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Grabado temprano de Matta en el MAC

sábado, 10 de noviembre de 2018

Waldemar Sommer
Cultura
El Mercurio




Aunque diferentes entre sí, dos exposiciones actuales nos entregan vertientes tempranas de Matta. Ofrece la de dimensiones más reducidas Galería Diane de Polignac, en el parisino y otrora proustiano barrio de Saint-Germain-des-Prés. Se trata de las poco conocidas -para sus compatriotas, por lo menos- pinturas con tierra. Corresponden a la época en que el artista edificó su casa en el archipiélago volcánico de las Eolias, al norte de Sicilia. Como si la entraña terrestre se hubiera volcado en busca del aire libre, ese paisaje de rocas agresivas y terrenos en bruto influyó, sin duda, en ciertas obras suyas de fines de los años 50 y comienzos de los 60. De colores muy apagados, terrosos, casi monocromos, algo evocan el refinamiento peculiar del fresco paleolítico.

En cuanto a la exhibición del santiaguino Museo de Arte Contemporáneo, puede hablarse de una amplia retrospectiva de los grabados ejecutados entre 1943, con el autor adiestrado en el neoyorquino Taller 17 de S.W. Hayter, y 1968, época de sus denuncias de carácter político. Perteneciente todo este material a una familia chilena, nos permite observar en qué medida, ya desde esos primeros trabajos, aparece la personalidad surrealista de Matta de cuerpo entero.

Por supuesto, brilla en todo momento su iconografía genuina con el aprovechamiento, desde 1936, de "El Gran Vidrio" de Duchamp y su cruce genial de hombre y maquinaria. Triunfan, así, los característicos seres animados de nuestro compatriota, cuyos cuerpos se vinculan a las entrañas en extremo angulosas, afiladas de máquinas, captadas en plena acción. Eso sí, evolución semejante se despliega de un modo gradual. Podemos verlo en la primera serie, The New School (1943), donde las 10 puntas secas sin color, sobre fondos generalmente vacíos, se muestran bastante figurativas y con acento en una violencia erótica todavía gruesa.

Un grupo de tres láminas de 1946, asimismo en formato menor y carente de coloración, define entornos de móviles rayas, como aproximación espacial. Junto al color, dos trabajos pequeños del año siguiente cuentan con distintas escenas encuadradas. El mayor tamaño de los coloreados "Torotoro" (1955) y "Le pianiste" (1957) ya ostentan en plenitud los seres característicos de nuestro autor; también el segundo de ambos grabados trae en los dedos del personaje el recuerdo de las manos de Picasso. Por su parte, los planos transparentes destacan en las 14 aguafuertes y aguatintas "Les droites liberées" (1958) y, en cuatro ejecuciones de 1959, la concurrencia de varias escenas sin enmarcar, pero constituyentes de un todo.

Un segundo recinto del MAC, esta vez vacío de todo acompañamiento, luce en gloria y majestad el único lienzo de la exhibición. Propiedad del museo, "Nacimiento de América" (1952), permite advertir ciertos atributos formales de la pintura que a la gráfica del maestro resulta imposible proporcionar: una mayor claridad en la multiplicidad de perspectivas, las transparencias del color que conducen nuestra mirada hasta una profundidad notable, el protagonismo de lo que podríamos calificar como irritación lineal; en fin, la majestad del dinamismo que convierte cada lienzo en un torbellino de energía. A continuación, las dos salas restantes retoman el grabado.

Una frase de Dante sobre el pecado capital de la gula sirve de título al tercer conjunto, que abarca el principio de la década del 60. Si dentro de uno de sus sectores hallamos los peculiares vehículos espaciales, cápsulas abiertas a medias, mucho más llama la atención el añadido de otra técnica sobre el habitual aguafuerte con color. Nos referimos al gaufrage o impresión de una nueva imagen sin coloración y con aspecto de caligrafía espontánea. Nos parece más bien un ensayo que, en todo caso, atenta contra la unidad de la obra. En "Herring Harangue" (1965), por ejemplo, sin competencia ese rayado le comunica un evidente aire de escritura oriental.

Bajo la denominación de "Damnations" (= "Condenaciones"), la última sala contiene realizaciones de los años 60 ya bien avanzados, permitiendo detenerse ante variadas situaciones. Reina acá el ánimo de denuncia, de compromiso y enfrentamiento político. Tampoco faltan ni la violencia sexual y un curioso e inhabitual acercamiento a la vida doméstica, o protagonistas en mayor formato, solitarios y observados desde muy cerca. La serie "Les judgements" (1967) nos narra los controvertidos juicios a los perdedores germanos de la Segunda Guerra Mundial. En este grupo y en algunos otros trabajos hasta puede entreverse una ironía perversa, ironía que se trueca en encanto de magistral historieta cómica, como lo demuestra "Les jupitiéres" -alusión al masculino dios Júpiter-, donde dos personajes tipo cowboy y a todo galope se enfrentan a tiros. Afiches de diferentes exposiciones se suman al contenido del recinto, mientras libros sobre Matta y pruebas de grabado completan, aparte, la amplia exhibición.

MATTA, OBRA GRÁFICA

1943-1968. De la New School de Nueva York a la Revolución intelectual del 68 Museo de Arte Contemporáneo, sede Parque Forestal Fecha:  hasta el 20 de enero

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