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La primera planta productora de tableros MDF de origen chino instalada en Occidente ya está produciendo en la localidad de La Unión, en Valdivia. ¿Los dueños? Los hermanos Fernández, controladores de forestal Polincay, el cuarto actor del sector tras Arauco, CMPC y Masisa.
La falta de acceso a tableros de este tipo para la fabricación de sus productos de melamina los obligó a levantar esta instalación, que adquirieron "a menos de la mitad de su valor", explica Horacio Fernández. Y pese a que en plena etapa de puesta en marcha les cayó encima la crisis subprime -que redujo bruscamente la demanda desde Estados Unidos por productos forestales-, lograron sortear esa barrera y descubrir nuevos mercados como, por ejemplo, América Central.
"Estados Unidos era, más o menos, el 50% de nuestras ventas. La otra mitad era mercado interno. Tras la crisis, comenzamos a buscar mercados en América Latina, donde descubrimos enormes oportunidades", dice Rodrigo Fernández, la otra mitad de la dupla.
Pero siguieron adelante, y en las próximas semanas, la planta -cuya inversión total alcanzó los US$ 30 millones y que fue montada en sólo nueve meses por trabajadores chinos- comenzará a producir a su máxima capacidad. Tras eso, viene una ampliación que, dadas las especificaciones técnicas de los equipos, sólo costará US$ 300 mil.
Y la experiencia de haberse jugado por tecnología china -"vienen de otros países a ver cómo les quedó nuestra planta", cuenta Rodrigo- arroja hasta ahora un balance positivo. "Ha sido fantástico, permite aplicaciones que en las plantas convencionales no se pueden. Estamos maravillados", señala.
Se busca inversionista
El próximo año prevén facturar sobre US$ 60 millones con Polincay -que es también la principal productora de puertas del país-, y de ahí en adelante, el crecimiento de la empresa se hará con algún inversionista al lado porque, explica Horacio Fernández, "no podemos asumir todo el riesgo. Hasta ahora ha sido así, pero hoy estamos en otros planes, cambiamos la idea. Nos dimos cuenta de que estos grandes esfuerzos requieren apoyo".
Y aunque aún no encuentran al socio, no están contra el tiempo. Hace un año pensaron en abrirse a la bolsa (fijaron 2010 como fecha tope), pero hoy postergan esa idea hasta 2012.
"Ese año puede ser una alternativa. El camino es para allá, para crecer", señala Rodrigo Fernández.
Uno de los proyectos de futuro es instalar una planta que los autoabastezca de energía eléctrica, considerando los elevados precios de hoy.