "Era un poderoso rey que controlaba una terrorífica máquina de guerra, pero nunca guio a sus tropas a la batalla", explicó Gareth Brereton, curador de la exposición.

Cruel ratón de biblioteca

A propósito de la recién abierta exposición en el British Museum, el diario británico The Guardian describe a Asurbanipal como "un ratón de biblioteca psicopático". Es que sangre y cultura se mezclaban en la personalidad de este rey también conocido como Osnaper en el Antiguo Testamento o Sardanapalus.

La biblioteca de Asurbanipal se emplazaba en el palacio real de Nínive y algunos recuentos dicen que almacenaba más de 20 mil tablillas. El rey recibió un pequeño acopio de sus antecesores, pero impulsó enormemente la biblioteca al ordenar a sus servidores recoger y copiar toda la literatura disponible en la época. En su palacio tenía una serie de esclavos de guerra transcribiendo documentos y la biblioteca almacenaba textos de astronomía, astrología, gramática, diccionarios, magia, historia y matemáticas. La mayor proporción de su contenido correspondía a predicciones del futuro, que guiaban las decisiones del rey.

Entre las joyas que sobreviven de este lugar - considerada la primera biblioteca imperial- figuran primitivas versiones de la epopeya de Gilgamesh, considerado el primer poema épico de la historia. Relata las hazañas de Gilgamesh, remoto rey de Uruk, las que se repetían oralmente y fueron recogidas por escrito en este poema estampado en 12 tablillas. En la tablilla 11 -que se exhibe ahora en el British Museum- se narra un gran diluvio y una nave que recogió distintas especies de animales. Un episodio de gran similitud al relato bíblico y que ha sido corroborado por las exploraciones geológicas y arqueológicas realizadas en la zona, que indican la ocurrencia de una enorme inundación en la antigüedad.

Pelos, barbas y propaganda

La efigie de Asurbanipal, con sus ojos rasgados, su largo pelo y característica barba (algunos han sugerido que usaba peluca), está muy presente en la exposición del British Museum, en la que participan más de 200 piezas provenientes de museos de París, Berlín, San Petersburgo, Armenia y El Vaticano.

Muchas piezas fueron excavadas en 1840 y 1850 en los sitios correspondientes a las ciudades asirias de Nínive y Nimrud, en las que se levantaban majestuosos templos, palacios, jardines y huertas (las ciudades poseían un complejo sistema de irrigación). Allí abundaban los coloridos frisos pintados, ladrillos esmaltados y los característicos lamassus de piedra: grandes esculturas de una divinidad protectora que poseía cuerpo de toro o león, alas de águila y cabeza de hombre, propios la mitología asiria. Solían emplazarse en las puertas de las ciudades o adentro de los palacios, en salas ceremoniales.

Entre los tallados que adornaban Nínive y que hoy se exhiben en el British Museum -por primera vez en veinte años- hay valiosos relieves en piedra que relatan, momento a momento, una lucha ritual entre el rey Asurbanipal y un león. Estos tallados se exhibían hace décadas en unas galerías subterráneas del museo que fueron cerradas por razones de seguridad. Hoy vuelven a ver la luz para mostrar una de las facetas típicas de Asurbanipal: la capacidad de propaganda de su figura a través de estos vívidos relieves que le mostraban al pueblo el poder del rey. Para algunos, la primera "campaña publicitaria" de la historia.

"Muy pocas personas han oído hablar del imperio asirio y de Asurbanipal. Egipto obtiene toda la prensa y muchas personas han oído de Grecia y Roma. Pero existe este impresionante y grandioso lugar llamado Asiria que las personas ignoran y que no es enseñado en los colegios", agrega Gareth Brereton, el curador de la muestra.

Colapsos de ayer y hoy

Pese a ser considerado el primero de la historia y modelo de los imperios que siguieron, el imperio asirio cayó rápidamente, pocos años después de la muerte de Asurbanipal, que fue sucedido por sus hijos. Veinte años después de su muerte ya no quedaba nada del imperio y Nínive había caído, presa de un gran incendio provocado por los babilonios. A través de la historia apenas se lo conocía como una cultura tachada de perversa y lujuriosa. Algo que comenzó a cambiar cuando en el siglo XIX se descubrieron sus majestuosas construcciones y grandiosas obras de arte.

Hasta hoy, uno de los grandes misterios que persisten es cómo murió Asurbanipal. Algunas narraciones antiguas hablan de que, al ver cómo su imperio colapsaba y era sitiado, el monarca se incendia a sí mismo y a su ciudad. El relato hizo las delicias de los pintores románticos, como Delacroix, quien pintó su famoso óleo "La Mort de Sardanapale".

Tras el reinado de Asurbanipal, la región asiria no ha tenido una historia plácida y los últimos años han sido duros. Según indica el periódico británico The Times, entre la caída de Mosul (la antigua Nínive) ante el Estado Islámico en 2015 y la liberación del lugar por fuerzas iraquíes se destruyó casi el 70 por ciento de los restos arqueológicos que estaban en la superficie de la ciudad.

Por ello, la última parte de la exposición del British Museum está dedicada a mostrar la destrucción vivida en el siglo XXI y los desafíos que hoy enfrentan los arqueólogos que trabajan en la zona. Varios de ellos han sido entrenados por equipos especializados del British Museum que han viajado a este lugar donde se levantó esta civilización poderosa y olvidada.

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